Nerio González, actual director de la Facultad de Teatro, declaró que los nuevos retos de esta institución se focalizan en una visión hacia la educación, creación y desarrollo humano. “Como institución educativa en el terreno del arte y en el entorno de una Universidad, la Facultad ha evolucionado en su tradición formativa, a la par de los tiempos y nuevos paradigmas del siglo XXI, siempre en pro de sus estudiantes y la sociedad”, aseguró al concluir el foro de egresados realizado el 4 de abril en las instalaciones de la Casa del Lago.
Esta lógica fue confirmada por algunos ex alumnos que aseguran que ser egresado de la segunda generación de Teatro siempre ha significado un compromiso con la escena nacional: “Fuimos las primeras generaciones que se formaban con un modelo educativo universitario para las artes escénicas en México”, afirmó Margarito Avilés Díaz.
“Desde su fundación, la Facultad de Teatro esbozaba una misión y visión muy ambiciosas, las cuales tenían por objetivo la formación de un actor integral, influido por el modelo del teatro europeo, sobre todo de países socialistas en formación”, declaró Margarito Avilés.
En opinión del actor, los responsables de crear el plan de estudios y echar a andar este proyecto de licenciatura debieron plantear y justificar la pertinencia en México, en específico de la ciudad de Xalapa, y hacer el proyecto viable para que fuera asumido por el rector y consejo universitario en turno.
“Reunir a un primer grupo de profesores de carrera responsables de llevar a cabo los objetivos de cada asignatura, y crear espacios de desarrollo para iniciar el camino de la formación del actor con una mirada universitaria, fue una gran labor”, aseveró Avilés Díaz.
Para él, ser sujeto de estudio y exploración de la formación teatral universitaria, no les impidió a las primeras generaciones ejercer la profesión y continuar activos, ya sea en escena o docencia, en escuelas que se crearon a raíz de esta Facultad de Teatro.
“La experiencia de cursar la Licenciatura en Teatro me dejó coraje, disciplina, apertura, experiencia, liderazgo, formación, agradecimiento y vanidad”, dijo Claudia Villar. Explicó que si bien su generación tuvo roces con el Modelo Educativo Integral y Flexible (MEIF), éste les ofreció toda una gama de vertientes en torno al teatro, en donde ya no sólo podían ser actores sino aspirar a la docencia, creación, gestión, producción e investigación, entre otras ramas.
“Con el MEIF no existen grupos ni generaciones, pero ha