Afirmaron estudiantes de intercambio
Un total de 23 universitarios, 19 extranjeros y cuatro mexicanos, visitaron la escuela primaria de El Conejo
Adriana Vivanco
Carmen Peralta, Benjamín González y Carolina Navarrete, estudiantes de la Facultad de Idiomas que realizan su servicio social en la Escuela para Estudiantes Extranjeros (EEE), destacaron que la vinculación es una de la grandes fortalezas de la Universidad Veracruzana (UV), pues permite una retroalimentación con el conocimiento y las experiencias de personas de comunidades como El Conejo.
Con ellos coincidieron alumnos de Zacatecas y Oaxaca, así como de Argentina, Brasil, Colombia y España, quienes visitaron la Casa de la Universidad ubicada en dicha localidad de las faldas del Cofre de Perote, donde realizaron talleres en la escuela primaria de la zona.
Al respecto, Mirna Jiménez Guerrero, coordinadora de Programas y Servicios de la Dirección General de Relaciones Internacionales (DGRI), comentó: “Cada semestre realizamos una visita a la comunidad El Conejo, como parte de las actividades de vinculación de los estudiantes que nos visitan de otras universidades nacionales e internacionales. En ocasiones anteriores la visita era acompañada con una charla, para ello nos coordinamos con la Dirección de Vinculación, pero este año fue distinto porque además tuvimos la oportunidad de desarrollar una serie de talleres en la primaria de esta comunidad”.
Señaló que para realizar la actividad se conformaron seis equipos integrados por los jóvenes que planearon actividades para dos horas. En total participaron 19 estudiantes extranjeros y cuatro mexicanos. “Estudiantes de origen colombiano impartieron dos talleres de cuento, un taller de música, una sesión de cine, un taller de deportes y un taller de autoestima”, añadió.
La actividad fue posible gracias al apoyo de Víctor Armando Celis Arellano, coordinador de la Casa UV El Conejo, quien detalló que desde hace 20 años trabajan en vincular a la UV con la comunidad para facilitar la relación entre ésta y otras regiones del estado. Entre las funciones de las Casas UV está promover que diversas entidades de esta casa de estudios establezcan un vínculo y se generen actividades en áreas como salud, educación, medio ambiente, vivienda y servicios comunitarios, desarrollo sustentable y producción de tipo artesanal.
La estrategia es que la Universidad pueda trasladarse a este sitio en articulación con instituciones gubernamentales, civiles o privadas dentro de la región, abundó Celis Arellano.
Al referirse a la DGRI, puntualizó que ha sido una de las dependencias universitarias que más ha colaborado en este proyecto, lo cual permite que jóvenes de diversas partes del mundo lleven lo mejor de sí a las comunidades, recojan experiencias de la gente y las trasladen a sus campos de estudio y a sus propias instituciones.
“De esta manera se logra el objetivo de la vinculación, que es realizar un ejercicio de llevar pero también recoger esa experiencia de este estado y de esta región tan interesante e importante en el país; creo que retornando las experiencias vividas es como también la Universidad puede nutrirse y transformarse en función de esas necesidades.”
En tanto Dagoberto López Castro, de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca, opinó: “Mi experiencia en la UV ha sido muy enriquecedora, sobre todo en el plano intercultural porque hemos tenido la oportunidad de compartir con estudiantes de esta casa de estudios y de otras universidades del mundo; además nos han permitido realizar actividades como la que desarrollamos en El Conejo, donde la experiencia de vinculación con las comunidades rurales e indígenas nos ha abierto otros panoramas”.
Por su parte Luis Carlos Ortega Macareno, de la Universidad de Sucre, en Colombia, destacó que el trabajo en El Conejo le permitió un crecimiento integral como ser humano, más allá del desarrollo académico: “El trabajo con los niños nos llenó de energía, nos compartieron su experiencia de vida con su entorno, logramos que se motivaran a leer, fue muy gratificante compartir con ellos lo que nosotros traemos de diversas partes del mundo y recibir su conocimiento y su experiencia de vida. En mi país y en mi universidad no se realizan este tipo de actividades que creo son necesarias para todo estudiante, ya que nos sensibilizan acerca de las verdaderas necesidades de la sociedad en la que estamos inmersos”.
El Voluntariado UV y las brigadas de vinculación, dijo, son fortalezas de la UV, esa capacidad e interés de socializar el conocimiento y el capital humano. “Por desgracia en la mayoría de las universidades todo se concentra en el trabajo académico y se deja de lado la parte social, que es fundamental para construir una verdadera comunidad solidaria”, agregó.
María Fernández, originaria de Oaxaca, hizo hincapié en que su estado tiene muchas necesidades que no son abordadas desde la universidad, por lo que no se genera esta vinculación con la sociedad. “Las Casas UV nos motivan a sugerir un programa de esa magnitud en nuestra universidad, porque en el mundo hay muchas regiones con problemas educativos, de salud, etcétera.
”A mí me llamó mucho la atención la respuesta de la gente cuando llegamos, nadie nos conocía pero sabían que veníamos de la UV y nos recibieron con cariño y entusiasmo porque la Universidad ha generado en esta comunidad ese lazo de hermandad”, resaltó.
Leticia Ribeiro Ferreira, de Sao Paulo, Brasil, compartió con los niños leyendas de su país. “Les contaba las historias y les explicaba ‘yo soy brasileña, ustedes son mexicanos’ y los niños me contestaban que no, que ellos son de El Conejo’, a mí me causó mucha gracia. Trabajar con niños es muy estimulante porque tienen una realidad distinta a la que los adultos percibimos, en este sentido fue muy estimulante conocer sus historias locales y compartirles las nuestras, mostrarles que así como nosotros llegamos a su espacio, ellos en un futuro pueden ir a nuestros países también, pero esto puede ser posible a través de la educación”.
Carlos Ferreras García, de España, y Luís Fiorucci, de Brasil, coincidieron en que el trabajo en la UV los ha enriquecido porque han tenido la oportunidad de realizar actividades de vinculación en las que han conocido otra realidad de México, más allá de la academia.
Germán Gómez, de Argentina, destacó que la experiencia fue enriquecedora porque lograron obtener una retroalimentación cultural con los niños: “Nos dejó claro que estamos estudiando gracias a la sociedad que nos apoya para desarrollarnos no solamente en el aspecto técnico, también en lo social, por lo tanto es necesario que seamos sujetos activos. Agradezco a la UV porque en ella aprendí que en la universidad no sólo te preparas para ser buen administrador, médico o economista, también para ser sujetos activos que compartan con el resto de la sociedad”.
Cristina Silva, de Zacatecas, enfatizó que el trabajo en la UV le ha permitido aprender distintas formas de enseñar y aprender el arte: “El trabajo aquí me ha llamado mucho la atención porque en el aspecto académico, además de contar con la Licenciatura en Música, también existe la Licenciatura en Educación Musical; ahí descubrí que mucho de lo que se les enseña a los niños en las escuelas y los métodos que se ocupan para enseñar las artes, están enfocados a que los estudiantes aprendan jugando y así establezcan una relación con la música y el arte, eso fue lo que hicimos en El Conejo”, concluyó.