Desde 1992, esta asociación civil ha sido un respaldo económico y moral para becarios beneficiados
Paola Cortés Pérez
La Fundación de la Universidad Veracruzana (UV) cumplió 25 años de trabajar e impulsar la educación superior pública en la entidad y uno de los medios para lograrlo ha sido el programa de becas, cuyo objetivo es apoyar a los jóvenes y evitar que abandonen sus estudios profesionales.
Es por ello que los beneficiarios de dicho programa consideran que más que brindarles un respaldo económico, la asociación civil se ha convertido en un sostén moral y sentimental.
Oscar López Salvador, uno de los cientos de estudiantes que han sido beneficiados, originario de San Martín Peras, municipio de la región mixteca de Oaxaca, compartió que vino a Xalapa a estudiar la Licenciatura en Médico Cirujano; en la actualidad cursa el noveno semestre y en unos meses iniciará su residencia.
Comentó que vivir solo y alejado de su familia no es lo más difícil que ha enfrentado, ya que desde los 13 años se fue a vivir a un pueblo llamado Ixtlahuaca para estudiar.
El obstáculo principal fue que sólo hablaba su lengua materna, la mixteca, y un 40 por ciento de español. “Cuando llegué pensé que se burlarían porque no hablaba español, pero mis compañeros me ayudaron mucho para aprenderlo; me invitaban a reuniones y así he podido hablarlo un poco más”.
Su deseo por estudiar medicina surgió a los 12 años, cuando era intérprete del médico que atendía la clínica en su pueblo, así podía conocer los dolores y malestares de la gente. “Me di cuenta que es una profesión en la que puedo ayudar a mis semejantes, pero especialmente quiero regresar a mi pueblo para ayudar en la clínica”.
Fue así que decidió participar en la convocatoria del programa de becas, ingresó sus papeles y a partir del tercer semestre ha recibido una beca cada seis meses, la cual le ha servido para cubrir gastos diversos como la renta de una vivienda, alimentación, compra de útiles escolares y otros.
Aunque trabaja los fines de semana para solventar sus estudios, si no tuviera la beca “sería difícil, tendría una situación complicada, entre los gastos de la renta, mi situación económica desfavorable y mis padres que no tienen suficientes recursos económicos para apoyarme cada mes”.
Por lo tanto, la Fundación UV ha significado más que un apoyo económico, “mi padrino y yo tenemos más que un vínculo económico, se ha formado una unión sustentada en valores como la solidaridad. En la Fundación tengo un apoyo moral y sentimental”.
Yesenia Bautista López y Cecilia Hernández Salazar estudian la Licenciatura en Contaduría y otro punto en común es que son beneficiarias del programa de becas, al cual consideran como un gran impulso para continuar con su formación profesional.
Yesenia es oriunda de Abasolo del Valle, municipio de Playa Vicente, región en la que los jóvenes difícilmente pueden continuar sus estudios porque sus familias no cuentan con los recursos necesarios.
“La Fundación UV me impulsa a seguir adelante; me ha ayudado mucho porque he podido pagar las inscripciones, comprar libros y demás material, pero sobre todo en ella he encontrado un apoyo moral.”
Además, Cecilia dijo: “La Fundación UV también nos vincula con asociaciones e instituciones en las que podemos realizar el servicio social o apoyarlos de alguna manera”.
Finalmente, Oscar López invitó a los estudiantes de nuevo ingreso a superar el miedo y desistir ante los obstáculos que se les presenten en el camino, porque ello los hará más exitosos: “Sólo tenemos que estudiar, trabajar y luchar mucho para alcanzar nuestras metas”.
Programa de becas, la mayor contribución
El programa de becas, vigente durante los 25 años de esta asociación civil, ha sido el principal logro y contribución de la Fundación UV, coincidieron algunos de sus fundadores e integrantes en activo.
Éste surgió con el objetivo de apoyar al estudiante de buen desempeño académico y en situación de vulnerabilidad económica, a través de diferentes opciones: la campaña “Amigos y ex alumnos de la UV”, “Adopta un becario” e incentivos académicos que reciben aquellos estudiantes y/o deportistas universitarios que han tenido un buen desempeño.
Carlos Soto Díaz, miembro fundador de la asociación civil, expresó: “Un balance después de 25 años, es la gran satisfacción que tenemos por la cantidad de becas que se han otorgado, en mi opinión sería la parte más importante de lo que ha podido hacer la Fundación. Hoy tenemos profesionales exitosos, hijos de la Fundación, es la mayor satisfacción que tenemos los fundadores”.
En tanto, María Cristina Domínguez, quien fuera directora de la Fundación UV durante siete años, consideró que una de las principales contribuciones ha sido el apoyo brindado a los estudiantes, acción que puede dar pauta para solucionar problemáticas como las que hoy nos aquejan, pues “este sostén económico a los estudiantes es indispensable para que puedan desarrollarse profesionalmente, lo cual los hará mejores ciudadanos y podrán desenvolverse dentro de un ámbito sano, entonces siento que es lo más relevante”.
