Su próxima puesta en escena, Crónicas veracruzanas, se estrenará el 11 de junio en el Teatro La Caja
Adriana Vivanco
Durante mayo, la Compañía Titular de Teatro de la Universidad Veracruzana (Orteuv) presentó con éxito Psico/Embutidos, Carnicería escénica, de Richard Viqueira, en la Sala “Dagoberto Guillaumin” del Teatro del Estado.
La puesta en escena cuenta la historia de una Salchicha que está por sepultar a su madre Longaniza entrelazando durante el recorrido los planos carnal y espiritual. El éxodo de la protagonista lleva al espectador a confrontarse con embutidos pornográficos, salchichones nazis, carnes de res kosher en campos de concentración, salchichas cocteleras, albóndigas tibetanas, etcétera.
Se pretendió generar en el espectador una reflexión respecto a la alimentación, el proceso digestivo y la muerte como ejes de nuestra existencia; esto se logró gracias a la escenografía que emula el aparato digestivo por el cual los espectadores transitaban siendo ingeridos, digeridos y, finalmente, desechados.
Luis Mario Moncada, director titular de la Orteuv, explicó que este montaje surgió como su primer proyecto con la compañía universitaria y decidió aprovechar el privilegio que tiene la UV de contar con un elenco estable dispuesto a someterse a toda clase de experimentos, pruebas y ensayos en torno a las posibilidades de la escena.
Consideró que este montaje era la oportunidad perfecta para fijar los parámetros de su trabajo, a dónde van y hasta dónde pueden llegar, calibrar hacia dentro y hacia fuera de la compañía cómo se recibía una propuesta de esta naturaleza y dialogar con el público.
“Si la gente acude al texto dramático de la obra, podrá encontrar que es una pieza convencional por como está escrita: con escenas dialogadas y los personajes hablan entre sí; eso no tiene nada que ver con la puesta en escena, lo que pasa es que cuando invité a Richard Viqueira a realizar el trabajo y vimos la posibilidad de que estuviera la gran mayoría de los actores de la compañía (integrada por 25 actores fijos, de los cuales 19 participan en esta puesta), nos parecía que era la oportunidad de que todos intervinieran y por eso realizamos modificaciones para el montaje de 19 monólogos, de ahí surgió la idea del recorrido”, apuntó.
Moncada detalló que la historia se desarrolla en un universo de embutidos donde una salchicha busca su identidad y trata de dar sepultura a su madre que resulta ser una longaniza cruda; esto tiene que ver con hablar de la carne, de la caducidad que tiene uno a nivel cárnico y en todos los niveles, pero también cuenta una historia social que tiene que ver con los miedos.
“La historia gira alrededor de esta salchicha y su madre desde que le diagnostican cáncer terminal, todo el deterioro físico, su muerte y lo que sigue a ella, ésa es la trayectoria básica. Está estructurada de tal manera que para el público es un recorrido por 22 estaciones, la obra se convierte en un laberinto o una suerte de serpientes y escaleras, donde el espectador es una ficha del juego y tiene que subir por escaleras y bajar por toboganes avanzando casilla por casilla.”
Resaltó que la escenografía juega un papel de vital importancia en la obra ya que a través de ella el público entra en el entramado de la historia: “Es una estructura en la que se tienen que sortear distintos obstáculos, subir alturas considerables y perderse en túneles, esto mientras interactúan con los personajes de esta pequeña comunidad psicoembutida, que están acomodados por orden cronológico.
La actriz más joven tiene 25 años y la mayor tiene 83, todos los actores están completamente desnudos, esto es fundamental para la historia porque tiene que ver con la carne, con el deterioro y la transformación que nuestro cuerpo va sufriendo a lo largo de la vida”.
Al hacer referencia a la respuesta del público ante esta experiencia de teatro participativo, resaltó que tras diversas encuestas y diálogos con los asistentes a cada una de las funciones, la gente coincidió en que la puesta en escena detonó en ellos emociones intensas de diversa naturaleza.
Para algunos, dijo, el asunto de la desnudez podría haber sido un problema en un principio, pero en las encuestas la gente resaltó que al entrar en la mecánica de la obra la desnudez fue algo que se tornó secundario a los cinco minutos de iniciar la experiencia.
“Se vuelve irrelevante en términos de valoración, sin embargo sí constituye una presencia y experiencia importante, pues no es lo mismo estar frente a un actor vestido, que estar a menos de un metro de alguien desnudo o que te abrace una persona desnuda.
En las encuestas, el valor que más ha sobresalido es el terapéutico, el público nos habla de que hicieron un viaje interior y personal y que les mueve en muchos asuntos reflexivos y sensoriales que los lleva a la liberación”, añadió. En este sentido, dijo que lo importante en esta puesta en escena es que se trata de una experiencia personal y es una obra distinta para cada espectador porque ninguna escena se repite de manera idéntica.
“Es más que una representación contextualizada en una línea de trabajo que plantea la compañía y que tiene que ver con explorar rutas de teatro de no ficción y de teatro documental, abordar aspectos que tienen que ver más con la realidad que con la ficción. Se parte de la propia experiencia de los actores y se vuelve una experiencia autorreferencial para hablar de una realidad compartida, en donde el actor utiliza su propio cuerpo, sus experiencias, sus emociones y testimonios para construir.”
Moncada refirió que sobre esta línea de trabajo seguirán produciendo puestas en escena, ejemplo de ello es Crónicas veracruzanas que se estrenará el jueves 11 de junio a las 20:30 horas en el Teatro La Caja.
Añadió que esta obra, del mismo modo que Psico/Embutidos, busca conectarse con la realidad del espectador más que con el terreno de ficción: “Tiene que ver con desarrollar historia local y alentar la memoria colectiva, porque son historias veracruzanas, hechos reales, crónicas periodísticas; lo que hacemos es tratar de generar con el público un intercambio muy directo sobre asuntos con los que todos tenemos algo que ver porque conocemos a los personajes, o los escuchamos en la calle o en la radio.
”Tratamos de explorar ese terreno intermedio. No estamos dando a conocer una historia desconocida, sino compartiendo algo que tal vez el público sabe mejor que nosotros. Estamos trabajando esa idea de la no ficción y Psico/Embutidos es el primer ejercicio en este sentido.”