Año 16 No. 691 Septiembre 18 de 2017 • Publicación Semanal

Xalapa • Veracruz • México

Área Técnica prepara a estudiantes para estancias de investigación

Contenido 3 de 34 del número 691
Alumnos de Matemáticas realizaron movilidad durante el verano

Alumnos de Matemáticas realizaron movilidad durante el verano

 

David Sandoval Rodríguez

Las estancias de movilidad acercan al quehacer científico y despiertan el interés por la investigación en estudiantes de licenciaturas adscritas al Área Académica Técnica, quienes las experimentaron como parte del Verano de la Investigación Científica y Tecnológica del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), a través del Programa Delfín, el Verano de la Investigación de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC) y los intercambios que promueve esta casa de estudio dentro del Área de Formación de Elección Libre (AFEL).

El Programa Interinstitucional para el Fortalecimiento de la Investigación y el Posgrado del Pacífico, conocido como Delfín, es una iniciativa de 90 instituciones de educación superior que fomenta el intercambio de profesores y estudiantes en diversos campos, parte del Verano de la Investigación Científica y Tecnológica del Conacyt.

Otra iniciativa en la que participaron los jóvenes fue el Verano de la Investigación Científica de la AMC, en la que contaron además con apoyo financiero de la UV.

Los entrevistados afirmaron que su experiencia lejos de la UV, de sus casas, familia y amigos fue un reto que les dejó un balance positivo.

Pakal Moyrón Castillo, alumno del quinto semestre de Ingeniería en Instrumentación Electrónica interesado en la astrofísica, compartió que esta estancia lo convenció y le mostró todo aquello que involucra una investigación de este tipo, como el uso de telescopios profesionales.

A través de un proyecto individual realizó un análisis de espectros del hidrógeno para calcular masas solares en regiones específicas del universo que fueron procesadas con un aparato que está en Chile, llamado MUSE (por sus siglas en inglés Multi Unit Spectroscopic Explorer), un espectrógrafo de campo integral que genera cubos de información al convertir el espectro en pixeles. De dichos cubos, su propuesta se enfoca a elaborar capas para sus respectivas comparaciones.

Su estancia, dentro del Programa Delfín, fue en el Observatorio Astronómico Nacional del Instituto de Astronomía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) en la sierra de San Pedro Mártir, Baja California.

Su asesor fue Carlos Román Zúñiga, investigador de la UNAM, quien lo aceptó para el Verano de la Investigación y le apoyó con sus dudas.

Su carrera, en apariencia, es ajena a la astrofísica, pero es el pensamiento científico y la capacidad de realizar ecuaciones matemáticas, además de su interés particular por la astronomía, lo que sirvió para que lograra el mayor aprovechamiento de su estancia de mayo a julio.

Anahí Ramírez Solano, de séptimo semestre de Ingeniería en Instrumentación Electrónica, acudió al Centro de Investigación en Micro y Nanotecnología (Microna) en la región Veracruz, como parte de un intersemestral de la investigación que otorga 10 créditos en el AFEL.

Trabajó sobre piezoeléctricos para captar energía a partir de vibraciones y convertirlas en energía eléctrica a nivel de nanotecnología.

Su interés primordial es estudiar una maestría en nanotecnología, por ello buscó la posibilidad de acudir al centro y fue recibida por el investigador Agustín Herrera May.

La estancia consistió también en investigar y tomar cursos con el propósito final de diseñar un captador de energía y observar cómo opera en la vida real.

Actualmente trabaja en la Facultad con la intención de elaborar un artículo basado en los resultados de su experiencia y publicarlo en una revista indexada. Además, tiene el interés de seguir en el campo de la investigación y posteriormente le gustaría desarrollarse en el área biomédica con micropartículas.

Ramírez Solano subrayó que la clave para realizar una estancia de investigación, ya sea en la UV o en otra universidad, es tener un interés genuino por el quehacer científico y lo más importante para ser aceptado es redactar un buen ensayo que explique los motivos de solicitud.

Diana Isabel Gutiérrez Zavaleta, de séptimo semestre de Ingeniería en Instrumentación Electrónica, acudió al Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica (INAOE) en Puebla; su interés primordial era incursionar en la investigación pues desde hace tiempo tenía tal intención.