El arquitecto Arturo Aguayo Lozano, quien hace 19 años fue invitado a colaborar en este organismo, celebró todos los logros obtenidos hasta ahora y, al igual que los demás entrevistados, refirió que las becas representan lo más importante.
También es relevante el trabajo que la Fundación UV realiza en la administración de inmuebles universitarios, y para contar con un equipo de radioterapia para la asistencia de personas enfermas de cáncer que no tienen recursos económicos, adquiridos recientemente.
Con relación a las contribuciones, Aguilar Pizarro señaló que una de gran relevancia ha sido fomentar el sentido de pertenencia a la propia Universidad, al ser una institución u organización dedicada a trabajar en beneficio de esta casa de estudio.
“Somos una Fundación certificada en varios aspectos, con una importante presencia nacional en el ámbito de las fundaciones universitarias.”
Al preguntar sobre el principal reto para los próximos años, dijo que es incrementar sustancialmente el número de jóvenes becarios, para evitar que haya deserción estudiantil por la falta de recursos económicos.
Carlos Soto agregó que el reto es seguir por la misma ruta de apoyo a los alumnos que lo necesiten, con la ayuda de la comunidad universitaria y la sociedad veracruzana.
“La Fundación surgió con el fin de regresar parte de lo que la Universidad nos ha dado; si lo hemos logrado, me siento satisfecho.”
Para María Cristina Domínguez, miembro fundador, el reto está en tratar de conseguir más aportaciones, especialmente en estos momentos difíciles por los que atraviesa el país; no se trata de que la gente no quiera cooperar, sino que a veces ya no puede dar los donativos que hacía antes, entonces se debe trabajar para convencerlos.
“Siempre les decimos que no se trata de dar lo que les sobre, sino de compartir lo que tienen porque si su vecindario no está seguro, su casa tampoco. Entonces, entre más gente esté mejor, todos estaremos mejor.”
María Cristina Domínguez concluyó la entrevista con una invitación a la comunidad universitaria y a la sociedad en general a apoyar todos los programas y campañas que impulse la Fundación UV, “para continuar con esta tarea que es muy noble pero muy difícil”.
El empresario Arturo Aguayo consideró que el desafío será invitar a gente más joven que aporte nuevas ideas y más dinamismo a la Fundación, “tenemos que pensar en las demás personas, es uno de los atributos más importantes de la organización y por el que debe seguir trabajando”.
Y uno de los más entusiastas fue Antonio Vilchis, quien externó: “La Fundación UV está comprometida con un programa de apoyo educativo que abone a la estabilidad de la sociedad; propiciar la educación es una buena forma de servir a los semejantes, un pueblo no puede ser democrático si no es educado, debemos abrir los ojos y el corazón para apoyar causas nobles y transparentes en beneficio de la educación, que es la meta fundamental”.
Celebración con contribución social
La celebración del 25 aniversario se efectuó el 28 de marzo, en la Sala Anexa de Tlaqná, Centro Cultural, con un reconocimiento al trabajo y solidaridad de los miembros fundadores y titulares.
La ceremonia fue encabezada por la rectora Sara Ladrón de Guevara y el presidente de la Junta Directiva de la Fundación UV, Víctor Aguilar; acompañados por la secretaria académica, Leticia Rodríguez Audirac; el secretario de Administración y Finanzas, Gerardo García Ricardo, y el secretario de la Rectoría, Octavio Ochoa Contreras.
Aguilar Pizarro expresó que con la solidaridad y la cooperación de la comunidad universitaria siempre será posible resolver retos que contribuyan al desarrollo y bienestar de la sociedad.
En este sentido, dio a conocer que gracias a la Fundación “Gonzalo Río Arronte” será posible concretar el programa “Urgencia de equipo, urgencia de vida”, el cual pone a disposición de la sociedad un equipo de radioterapia.
Con ello, la UV será la segunda universidad pública del país que además de ayudar a enfermos oncológicos, “posibilitará la generación y transmisión de conocimiento para el Área de Ciencias de la Salud”.
A su vez, la Rectora discursó sobre la empatía, valor al que calificó como uno de los más significativos en los que la Fundación UV ha sustentado su labor a lo largo de estos 25 años.
Al final dijo: “Sólo me resta, en nombre mío y de toda la comunidad universitaria, dar las gracias a la Fundación por extenderle la mano a la UV y por poner a prueba nuestra capacidad de conectar con los otros, esa capacidad innata que sólo puede redundar en beneficio de la sociedad”.
Cabe mencionar que fueron entregados reconocimientos a miembros fundadores y titulares de la Fundación, por su trayectoria, compromiso, valor y mérito.
Al evento asistieron directores de las áreas académicas y administrativas, donantes, becarios y académicos.