David Sandoval Rodríguez
En el marco de la Cumbre de Rectores de Universidades de Iberoamérica, organizada por la Universidad Veracruzana y la Universidad Nacional Autónoma de México, que se celebró en septiembre en el puerto de Veracruz, Universo entrevistó a Enrique Planchart, rector de la Universidad “Simón Bolívar” de Venezuela, acerca de la educación superior en Iberoamérica.
Al respecto destacó que es urgente redactar un documento para presentar a los mandatarios que participarán en la próxima Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno 2014, a realizarse en Veracruz los días 8 y 9 de diciembre, el cual debe mostrar la posición de las universidades iberoamericanas acerca del problema general de la educación y el desarrollo de la cultura.
Se trata de atender las necesidades de la sociedad contemporánea en el marco de la globalización, continuó, dado que se vive una “en que los países no pueden ser ajenos o independientes, existe una interdependencia entre ellos y se quiere mejorar los sistemas de intercambio entre universidades iberoamericanas precisamente por la interdependencia que hay y que los jóvenes puedan movilizarse de un país a otro.”
¿Hay una tendencia que acerque a los países y responda a sus necesidades?
Lo que le está pasando al mundo es que ya es muy difícil hablar acerca de cuáles son las necesidades de éste o de aquel país: las necesidades son prácticamente las mismas, por ello hablo de globalización.
La necesidad es entender que el mundo ha cambiado, estamos viviendo una etapa distinta y la educación debe incorporar todo lo que tenemos ahora, la tecnología, los medios de comunicación; hoy en día un estudiante puede estar en Veracruz, puede estar en Caracas y escuchar a un profesor que esté en Europa, por ejemplo.
Eso está bien pero estas cosas obligan a cambiar. Es muy curioso que el cambio que se produjo en el siglo XIX en los medios de producción del mundo entero fueron enormes, la producción era manual, vino la Revolución Industrial, la producción se automatizó, pero la educación no. Estaban los profesores parados frente a 25 estudiantes y daban su clase; ahora esto tiene que cambiar, no puede ser que sigamos como se hizo durante 20 siglos, incluyendo gran parte del siglo XX.
¿Debemos empezar a acostumbrarnos a la idea de una educación que no va de arriba hacia abajo?
Sí, ahora puede participar gente de muchos sitios al mismo tiempo, de distintos lugares del mundo, distintos países, distintos profesores; no es que estemos promoviendo el intercambio, sino que éste se está dando ya. O las universidades se montan en eso, o nos quedamos atrás.
Esta movilidad internacional, ¿cómo ocurre?
En la Universidad “Simón Bolívar” tenemos un programa de intercambio con la Universidad Veracruzana, con él han venido más de 30 estudiantes desde Caracas, y este tipo de cosas tienen que ocurrir. Cuando te digo 30 estudiantes para una universidad que tiene 12 mil, son muy poquitos, pero hay que incrementar eso.
¿Cómo se puede incrementar este, flujo de estudiantes, cuáles serían las claves?
Hay un problema serio. La movilidad implica tener un pasaje de avión y vivir en otro país, por eso es difícil, se tienen que crear fondos que apoyen este tipo de programas.