Jóvenes de Instrumentación Electrónica y Ciencias Atmosféricas participaron del Verano de la Investigación Científica

Jóvenes de Instrumentación Electrónica y Ciencias Atmosféricas participaron del Verano de la Investigación Científica

 

El proyecto inicialmente era el desarrollo en tarjetas FPGA dispositivos lógicos programables, es decir chips cuyas puertas lógicas a nivel físico podemos programar; al final no desarrolló esta línea pero sí recibió clases sobre el lenguaje de programación VHDL que se utiliza para la programación de las tarjetas.

Su proyecto se denominó “La implementación de osciladores caóticos en tarjetas Raspberry para el cifrado de información”.

Fue recibida por José de Jesús Rangel Magdaleno en el Laboratorio de Instrumentación del INAOE y se integró a un equipo de trabajo en el que colaboró con estudiantes de otras instituciones, como la Universidad Autónoma de Sinaloa y la Universidad de Guadalajara.

Estuvo en una competencia de innovación hace un año, por lo que tenía experiencia de trabajar con personas provenientes de otras licenciaturas, lo cual le permitió “aprender de otras visiones, otros conocimientos y otras costumbres, principalmente porque consistió en conocer qué hacen en el norte, cómo su modelo educativo es diferente al de la UV y el programa en particular de la licenciatura”, también sirvió para darse cuenta de que la Veracruzana sí tiene el nivel requerido para colaborar en trabajos de este tipo.

A este esfuerzo se añade el hecho de que la universitaria forma parte del programa de Jóvenes de Excelencia Banamex, por lo cual recibe un apoyo monetario.

Durante la estancia acudió a varios seminarios y pudo conocer sobre temas como astrofísica o cómputo y dimensionar todo lo que se puede hacer si se reúnen varias disciplinas, “me gustó mucho la idea de crear algo nuevo, de desarrollar y colaborar con otras personas”, dijo.

José Daniel Pretelín Ramos, estudiante de séptimo semestre de la Licenciatura en Ciencias Atmosféricas, visitó el Centro de Ciencias de la Atmósfera de la UNAM en la Ciudad de México, el cual eligió por ser una de sus principales opciones para cursar un posgrado, ya que se trata de un instituto especializado en cuestiones de meteorología, climatología, física y química de la atmósfera.

Canalizó su estancia a las ciencias atmosféricas, en particular a la física de nubes, línea de investigación que desde hace tiempo quería conocer y trabajar porque en la licenciatura hay introducciones a los temas, pero no hay una asignatura en específico.

Fernando García García fue el investigador que lo recibió en el centro mencionado, en una estancia que abarcó de junio a agosto.

Trabajó con instrumentación meteorológica para medir precipitación con un pluviómetro y un disdrómetro, que sirvió para comparar cuál de ambos instrumentos realiza mejores mediciones, bajo ciertas circunstancias, en ciertos eventos de precipitación.

Su experiencia la calificó como una introducción a la instrumentación, así como a la investigación sobre la formación de lluvia y los mecanismos de precipitación en lugares específicos; en su caso trabajaron con los datos de la Red Universitaria de Observatorios Atmosféricos de la UNAM, en particular con las mediciones generadas en Juriquilla, Querétaro.

Se obtuvieron buenos resultados al determinar la lluvia indirectamente a partir del total de gotas, elaborar gráficas y comparar resultados de ambos aparatos, al final calculó la intensidad de precipitación en diferentes intervalos.

Esteban Reyes Saldaña, estudiante de la Licenciatura en Matemáticas, realizó su estancia apoyado por el Programa Delfín en la Facultad de Ciencias de la Universidad de Colima y consistió en aprender sobre variedades teóricas y álgebra lineal para desarrollar un tema, así como sus resultados.

Su interés por el tema proviene de un gusto por la geometría y porque los conocimientos que solicitaba el investigador estaban a su alcance.

Con sesiones teóricas, el investigador Andrés Pedroza les presentó su área de trabajo y posibles áreas de estudio en las primeras dos semanas, y en las siguientes se dedicaron a desarrollar temas específicos.

