Karina de la Paz Reyes
El Instituto de Investigaciones Biológicas (IIB) desarrolla el proyecto “Diagnóstico de la comunidad de murciélagos en el sótano de Cerro Colorado, Apazapan, Veracruz, y sus inmediaciones”, para conocer la situación actual que éstos enfrentan, estimar la riqueza y diversidad de especies que habitan ese lugar, identificar las rutas de vuelo y patrones de actividad de su salida, inducir a la población para que contribuya a conservarlos, y proponer medidas viables de mitigación y restauración de su hábitat.
El diagnóstico, que inició en mayo de 2014 y concluirá a mediados de este año, es dirigido por los científicos Alvar González Christen, Christian Alejandro Delfín Alfonso y Rolando Arboleda Sánchez del Grupo de Investigación en Zoología del IIB.
El principal sitio de investigación es una cueva con varias galerías (la principal se estima que mide entre 300 y 400 metros de largo, hasta 50 en su parte más ancha y 15 metros de alto), cuya temperatura interna es de 30 grados centígrados y 100 por ciento de humedad.
Desde el punto de vista de los entrevistados, Alvar González y Christian Alejandro Delfín, con la información obtenida será posible proponer las medidas adecuadas de protección y mantenimiento de los murciélagos a largo plazo, lo cual, de manera indirecta, beneficiará a otras especies de la vida silvestre. Con ello, esta casa de estudios y las personas involucradas en el proyecto cumplen con el compromiso social de mantener, conservar y proteger la biodiversidad, así como los bienes y servicios que ésta provee.
Además, para ellos el estudio cobra relevancia toda vez que permitirá caracterizar la estructura del ensamble de murciélagos en dicha cueva y sus inmediaciones, y así se contribuirá al conocimiento de la quiropterofauna de la región y el estado.
Como parte del proyecto realizan salidas de campo mensuales (preferentemente cuando es luna nueva, pues se les facilita un poco más el trabajo), lo que les ha permitido registrar plenamente que en la cueva viven cuatro especies, todas ellas insectívoras (depredadoras de insectos): Mormoops megalophylla, Pteronotus personatus, Pteronotus davyi y Pteronotus parnellii.
Los científicos detallaron que han utilizado la videofilmación, “como una herramienta poderosa” para registrar los patrones de salida de la cueva por parte de los murciélagos, también han capturado (sin lastimarlos) con la intención de estudiarlos (identificar la especie, si son machos o hembras, el estado de salud general y sus medidas) e inmediatamente liberarlos.
El grupo de científicos rastrea no sólo alrededor de la cueva, sino en las inmediaciones para identificar en primera instancia las rutas de vuelo, es decir, al momento en que emergen los murciélagos de la cueva quieren conocer hacia dónde se dirigen.
Por otro lado, están tratando de calcular el tamaño de la población de murciélagos en esa zona. González Christen, también director del IIB, refirió que se trata de especies que tienen un papel muy importante por la cantidad de insectos que consumen diariamente. “Nosotros todavía estamos haciendo los conteos, pero estimaciones anteriores hablan de hasta 500 mil murciélagos (en momentos de mayor abundancia). Pero ése es un dato que todavía necesitamos verificar, se trata de información que generó hace mucho Vinicio Sosa del Inecol (Instituto de Ecología)”.
Por su parte, Delfín Alfonso expuso algunos resultados preliminares del proyecto de investigación, uno de los más importantes es que se trata de una cueva de maternidad (en un periodo de cuatro meses del año) de las cuatro especies (Mormoops megalophylla, Pteronotus personatus, Pteronotus davyi y Pteronotus parnellii).
Remarcó que se tenían sospechas y datos no publicados al respecto, más bien anecdóticos, pero actualmente ya está confirmado que dicha cueva es donde las hembras van a dar a luz y realizan parte del proceso de la crianza.
¿Por qué son tan necesarios los murciélagos?
Los entrevistados destacaron que los murciélagos son los únicos mamíferos voladores, contribuyen significativamente en los servicios ambientales y el papel que desempeñan dentro de los ecosistemas es fundamental. Lo anterior se deriva de sus hábitos alimenticios que son muy variados y se involucran en numerosas interacciones bióticas de suma importancia en los procesos ecológicos regionales.
Además, son considerados elementos clave, pues hay cuevas (de gran interés ecológico) donde son responsables de la introducción de materia orgánica, base de ecosistemas completos.
No obstante, este grupo de mamíferos es muy susceptible a las transformaciones ambientales, contaminación, fragmentación de los bosques, a la alteración o destrucción de sus refugios, sitios de descanso y reproducción, lo que los convierte en entes muy útiles como indicadores de las condiciones de salud de un ambiente particular.
El proyecto “Diagnóstico de la comunidad de murciélagos en el sótano de Cerro Colorado, Apazapan, Veracruz, y sus inmediaciones” se inscribe dentro de otros que ha desarrollado el IIB en cuevas de la misma cuenca.
