Paola Cortés Pérez
Fernando Antonio Rebolledo Uscanga, egresado de la Facultad de Ingeniería en Electrónica y Comunicaciones (FIEC), región Veracruz, es uno de los ocho mexicanos beneficiados por el programa de becas Fulbright -García Robles STEM-Regional, de la Comisión México-Estados Unidos para el Intercambio Educativo y Cultural (Comexus).
A través de estas becas, Comexus apoya a estudiantes, investigadores y maestros –mexicanos y norteamericanos– para que realicen estudios de posgrado, estancias de investigación, docencia y programas de profesionalización en Estados Unidos y México financiadas por ambos países y un pequeño porcentaje aportado por empresas y donativos de fundaciones privadas.
En su página oficial, Comexus explica que el programa Fulbright-García Robles STEM-Regional está dirigido a estudiantes del interior del país (con excepción de Monterrey, Guadalajara y Ciudad de México) que deseen estudiar un posgrado en Estados Unidos en las áreas de Ciencias, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas (STEM, por sus siglas en inglés), y que cuenten con un nivel intermedio de inglés.
Fernando Antonio estudió la Licenciatura en Ingeniería en Electrónica y Comunicaciones en esta casa de estudio, y comentó que ha sido una de las mejores elecciones que ha hecho en su vida.
El universitario, originario del puerto de Veracruz, contó que el gusto y curiosidad por la ingeniería se dio mientras estudiaba la secundaria. “Mi maestro de Física nos involucró en la disciplina mediante experimentos, pues era ingeniero en Electrónica y Comunicaciones, egresado de la Veracruzana”.
Involucrar a los estudiantes –desde una edad temprana– en procesos vinculados a la ingeniería y la física, incentivó la curiosidad por estudiar alguna de estas disciplinas en varios de los jóvenes, comentó el becario.
“No cabe duda que la clase de Física me generó mucha curiosidad sobre el porqué de las cosas, por qué un pequeño foco LED enciende al conectarle una batería y una resistencia, por ejemplo. Esta etapa me llevó a decidirme por estudiar Ingeniería en Electrónica y Comunicaciones, igual que mi maestro.”
Para alcanzar su meta, Fernando presentó examen en tres lugares: la Escuela de Ingenieros de la Armada de México, la Universidad Veracruzana y el Instituto Tecnológico de Veracruz (ITVer); en los dos últimos aprobó el examen de admisión, mientras que en la Armada de México, sólo pasó los exámenes psicológicos, académicos y físico, pero no el médico.
“Tuve que elegir entre el ITVer y la UV, no fue nada fácil pues ambas son muy buenas, pero me decidí por la interdisciplinariedad de los programas educativos de la Universidad Veracruzana, su historia y sus relaciones académicas con otras instituciones del país y del extranjero, que permite a los estudiantes hacer intercambios, cursar semestres en otras casas de estudio y acceder a becas.
”Aunque mi madre me hubiera apoyado cualquiera que fuese mi elección, lo cierto es que se sintió muy contenta al saber que estudiaría en la UV, porque también es orgullosamente egresada de ésta.”
Con referencia a sus estudios realizados en la FIEC, comentó que esta Facultad cuenta con un cuerpo académico de excelencia, con la experiencia industrial y docente, importantes para formar ingenieros sobresalientes.
“La formación y preparación que me dieron me ayudó a experimentar muchas cosas, obtener algunas becas y, sobre todo, adquirir los conocimientos necesarios que un ingeniero necesita para desarrollarse profesionalmente.
”También pude trabajar con Víctor Altuzar Aguilar en el Laboratorio de Bionanotecnología, en el Centro de Investigación en Micro y Nanotecnología (Microna). Obtuve ésta y otras experiencias por haber elegido a la UV, es una de las mejores elecciones que he hecho en mi vida.”
Jóvenes de Excelencia Banamex
Fernando recordó que durante su estancia en el Laboratorio de Bionanotecnología, Víctor Altuzar le habló sobre el Programa Jóvenes de Excelencia Banamex. Entonces, decidió reunir los requisitos solicitados y aplicar a la convocatoria. Después de un tiempo le notificaron que había obtenido una de las becas que otorga el programa.