Al finalizar expuso los resultados ante el grupo de trabajo que se había formado, integrado por cuatro estudiantes de otras universidades que también eran parte del Verano de la Investigación.

Blanca Castillo Bautista

Blanca Castillo Bautista

 

Subrayó que en el área de investigación en matemática son necesarios los intercambios para conocer los retos actuales de la disciplina: “Un estudiante no tiene nada que perder y sí mucho que ganar porque si se quiere dedicar a la investigación, una estancia del Programa Delfín puede enriquecer su formación profesional”, manifestó.

María de Jesús García Santiago, estudiante de la Licenciatura en Matemáticas, realizó su estancia en la Universidad de Colima, como parte del mismo programa, y también acudió a la Facultad de Ciencias.

Con el investigador Carlos Castaño Bernard estudió fracciones continuas, geometría hiperbólica y teoría de grupos, basado en un artículo sobre el que trabajaron ambos.

En su caso fue la única estudiante que recibió el profesor, por lo que aprovechó al máximo su experiencia y mencionó que fue su primera opción.

“Tenemos un plan de estudios diferente y llevamos distintas materias en distintos semestres, entonces me recomendó estudiar por mi cuenta y tratar de ser más exigente.”

Es la primera vez que concursa en una experiencia de este tipo e incluso durante dos semanas estuvo indecisa; el factor del dinero fue un asunto elemental a considerar, ya que sin una beca hubiera sido imposible.

“Para mis papás fue un gran shock porque no les dije nada hasta que estuve segura de que sí me iba a ir y me apoyarían con una beca, primero me enteré que había obtenido un lugar y después que sí recibiría el apoyo”, reveló.

Invitó a sus compañeros a cursar una experiencia de movilidad; para ello hay que tener un buen promedio, estudiar por cuenta propia y pedir apoyo cuando es necesario porque no es malo reconocer que algún tema es desconocido.

Alejandro Vázquez Marín, alumno de séptimo semestre de la Licenciatura en Matemáticas, fue otro de los participantes del programa pero en el Instituto Tecnológico Superior de Guanajuato, con Ignacio de Jesús Segovia Domínguez en un proyecto de reconocimiento estadístico de patrones e inteligencia artificial.

El investigador tenía cinco líneas de investigación y requería un colaborador para cada una de ellas, “llegué y me enteré que tenía a tres compañeros que pertenecían a la misma licenciatura y dos a la Licenciatura en Sistemas Computacionales; entonces, como éramos un grupo tuve la oportunidad de abordar cada una de las líneas de trabajo que tenía disponible”.

Un alumno de cada licenciatura conformaba un equipo para realizar parte de su proyecto.

El joven se enfocó en la interpretación de los datos y en los métodos estadísticos de clasificación. “El investigador quería que nosotros aportáramos una explicación más clara para otras personas que no han tenido contacto con el tema, explicábamos la mayoría de las cosas a quienes provenían de sistemas computacionales, interpretando los resultados numéricos”.

Vázquez Marín precisó que si pudiera identificar uno de los puntos que más se le dificultó, “sería la relación con una persona distinta a mi carrera porque no es sencillo que se comprenda lo que estudiamos en matemáticas, y viceversa; la comunicación entre parejas fue lo más complicado que enfrenté”.

Aprendió nuevos métodos en los que tuvo como base los conocimientos adquiridos y las dificultades fueron superadas, incluso en menor tiempo de lo planeado.

Esteban Heredia Muñoz, estudiante del séptimo semestre de la Licenciatura en Matemáticas, trabajó en la Universidad de Zacatecas con el profesor Miguel Ángel Maldonado, sobre una línea de investigación en el área de la topología con un enfoque geométrico y algebraico, el tema fue analizar los espacios torroidales.

“Pienso que la estancia fue bastante útil; te das cuenta lo que se desarrolla en otros estados y aprendes a identificar el análisis matemático en su programa. Te hace sentir bien que tu universidad se distingue por la formación.”

Leonardo Quirino Olvera

Leonardo Quirino Olvera

 

Lo que más le gustó fue el aporte del investigador a su formación dado que pudo tratar con mayor profundidad el área de la topología algebraica, tanto que le gustaría estudiar una maestría o doctorado.

