Claudia Peralta Vázquez
Integrantes del cuerpo académico (CA) Medicina Etnofitoterapéutica y Regenerativa, adscrito a la Facultad de Química Farmacéutica Biológica (QFB), analizan –desde 2012– plantas medicinales empleadas como antidepresivos, ansiolíticos e hipoglucemiantes, ante el incremento de casos asociados con diabetes mellitus y trastornos emocionales, así como la falta de un fármaco que trate a la vez ambos padecimientos.
Este núcleo está integrado por Margarita Virginia Saavedra Vélez, Nieves del Socorro Martínez Cruz, Gabriel Arturo Soto Ojeda, Miguel Ángel Camacho Pernas, Minerva Hernández Lozano y María Gabriela Alcántara López, quien funge como coordinadora, y cuenta además con la colaboración de los investigadores Omar David Muñoz Muñiz, Miguel Ángel Domínguez Ortiz y Mauro Villanueva Lendechi.
Como resultado de estudios basados en modelos animales y realizados a las plantas Parmentiera edulis y Argemone mexicana, ambas endémicas del estado de Veracruz, los universitarios han demostrado que ambas tienen efectos hipoglucemiantes, es decir, disminuyen los niveles de glucosa en la sangre; además, la segunda también tiene propiedades ansiolíticas y antidepresivas.
La prevalencia de la depresión es mucho mayor en personas con diabetes comparadas con la población en general. En México, la coexistencia de estas enfermedades es más común en las mujeres, ya que hay una relación de 3 a 1 con respecto a los hombres.
En esta proporción, existen pacientes con diabetes susceptibles a presentar algún trastorno emocional como depresión o ansiedad, o viceversa, quienes además reciben tratamientos distintos para atender ambas patologías, lo que conlleva a incrementar el riesgo de interacciones farmacológicas, aunado al incremento de los gastos médicos.
En 2014, la Federación Internacional de Diabetes reportó que el número total de personas con esta enfermedad fue de 387 millones. En el país, la diabetes es una de las enfermedades más comunes; el estado de Veracruz ocupa el tercer lugar a nivel nacional por su aumento entre la población infantil.
Según reportes de 2012 de la Organización Mundial de la Salud (OMS), 350 millones de personas padecen algún tipo de depresión, misma que si no es tratada puede conducir al suicidio.
En este sentido, María Gabriela Alcántara López resaltó la importancia que el uso de la medicina alternativa y complementaria tiene para los mexicanos.
Explicó que aun cuando muchas plantas se emplean en la medicina herbolaria para combatir diabetes, depresión o ansiedad, son pocos los estudios científicos que avalan o refutan sus propiedades terapéuticas como antidiabéticas, antidepresivas o ansiolíticas. Algunas tienen efecto hipoglucemiante; sin embargo, no logran bajar la glicemia a niveles normales.
Por esta razón, los integrantes del CA han intentado comprobar en el laboratorio si la Parmentiera edulis, Argemone mexicana y Verbesina persicifolia tienen efectos antidiabéticos, para lo cual se han basado en modelos experimentales de diabetes, explicó la académica.
A la primera se le conoce popularmente como cuajilote, chote o platanillo, y es utilizada también como alimento para ganado; es originaria de México y Guatemala. Sus hojas y frutos se utilizan principalmente en infusión de manera oral.
Según reportes, la Argemone mexicana, conocida también como chicalote, cardo amarillo o cardosanto, posee varios metabolitos de la familia de los alcaloides que tienen efectos sobre el sistema nervioso central y otros órganos, como la berberina, un alcaloide con comprobable efecto hipoglucemiante.
Alcántara López señaló que además de estudios farmacológicos, las plantas también deben someterse a estudios toxicológicos.
Detalló que hablar de estudio farmacológico conlleva a establecer el efecto terapéutico de los compuestos, sus procesos de absorción, distribución, metabolismo, eliminación, mecanismos de acción y las dosis óptimas y seguras en que pueden suministrarse; mientras que la parte toxicológica se refiere a estudiar los efectos dañinos o letales, para un uso seguro a corto, mediano y largo plazo.
Dichos daños o alteraciones pueden presentarse principalmente a nivel cerebral, renal o hepático, porque si bien es cierto que una sustancia puede tener un efecto benéfico en el organismo, también podría afectar a otros órganos.
Subrayó que estas investigaciones pretenden ir más allá de demostrar las propiedades terapéuticas de las plantas, sobre todo, es tratar de explicar la patología de la diabetes mellitus y los trastornos emocionales y la comorbilidad que se da entre ellas.
“En el caso de la diabetes, queremos demostrar si con la administración de las sustancias en estudio, hay una regeneración de células beta pancreáticas, si hay acciones sobre los secretagogos de insulina, en la enzima dipeptil peptidasa-4 (DPP-4) o sobre las hormonas incretinas, entre otros mecanismos posiblemente involucrados en las acciones hipoglucemiantes.”
¿Qué está pasando con la diabetes, la depresión y la ansiedad, y qué es lo que le hacen los fármacos o las sustancias bioactivas que revierten o ayudan a estas entidades patológicas?
La académica expuso la creencia de muchas personas, en el sentido de que las plantas sirven para curar todo y no tienen efectos colaterales o secundarios, o que no provocan interacciones farmacológicas con los medicamentos.