“Es una iniciativa que te prepara académicamente para presentar exámenes estandarizados, como el TOEFL iBT (prueba que mide la capacidad de utilizar y entender inglés a nivel universitario) y el GRE (examen de ingreso a los programas educativos de posgrado en las áreas de ciencias y humanidades, que exigen numerosas universidades de los Estados Unidos, Canadá y algunas de la Unión Europea).”
Comentó que esta beca le permitió convivir con estudiantes de diversas áreas disciplinares, con quienes compartió y conoció sueños y metas. También pudo conocer y relacionarse con investigadores y académicos reconocidos a nivel nacional e internacional.
“Conocí a Agustín Trajano García Aguilar, ex becario de la Fundación Mexicana para la Educación, la Tecnología y la Ciencia (FUNED); sus consejos, comunicación, ayuda y ánimo jamás pararon hasta que logré mi gran objetivo: ser aceptado en universidades de Estados Unidos para cursar un posgrado.”
Agustín Trajano fue el vínculo para que Fernando hiciera una estancia de verano en la Universidad del Sur de California (USC), enfocada a estudiantes mexicanos que aspiraban a estudiar un posgrado en los Estados Unidos.
“Después de todo el proceso para realizar una estancia de investigación por ocho semanas en la USC, en el verano de 2015, en enero de ese mismo año fui notificado que había sido elegido.
”El programa sólo había beneficiado a estudiantes de la UNAM y del ITAM, así que me sentí muy orgulloso de que por primera vez un estudiante de la UV fuera aceptado, pero también fue una gran responsabilidad el representar a mi alma mater. Fuimos nueve en total.”
Detalló que la estancia la hizo en el Departamento de Ingeniería Biomédica, en el Laboratorio de Microsistemas Biomédicos a cargo de Ellis Meng, fue la primera vez que escuchó hablar sobre esta disciplina, sin sospechar que sería el área que elegiría para continuar su formación.
Durante las ocho semanas de estancia en el laboratorio, se dedicó a realizar mediciones mecánicas (adhesión) a dispositivos biomédicos, elaborados con Parileno C, un polímero biocompatible usado como recubrimiento para dispositivos que tienen interacción con el cuerpo humano.
Lo anterior con el objetivo de obtener mediciones de los parámetros de fabricación con los que deben contar los dispositivos para que no exista delaminación –separación de las láminas que componen el vidrio blindado– entre ellos, ya que tienen dos capas de Parileno C, y por muchas razones las sales del cuerpo humano pueden ocasionar desprendimiento o delaminación entre las capas.
“Fue una gran experiencia que cambió mi forma de pensar y ver las cosas. Encontré mi vocación, quería ser un investigador en el futuro, quería estudiar un doctorado en ingeniería biomédica. Estoy eternamente agradecido con Agustín García, Enrique Argüelles y Ellis Meng, por la gran oportunidad que me dieron de formar parte de su laboratorio y permitirme encontrar mi vocación profesional.”
Biomedicina ayuda a las personas
Fernando compartió que gracias a la experiencia que tuvo en el Departamento de Ingeniería Biomédica de la USC, en 2015, conoció los avances en esta área disciplinar que ha ayudado a salvar vidas y a algunas personas les da esperanzas de tener una mejor calidad de vida, por ejemplo a pacientes con Parkinson.
“Por la grata experiencia que tuve en Los Ángeles y por el hecho de querer ayudar a muchas personas, decidí formar parte del desarrollo en el ámbito y en la industria de la ingeniería biomédica. Ayudar a los demás es lo que más deseo y qué mejor que hacerlo mientras cumplo uno de mis sueños, estudiar el Doctorado en Ingeniería Biomédica.”
Para cumplir su meta, el universitario le dio seguimiento a la beca Fulbright García-Robles que entrega Comexus, pues sabía de los beneficios que ofrecía a los estudiantes de posgrado.
Después de su estancia en la USC realizó exámenes estandarizados de inglés (tanto el GRE y el TOEFL iBT) en noviembre de 2015 y después aplicó para tres universidades, pero ninguna lo aceptó. “Me sentí muy triste, pues me habían rechazado. Aunque estaba en el último semestre de la carrera, me seguí preparando”.
