Obtuvieron tres primeros lugares y un tercero en diversas categorías del Concurso Nacional de Flauta Transversa Los flautistas llaman a los universitarios a seguir sus sueños
Melanie Michelle Ruiz Romero, Sergio David Morales Doria, Diego Alberto Acosta Díaz y Leonardo Daniel Hernández Mendoza, cuyas edades oscilan entre los 12 y 18 años, tienen varias afinidades, una de ellas es el placer por tocar la flauta transversa. Como estudiantes de la Facultad de Música, han participado y destacado en diversos concursos nacionales de tal instrumento, pero aclaran que lo hacen por mejorar y no por competir.
Su más reciente participación fue en el Concurso Nacional de Flauta Transversa “Rubén Islas” 2015, que se realizó en la Facultad de Música de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) los días 7 y 8 de diciembre del año pasado.
Ahí, Melanie Michelle obtuvo el primer lugar en la Categoría Infantil 1; Sergio David y Diego Alberto, el primero y el tercero, respectivamente, en la Infantil 2; y Leonardo Daniel, el primero en la Juvenil 2.
En este ejercicio académico se dieron cita 70 estudiantes de flauta transversa –seis en la Categoría Infantil 1; 17 en la Infantil 2; 26 en la Juvenil 1 y 21 en la Juvenil 2– de diversas entidades del país como Oaxaca, Estado de México, Ciudad de México, Querétaro, Guanajuato, Aguascalientes, Yucatán, Jalisco, Morelos, Puebla, Hidalgo, Baja California, Sonora, Tamaulipas, Michoacán, Nuevo León, Guerrero, Chiapas y Veracruz. Cabe mencionar que en la Categoría Infantil 1 también participó un niño de Caracas, Venezuela.
“Siempre es necesario estimular a los muchachos a que concursen, porque así estudian mucho y eso es lo que a veces más nos hace falta, ser más disciplinados; cuando hay un objetivo tan claro, no hay distracciones. Siempre que vamos a un concurso, aunque no haya ganadores, los resultados son muy buenos en cuanto a ejecución y avances.
Participar ya es una ganancia”, destacó Natalia Valderrama, una de las maestras de los jóvenes flautistas. Aprovechó para señalar que en esta ocasión el concurso consideró dentro de su repertorio obras de compositores mexicanos, lo cual permite a los jóvenes músicos conocer lo que se crea en el país.
En tanto, otra de las maestras, Erica Ríos Hernández, dijo que este concurso tuvo un enfoque muy importante, pues en las eliminatorias de las Categorías Juvenil 1 y 2 los materiales de la primera etapa fueron extractos orquestales, requisito indispensable para entrar a una orquesta nacional. Ello permite a los participantes experimentar el proceso para lograr un trabajo profesional de esas magnitudes.
En busca de sus sueños
Melanie Michelle, Sergio David, Diego Alberto y Leonardo Daniel relataron con emoción que desde muy pequeños –alrededor de los cuatro años– se encontraron con la música y presintieron que era su camino en la vida. Actualmente Melanie Michelle tiene 12 años, estudia la secundaria y está por iniciar el segundo semestre de iniciación en la Facultad de Música.
Desde los cuatro años se integró a la Orquesta Infantil y Juvenil del DIF estatal y lo relata así: “Empecé cantando, pero poco a poco me fue llamando la atención el instrumento (la flauta), por el sonido”.
La niña, de Coatepec, asiste por la mañana a la secundaria y por la tarde a la Facultad; además, tiene tiempo para estudiar, jugar, leer, pintar y pasear. Contrario a lo que se podría pensar, no se estresa. “Mi papá y mi tío son los que me han inspirado, porque ellos son músicos; y mi mamá, canta”, expresó la pequeña alumna de la académica Natalia Valderrama.
Para este concurso Melanie estudió más horas de las habituales. En la categoría que ella participó se tocó: Escalas mayores (de memoria) y Russischer Tanz de Ernesto Köhler, para la eliminatoria; Pastorcito alegre y Pajarito de Manuel M. Ponce, para la semifinal; y una obra libre (cuya duración tenía que ser de 15 minutos máximo) para la final, que en su caso fue la Sonata de Gaetano Donizetti.
“Yo me sentía bien y segura de lo que llegué a hacer allá. Tenía seguridad porque me preparé bien”, dijo. Para Melanie Michelle, éste es el segundo concurso nacional en el que participa y planea continuar, pues le gusta el ambiente que se genera en esos ejercicios académicos, sobre todo porque le permiten conocer a más personas de su edad que, al igual que ella, están estrechamente involucradas con el estudio de la flauta transversa.
Por su parte, Sergio David, oriundo de Coatzacoalcos, recientemente cumplió 16 años, estudia el primer semestre de preparatoria y está por iniciar el sexto de iniciación en la Facultad de Música. En su caso, su gusto inició por el piccolo, pero al no haber clases de éste, incursionó en el estudio de la flauta transversa.
“Todo empezó cuando escuché por primera vez el piccolo. Me interesó mucho su sonido y empecé a estudiarlo por mi cuenta. Después tuve el gusto de conocer al maestro Javier Concepción Cruz, y si era posible venía una vez al mes a Xalapa para tomar clase particular con él.” Fue este maestro quien lo alentó que se viniera a vivir acá y formalizara sus estudios de música, pero al no haber esa carrera en la Facultad, optó por la flauta transversa. “En marzo cumpliré tres años con la flauta.
