Diego Salas Avilés
Lucero Mercedes Cruz Porras
El Premio Herralde de Novela es un reconocimiento a la literatura más destacada en la nueva narrativa de España y de Latinoamérica. Por ello es un orgullo que un egresado de la Facultad de Letras Españolas de la Universidad Veracruzana, Juan Pablo Villalobos Alva, haya sido distinguido con este premio el pasado 7 de noviembre.
Y a propósito de este narrador y porque hay múltiples trabajos de investigación sobre su obra a partir de la teoría literaria, se entrevistó a Diego Salas Avilés, escritor, docente y músico, que transitó por la misma casa de estudio que el galardonado.
Diego Salas Avilés realizó su tesis con base en la novela Fiesta en la madriguera (2010). Aquí la historia de su encuentro.
¿Cómo conociste la narrativa de Juan Pablo?
En la época en la que yo estaba por concluir mi licenciatura no había trabajos previos sobre Juan Pablo, quien había egresado de la Facultad tan sólo dos o tres años antes. Llegué a su novela de manera fortuita; absolutamente fortuita, recuerdo que caminaba por una calle del centro de la ciudad y entré a una librería donde había una novela titulada Fiesta en la madriguera en la sección de novedades, como era chiquita y barata la compré. No sabía más que el título, pero la empecé a leer y cinco horas después ya llevaba más de la mitad.
Me comuniqué con mi directora de tesis y le dije: “Quiero trabajar esta obra”. La novela fue publicada, si no mal recuerdo, en noviembre de 2011, yo la descubrí en diciembre; era muy reciente y mi directora me comentó que debía dejar pasar un tiempo… pero al final la convencí.
Me encontraba en la tarea de discernir entre el enfoque teórico con el que la trabajaría, cuando estalló la inseguridad en Veracruz, así que opté por abordar el fenómeno de la violencia desde la literatura, utilizando el estudio Crítica y sabotaje, de Manuel Asensi.
¿Qué historia te contó con su novela?
Entender una obra dentro de mi contexto me permitió reflexionar sobre el discurso radical neoliberal que determinaba el valor del ser humano por su injerencia económica; esta figura general del neoliberal perfecto permeó la formación de sicarios. En 2011, solamente en Veracruz había 120 mil sicarios menores a los 15 años de edad, eran muchísimos; pero lo alarmante era que su ingreso no superaba los seis mil pesos y tenían un promedio de vida de seis meses.
En realidad estos chavos estaban enlistándose en las filas del narcotráfico porque hacían un contrato social basado en el verdadero poder, el de decir: tengo un arma y soy impune.
Mi investigación abordó la manera en que Juan Pablo entiende todos estos discursos, los abstrae en una realidad concreta y los ridiculiza, desde una voz que los infantiliza; justo por estos elementos, su novela me pareció tan viable.
¿Qué te dejó conocer su obra?
Hice contacto con él en 2011, le escribí para conocer sus publicaciones porque no encontraba más fuentes. Al enviarle la tesis platicamos y me comentó que no le gustaba leer trabajos sobre su obra, pero que encontraba coincidencias. Después de mi etapa como universitario seguí leyéndolo, siendo testigo de su crecimiento como autor. Juan Pablo es irónico en español y en sus traducciones a otros idiomas; es un escritor que produce literatura con pertinencia social.