“Él notaba que era muy entusiasta con el tema y me recomendaba bibliografía porque quiero conocer más el área y las aplicaciones que tiene como la robótica, en particular lo relacionado con sensores para desplazamiento, identificando el entorno; también hay aplicaciones en la biología, observando la conformación de los nudos en los cromosomas”, comentó.

Gonzalo Rodríguez Rebolledo, de la Licenciatura en Matemáticas, acudió a la Facultad de Ciencias de la Universidad de Colima con el investigador Andrés Pedroza y su compañero Esteban Saldaña, como parte del Programa Delfín.

“El maestro nos daba mucha libertad, pero sí era un trabajo pesado, sabías que tenías que trabajar y la presión venía de uno mismo”. Consideró que fue el apoyo y supervisión continua del investigador lo que le permitió terminar las tareas asignadas.

El aporte más valioso fue ayudarle a decidir qué es lo que quiere hacer al terminar la licenciatura. La estancia fue intensa y de mucho trabajo, pero también le permitió adquirir muy buenas experiencias.

Como recomendación a los universitarios, señaló que las dificultades “te ayudan para crecer como persona y siempre te dejará muchas cosas no sólo en cuanto a los estudios sino a la vida en general”.

Blanca Natalia Castillo Bautista, estudiante del noveno semestre de la Licenciatura en Ciencias Atmosféricas, realizó su estancia de investigación por parte de la AMC en el Centro de Investigación Científica y de Educación Superior de Ensenada (CISESE) en La Paz, Baja California.

Como parte del Programa Delfín, trabajó por siete semanas con Luis Manuel Farfán Molina en ciclones tropicales y meteorología.

“Estuve en el proyecto de análisis de huracanes de impacto reciente en las costas del Pacífico occidental, mi experiencia fue muy buena porque aprendí muchas cosas, el manejo de un nuevo software me hizo tener una visión diferente acerca de cómo trabaja un investigador y hacerme autónoma. La Universidad Veracruzana me apoyó económicamente, por lo que estoy agradecida pues no hubiera sido posible realizar la estancia siendo una ciudad turística”, característica que eleva los costos.

Expresó estar satisfecha con lo aprendido y comentó que su actividad estuvo enfocada totalmente a la investigación, recibía instrucciones del investigador, tales como analizar modelos meteorológicos, el impacto de los huracanes y cómo éstos afectan a la población, deduciendo los datos a partir de los indicadores.

Aprender a operar el software le permitió estar en contacto con los desarrolladores del mismo, quienes fueron muy receptivos a sus dudas. “Todos eran muy amables y quedé muy satisfecha, al final de la estancia di un seminario donde expuse los resultados de esta experiencia, me gustó mucho porque hubo retroalimentación, críticas constructivas y me motivó para seguir estudiando y pensar en una maestría o doctorado”.

Su interés original era trabajar con un investigador y obtener resultados que aplicar en su trabajo recepcional sobre ciclones tropicales.

Leonardo Quirino Olvera, estudiante de quinto semestre de la Licenciatura en Ciencias Atmosféricas, viajó al Centro de Estudios Meteorológicos de la Costa de la Universidad de Guadalajara, en el que realizó un compendio bioclimático para la localidad como parte del Programa Delfín.

El universitario contactó por correo electrónico al investigador Antonio Velázquez Ruiz, quien trabaja este campo. “La verdad no tenía idea de qué era, pero empecé a investigar, le envié un correo y me aceptó, ahí comencé el papeleo para viajar a Puerto Vallarta”.

La importancia del compendio bioclimático radica en sintetizar las variables meteorológicas de una manera accesible, destinadas a la planeación arquitectónica y urbana.

“El ambiente de trabajo era muy agradable, no me costó la adaptación, simplemente llegabas y te involucrabas en la labor en equipo. Llegué bien preparado por la UV, hice cosas que había visto de manera teórica en mis materias, entonces se me facilitó y congenié con el doctor y resultó algo fascinante”, detalló.

Leonardo Quirino consideró fundamental para cualquier estudiante vivir esta experiencia porque abre panoramas y permite conocer personas que no cuentan con la misma formación, hacer equipo con ellos es algo a lo que no se está acostumbrado.

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