“El estudio de murciélagos en el Instituto de Investigaciones Biológicas tiene casi 30 años”, destacó Alvar González Christen.
Romper con los mitos y conservar murciélagos
Existen mitos que han marcado a los murciélagos, por ejemplo, que chupan sangre, que son almas, que están asociados a la maldad, incluso hay quienes los consideran dioses, pero el grupo de científicos de la UV trabaja con la población aledaña a la cueva de Cerro Colorado para romper con éstos, y revalorizar el papel fundamental que los mamíferos voladores tienen en los ecosistemas.
Los científicos explicaron que entre los objetivos primordiales del estudio también está socializar e inducir a la población del municipio para que conserven a los murciélagos, por ello trabajan con las comunidades escolares de educación básica que están ubicadas alrededor del sótano.
Concretamente han realizado cuatro talleres de educación e inducción para la conservación en los tres ejidos (Cerro Colorado, Chahuapan y Tigrillos) y la cabecera municipal (Apazapan), respectivamente, donde han participado alrededor de 250 niños. En abril realizaron el último de los talleres.
De manera simultánea han aplicado encuestas a la población, para saber cuál es la percepción que tienen sobre la cueva y los murciélagos en general. Christian Alejandro Delfín expresó que tal ejercicio les ha permitido saber que la gente está muy de acuerdo en que dicho sótano exista y que hay una clara conciencia más inclinada hacia la conservación. Sin embargo, hay personas que les tienen cierto temor y son precisamente los mitos que intentan romper.
“Son comunidades muy pequeñas, porque son ejidos pequeños y eso facilita mucho el trabajo, pues hay un contacto mucho más directo con los infantes. Se hacen actividades lúdicas, de educación ambiental y algunos juegos. Los chicos se van contentos”, detalló Delfín Alfonso.
Añadió que durante el desarrollo del proyecto han tenido buena relación con los ejidatarios, lo cual ha representado uno de los mayores retos. “A pesar de que somos locales, que la gente sabe que hay una universidad aquí (en Veracruz), sí es complicado que nos dejen entrar a trabajar; es mucha labor de convencimiento, de reuniones casuales y formales (en asambleas ejidales) y un proceso de negociación complicado, pero hemos trabajado muy bien”.
La triple alianza
El proyecto se lleva a cabo por el IIB como ejecutor en coordinación con el Patronato Pro-Universidad Veracruzana, Asociación Civil, y la Cementera Moctezuma, Planta Apazapan. También participan de forma directa la presidencia municipal de Apazapan (a través de Efraín Flores), el Centro de Investigaciones Tropicales de la UV (a través de María Cristina Mac Swiney González) y las autoridades de los tres ejidos mencionados.
Además de los científicos, también colaboran cinco estudiantes de la Licenciatura en Biología campus Xalapa, quienes desarrollan sus tesis de titulación y cuyos temas van desde la percepción de las comunidades acerca de los murciélagos hasta el desarrollo de una metodología para hacer un conteo con videofilmación infrarroja.
El proyecto surgió de la empresa cementera, a la que le interesa saber qué sucede con los murciélagos en el sótano de Cerro Colorado, toda vez que en el sentir de la comunidad es su responsabilidad lo que ahí acontece, explicó Alvar González.
Para realizar dicha investigación la empresa emitió una convocatoria que fue atendida por tres grupos de científicos, dos de la Universidad Nacional Autónoma de México y el de la Veracruzana. Finalmente seleccionaron al adscrito a esta última.
“La cementera tiene interés en saber qué hay en la cueva, qué está pasando y, si algo de lo anormal que está sucediendo fuera consecuencia de sus actividades, proponer medidas de remediación pertinentes para revertir este proceso. Lo hacen también a solicitud de la Secretaría del Medio Ambiente del Estado.”
González Christen comentó que al estar por concluir esta primera etapa del proyecto, ya dialogan con la empresa para desarrollar todo un programa de seguimiento a largo plazo, “pero todavía no hay nada firme”.
Para el científico y funcionario académico, el trabajo que se desarrolla se trata de un gran reto pues implica la conjunción de las autoridades gubernamentales, la sociedad en general de aquella zona y la iniciativa privada.
“Es un reto grande conciliar intereses particulares de las tres instituciones participantes. La Universidad es objetiva: el conocimiento por el conocimiento, y en este caso aplicado a la conservación”, enfatizó el Director del IIB.
En tanto, Delfín Alfonso añadió que el reto más grande consiste en conciliar los intereses de las partes: “Nosotros, desde el área de la educación superior generando investigación en ciencia básica; la cementera, como iniciativa privada; el Patronato, como un ente gestor pro-universidad, y el municipio, como un ente rector de una población”.
Ambos coincidieron que dicho proyecto es un ejemplo de cómo buenas prácticas pueden ayudar a la vinculación entre el sector privado, el gubernamental y la Universidad. Además, el trabajo de estas tres entidades impacta de manera benéfica en la sociedad en general, función sustantiva de la educación.