Aseguró que esta idea es falsa y debe desmitificarse el uso de las plantas medicinales a través de estudios farmacológicos y toxicológicos, entre otros. “Hay una creencia de que lo natural no hace daño”.
Propiedades analgésicas Otro estudio relacionado es el de plantas con propiedades analgésicas que integrantes del CA Medicina Etnofitoterapéutica y Regenerativa realizan en laboratorios de la Facultad de QFB.
Minerva Hernández Lozano, especialista en Neuroetología y Neurofarmacobiología, quien ha trabajado modelos conductuales de ansiedad, depresión y realizado estudios electrofisiológicos, dio a conocer que centraron su atención en la analgesia porque está relacionada con la diabetes, enfermedad que puede llevar a altos grados de dolor.
Por ello, desde hace tres años han analizado la planta Verbesina persicifolia, la cual ha demostrado tener efectos benéficos en la ansiedad y la depresión a nivel experimental, además de contar con propiedades cicatrizantes y antidiabéticas.
Muchas de estas plantas con propiedad analgésica son endémicas del estado de Veracruz; otras más se ubican en Oaxaca, Puebla y Tamaulipas.
Explicó que las complicaciones de padecimientos como la diabetes se manifiestan con dolor neuropático. Los pacientes llegan a ser susceptibles a infecciones virales, o los nervios en el cuerpo pueden resultar dañados, causando dolor.
Dependiendo de la intensidad del dolor, se requerirán de altas dosis de analgésicos o de fármacos más potentes como la morfina, que sin embargo, tiene efecto adictivo a largo plazo.
Entrevistada sobre el tema, dijo que en muchas comunidades no hay clínicas, menos farmacias para adquirir algún producto contra un proceso doloroso, es por esta razón que sus habitantes recurren a los remedios herbolarios y cuestiones místicas para tratar su salud.
Hace tres años llevaron a cabo un estudio de campo en la localidad Arroyo del Potrero, municipio de Martínez de la Torre, donde además de recolectar la planta se hizo un estudio etnofarmacológico, el cual consistió en entrevistar a 40 personas acerca de cuál era el uso que daban a las plantas medicinales, incluida la Verbesina persicifolia.
“Se detectó que la mayoría de las personas consume la Verbesina persicifolia en forma de infusión, generalmente toman dos tazas al día, una por la mañana y otra por la noche, para aminorar algún tipo de dolor.”
También refirieron que un 20 por ciento de las mujeres en etapa postparto se aplican baños con esta planta, tanto para el efecto anti-inflamatorio como para contrarrestar los dolores.
“Ese estudio nos permitió ver las formas de preparación que hacen las personas, así como las dosis y el tiempo que prolongan su consumo.”
Hernández Lozano añadió que lamentablemente la población desconoce la parte tóxica de la planta, por lo que la investigación los llevó a analizar si hay algunos efectos inesperados.
En este punto, se conocieron dos reportes de fallecimiento y se piensa que el desenlace podría relacionarse con su consumo, ya que las personas fueron adelgazando poco a poco.
“Muchos pobladores la tomaban como agua de tiempo, les gustó tanto su sabor amargo, que en lugar de ingerir agua natural, bebían Verbesina persicifolia. El resultado fue que personas obesas adelgazaron mucho y eventualmente, algunas de ellas murieron”, comentó.
Con base en los análisis de toxicidad llevados a cabo en ratas Wistar y en los datos aportados por las personas, quienes afirmaron que el consumo para efectos de analgesia era sólo por 15 días, no se encontró algún daño fisiológico y morfológico a nivel del funcionamiento del hígado.“No se detectó que a corto plazo cause lesión”.
La investigadora destacó que si bien no es mejor que otros tratamientos farmacológicos, utilizar esta planta tiene ciertos beneficios; no obstante, si tuviera que compararse con otros medicamentos disponibles en el mercado, ganan estos últimos por su eficacia y seguridad ya comprobada. “No se trata de despreciarla, pero debe controlarse la forma de su consumo”, abundó.
Minerva Hernández indicó que los resultados obtenidos por el CA reflejan el estudio experimental en ratas y ratones, y puntualizó la importancia del rescate y aporte de la medicina tradicional. Sin embargo, es necesario comparar la función de la herbolaria con la parte farmacéutica, para llegar a un punto donde ambos son necesarios.
Es importante señalar que las diferentes líneas de investigación en las cuales trabaja este CA son: “Farmacología, fisiología y química de la comorbilidad de la diabetes y los trastornos afectivos”, “Etnofarmacología y farmacia social” y“Evaluación biológica de fármacos, fitomedicamentos y herbolarios con efectos analgésicos, anticonvulsivantes y antimicrobianos”.
Su Línea de Generación y Aplicación del Conocimiento (LGAC) es “Evaluación farmacológica y toxicológica de principios activos, plantas medicinales y compuestos de nueva síntesis”.
Asimismo, el Laboratorio de Farmacología Experimental y el Centro Químico Biológico de Investigación y Servicios de reciente creación y ubicados en la Facultad de QFB campus Xalapa, han contado con el apoyo del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) a través de la convocatoria “Apoyo al Fortalecimiento y Desarrollo de la Infraestructura Científica y Tecnológica 2014”, y del Programa para el Desarrollo Profesional Docente para su equipamiento.
En el laboratorio, se encuentra ya instalado el primer equipo de Citometría de Flujo de la Universidad Veracruzana, gracias al respaldo del Conacyt.