Él mismo (Javier Concepción Cruz) me la entregó. Fue la primera vez que tuve una en mis manos y empecé a tocarla”. Fue el propio académico quien lo preparó durante un año para ingresar a la Facultad. Para un joven de su edad y con sus responsabilidades, es indispensable la organización y administración del tiempo –que está dividida entre la preparatoria, la Facultad y el estudio del instrumento– para poder abarcarlo todo.
Sergio David, alumno de Erica Ríos, participó en la Categoría Infantil 2 del concurso, en la que tocó el siguiente repertorio: Estudio Número 19 (fa# mayor) de Louis Drouet, para la eliminatoria; Danza de las Locrias de Miguel A. Gorostieta y El vuelo del abejorro de N. Rimski-Korsakov (versión a libre elección), para la semifinal; así como Fantasía Pastoral Húngara de Franz Doppler y Arioso de J.S. Bach, para la final.
“Fue una gran experiencia. Aprendí mucho y conviví con los flautistas del país que son de mi edad. Me sentía muy emocionado y seguro de mí mismo. Yo sabía lo que había preparado. Fue muy enriquecedor”, puntualizó.
Diego Alberto tiene 15 años, estudia la preparatoria y está por iniciar el octavo semestre preparatorio en la Facultad. Heredó el gusto que sus padres tienen por la música y siguió los pasos de su hermana, quien toca violín. “Recuerdo que cuando estaba chico, en la escuela veía libros de instrumentos musicales y siempre me llamó la atención la flauta; desde ese entonces me decidí por ella.
Siento que mi personalidad se adapta a la flauta: delicada y tranquila”, describió el alumno de Natalia Valderrama. Al igual que sus compañeros, debe ser cuidadoso con su tiempo y está convencido de continuar con el estudio de la flauta transversa de manera profesional –que inició en el Centro de Iniciación Musical Infantil (CIMI), también de la UV–.
En el concurso tocó el mismo repertorio que su compañero Sergio David. “En las primeras etapas estaba muy nervioso, pero intenté controlarme. Una vez que llegué a la última etapa me tranquilicé por completo y pensé ‘un tercer lugar ya está asegurado y no me queda más que disfrutar’ y la verdad creo que fue el momento que más he disfrutado”, compartió.
“Siempre he visto los concursos para mejorar y aprender, más que para competir, porque de los concursos siempre me he llevado cosas muy buenas. Mejora mucho tu calidad como intérprete y músico”, añadió.
En tanto, Leonardo Daniel tiene 18 años, está por ingresar al octavo semestre de la licenciatura. Su hermana y su hermano, mayores que él, lo inspiraron a seguir ese camino. Muy pequeño ingresó al CIMI. Además, asistía a recitales de flauta que se realizaban en la Facultad, lo cual también era una motivación.
“Fue una época muy bonita. Cuando venía a la Facultad me inspiraba ver a gente muy avanzada en el instrumento, tocaban muy bien. Yo decía ‘quiero tocar así, quiero llegar a esos niveles’. Desde niño vi el ambiente que había aquí y eso me llamó mucho la atención”, rememoró.
Leonardo Daniel ha participado y destacado en diversos concurso nacionales. Además, en dos ocasiones formó parte de la Orquesta Sinfónica Infantil y Juvenil de México, a la que convocó el entonces Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (hoy Secretaría de Cultura).
Todas sus participaciones le han dejado gratas anécdotas y experiencia. Al más reciente concurso asistió con otra visión: “Mi objetivo era lograr estar ahí arriba y saber controlarme. Lo cumplí. Me sentí muy seguro, lo disfruté y me gustó, quedé satisfecho”.
Para su categoría, Juvenil 2, en la eliminatoria tocó los extractos orquestales Obertura Wilhelm Tell de G. Rossini; Daphnis et Chloé de M. Ravel, y Sinfonische Metamorphosen de P. Hindemith. En la semifinal, Night Soliloquy de Kent Kennan y Dueto de E. Toussaint; y en la final, Il Carnevale de Venezia de G. Briccialdi y Meditación de Thaïs de J. Massenet.
En este semestre, Leonardo Daniel preparará su titulación y entre sus planes está continuar sus estudios de posgrado en el extranjero. Para él la preparación que se da en la Facultad de Música de la UV es “muy buena”, no obstante le gustaría que hubiera más práctica.
“Me gustaría estar más en el escenario, haciendo música, pues nos ‘clavamos’ muchas horas en un cuarto estudiando, pero al final la música es para compartirse y lo hacemos una o dos veces al semestre.” Todos ellos coincidieron en agradecer a sus maestras y sus familias por todo el apoyo que les dan; además, en alentar a quienes son de su edad a que luchen por sus sueños.
“Si desean hacer alguna actividad y tienen la oportunidad, adelante, háganla. Esfuércense si de verdad les gusta”, dijo Melanie Michelle. “Si tienen sueños, síganlos; solamente trabajando se pueden lograr y cumplir las cosas”, expresó Sergio David.
“No se den por vencidos, a veces creemos que nos fijamos metas muy lejanas, que nunca van a llegar; yo he vivido cosas que hace años creía que nunca iban a pasar, ahora me siento muy bien, muy satisfecho”, añadió Diego Alberto.
“No se desvíen de sus objetivos. Es muy fácil llegar a la comodidad y ya no cumplir las metas. Sigan adelante. Siempre habrá obstáculos y no hay que rendirse. Hay que buscar la manera de salir adelante”, concluyó Leonardo Daniel.