Se dedicó a concluir sus estudios de licenciatura y el 19 de febrero de 2016 presentó su tesis; se dio cuenta que estaba abierta la convocatoria para la beca Fulbright García-Robles, así que en los primeros días de marzo de ese año mandó sus documentos.
“Días después recibí un correo electrónico en el cual me informaban que debía tener una video-entrevista con el comité seleccionador. El 6 de mayo me enteré que había sido seleccionado como becario de Fulbright STEM-Regional. No cabía de la emoción.”
Comentó que el comité llevaba a cabo un riguroso proceso de selección entre los candidatos a becarios, ya que es indispensable tener un buen currículum vitae, promedio mínimo de 9, prestan atención a los resultados obtenidos en el examen TOEFL (ITP o iBT) y, sobre todo, tener listo el ensayo personal, donde se expresan las razones por las que se desea estudiar un posgrado en Estados Unidos.
“Fui elegido para el programa Fulbright STEM-Regional, el cual sólo entrega cerca de 10 becas a estudiantes del interior de la República Mexicana.”
Con referencia al proceso para aplicar a las universidades norteamericanas, dijo que no fue fácil, tuvo que volver a presentar los exámenes de GRE y TOEFL iBT y era necesario obtener un score alto para aspirar a ingresar en una de las instituciones de educación superior de su interés.
“Fue difícil, hubo días en los que no dormía por estudiar para el GRE y el TOEFL iBT, pero en ningún momento pensé en desistir, porque pensaba que si todo fuera fácil, cualquiera lo haría; por eso jamás paré de esforzarme y eso me ayudó mucho.”
Después de prepararse, aplicó examen para cinco universidades de Estados Unidos: USC; Universidad de Texas (UT Dallas); Universidad Rutgers, en Nueva Jersey; Universidad de Northwestern, en Illinois, y el Instituto Politécnico de Worcester, en Massachusetts. En cuatro de ellas fue aceptado y estaba muy contento, pero ahora tenía que elegir una y para ello le ayudó mucho el preview day al que lo invitaron.
Después de las visitas y de evaluar las opciones, se decidió por la Universidad Rutgers, en Nueva Jersey, porque “me sentí muy identificado con la ciudad, con las personas, con el Departamento de Ingeniería Biomédica, con los profesores, tiene un programa educativo excepcional”.
El Doctorado en Ingeniería Biomédica tiene una duración de cinco años, al concluir tiene planeado hacer un posdoctorado y dedicarse por completo a la investigación, pero antes espera colaborar directa o indirectamente con la UV.
Estancias académicas
Fernando Rebolledo dijo que las estancias –académicas o de investigación– en el extranjero hacen que los estudiantes desarrollen ideas nuevas, además de enriquecerlos profesional y personalmente.
“Incluso, aunque sean estancias cortas son tan enriquecedoras que el estudiante regresa más motivado que nunca, por ello considero que la Universidad debe apoyar al 100 por ciento” este rubro.
Al preguntarle a qué ha renunciado para lograr sus metas, respondió que fue a decir “no puedo hacer esto o aquello. Las cosas pueden lograrse, siempre y cuando se hagan con mucha dedicación, paciencia y perseverancia; si consigues una negativa, jamás se debe desistir a los sueños”.
Agregó que la calidad educativa que brinda la UV no debe ponerse en duda, pues tan sólo al compararse en el área de las ingenierías con la UNAM y el ITAM, tiene el mismo nivel. Sólo difieren en las instalaciones.
Indicó que durante la estancia que hizo en la USC se percató que el sistema educativo, el método y el proceso de enseñanza, así como los experimentos en laboratorio, son los mismos que en la UV. En general, la Veracruzana tiene un gran nivel académico, aseguró.
“No hay un secreto, la clave es jamás desistir a los sueños y siempre seguir intentando para alcanzar aquello que parece imposible, pues todo en este mundo es posible. Les dijo a los jóvenes universitarios que deben tomar ventaja de todo, aprovechar cada minuto para aprender algo nuevo, siempre procurar ser de los mejores de la clase, sin importar que estudien ingeniería, medicina u otra licenciatura. Todos tenemos oportunidades delante de nosotros, sólo debemos ser más decididos.”