David Sandoval Rodríguez
Yo soy fiel creyente de la radio, la radio es mi medio favorito. Hago tele y me gusta mucho, pero creo que la radio tiene una magia única, cuando dicen que los niños no escuchan radio es porque no se hacen contenidos para niños, se hacen muy poquito, señaló Kirén Miret productora de Niñonautas.
Niñonautas surgió hace seis años en el programa de Carmen Aristegui, como pequeños segmentos que desde entonces siguen saliendo todos los días, y estas pequeñas cápsulas evolucionaron después a un programa de formato largo, de una hora, que se transmite todos los domingos por las mañanas.
“Hemos capturado un público infantil que estaba, y sigue estando, muy olvidado, se hacen muy poquitas cosas para niños y no todas buenas. Algunas son inteligentes pero se hacen pocas.”, informó Karen en entrevista para Universo, realizada durante el Hay Festival Xalapa 2014.
La respuesta que han tenido de los niños ha sido responsable de esta evolución…
A ellos les gusta Niñonautas, ha sido una muy grata sorpresa. Nos aventamos al ruedo, como generalmente me aviento en la vida, con la idea de hacer un programa de radio y no sabía qué esperar, pero ha resultado increíble, a los niños les gusta escuchar radio y les gusta un programa retador, honesto, dinámico. Necesitamos un montón de secciones porque los niños se dispersan rapidísimo y tenemos que ir a su velocidad, pero nos ha funcionado.
Algunos programas para niños explican sus contenidos de una manera muy elemental…
Los niños son inteligentísimos. Yo no me había dado cuenta cuán inteligentes eran hasta hace seis años. Los niños están ávidos de que les hablen de cosas nuevas y nosotros les hablamos de cosas cotidianas, pero le buscamos la vuelta para que cada uno de esos temas que escuchan día a día tenga un poco de jiribilla, tenga un toque de divulgación con un lado divertido y también con un lado curioso. Generalmente, o con mucha frecuencia, a los niños se les trata como tontos y eso es la fórmula para que se alejen y el proyecto fracase.
Los niños están muy atentos a los teléfonos móviles y es difícil para los padres tratar de evitarlo… ¿es posible?
La prueba de que se puede es que lo vengo haciendo hace cuatro años con los libros. Yo no creo que los libros tengan que reemplazar por completo a las otras plataformas, creo que tienen que complementarse y tienen que encontrar el justo medio. Los medios digitales y las plataformas están llenos de beneficios y hay que capitalizarlos y aprovecharlos; también hay mucha basura en Internet, hay que depurarla y sacar lo bueno.
¿Cómo se dió su participación en el Hay Festival?
Me llamaron, me consultaron si estaría interesada en venir. No sabía demasiado del Hay Festival, al invitarme accedí porque participo de todo lo que pueda generar y motivar a los niños a acercarse a los libros, porque me gusta, porque crecí en una casa de escritores y divulgadores, así que me parece que es el momento de devolver todo lo que sí tuve. Además no conocía Xalapa, así que me pareció una buena oportunidad para venir.
En uno de sus programas salió al aire una cápsula sobre la corrupción, ¿cómo se explica la dificultad para comprender este tema en algunos adultos?
Tengo un equipo muy inteligente y trabajo con gente muy competente. Somos poquitos pero hemos encontrado un lenguaje. Creo que ésa es la mayor cualidad de Niñonautas y hemos dado con la clave para hablarles a los niños, que es con honestidad y con el lenguaje que ocupamos cotidianamente; es hablar de todo.
Por ejemplo, en uno de nuestros libros hablamos de abuso, de hostigamiento, de bullying, de discapacidades, del divorcio, de la muerte y de las enfermedades; pero también hablamos de los pedos, las cucarachas, los pies apestosos y de la cerilla, creemos que todo cabe.
Los temas escabrosos son éstos, son los temas de miedo por excelencia, los temas a los que papás más le temen y siempre están reacios a acercarse a ellos, pues si es difícil hablar de cómo es que crece la fruta de una flor, hablar y explicar de corrupción a un niño no es sencillo.
Entonces nos valemos de los ejemplos cotidianos, nos quemamos un poco las pestañas para que eso suceda, pero creo que lo hemos conseguido y el mérito no es necesariamente mío sino de todo el equipo que ha resultado esencial para que este proyecto haya llegado a donde está.
¿Qué retos que ha enfrentado esta propuesta radiofónica?
Se me ocurren esencialmente dos: hablar de temas complicados, sabiendo que hay un grupo que agradecerá que hablemos de eso, pero es difícil pronosticar la reacción. Por ejemplo, cuando hablamos de homofobia la gente estaba gratamente sorprendida de cómo la abordamos; aunque yo sabía que habría detractores y que no coincidirían o no les parecería correcto, pero fueron pocos, así que me quedo con los otros, quienes suponían que estábamos haciendo el trabajo de una manera bien intencionada.
Era un poco retar a aquellos que creen que la homosexualidad es un problema y la gente que creyera que estábamos sobrepasándonos o cruzando una línea peligrosa, no estaban escuchando el programa correcto. Por otro lado, reinventarnos ha sido un reto bien complicado; después de seis años ¿de qué hablas? Aunque los temas no se agotan, porque podemos hablar todos los días de un tema distinto y tenemos materia para rato, se trata de cómo reinventar un programa de una hora y a veces pienso que si no actualizamos la fórmula ésta se desgasta.
Entonces todo el tiempo estamos inyectándole, pero también la cabeza se cansa. Ahora viene una nueva idea, un nuevo proyecto que es llevar Niñonautas a Internet. Yo creo que Internet es una gran herramienta y no hay que satanizarla, sirve muy bien si se utiliza de manera correcta, entonces hay que llevar los contenidos hacia donde están los niños; ya los atrajimos hacia donde quisimos, ahora nos toca a nosotros ir hacia donde están ellos.
Algo que caracteriza a Niñonautas es el estilo, ¿esto tuvo que ver con decidirse a publicar libros y ahora a crear un sitio web?
Sí, la verdad es que nada de esto estaba planeado, todo ha ido saliendo. Mi vida es un poco así, no planeo nada y todo va tomando su curso. Eso es irresponsable pero es más divertido.
Las cápsulas de Niñonautas inicialmente no eran para niños, eran un segmento con datos curiosos dentro del programa, pero la coyuntura nos hizo ponerlo a las siete y media de la mañana, que era cuando los niños se estaban preparando para ir a la escuela y la cápsula fue tomando su lugar.
El primer libro fue muy arriesgado, fue “un volado” y funcionó tan bien que vamos por el cuarto, y el quinto lo estoy empezando a gestar en la cabeza desde hace algunos meses, pero ahora necesito sentarme a conceptualizarlo.
¿Qué idea transmiten Niñonautas y Kirén Miret a la infancia?
Que saber no duele. Que cuando se aprende de manera correcta y de manera grata es un gran beneficio, es una delicia y es un placer. Hay que permitir que los niños se acerquen al conocimiento de una manera positiva, de una manera amable; eso de “la letra con sangre entra” es peligrosísimo, ya que como entra, sale, y además en el camino se sufre mucho. Hay que acercar a los niños al conocimiento como se les acerca al juego, permitir que la lectura y la información sean procesos lúdicos, no procesos dolorosos.
Sobre la entrevistada
Kirén Miret se define a sí misma como fiel creyente de la radio y es la mujer responsable de las cápsulas dirigidas a niños que se escuchan diariamente en el espacio noticioso de Carmen Aristegui, conocido como Niñonautas; además es productora del mismo noticiario y se encuentra trabajando en una plataforma digital orientada al público infantil bajo la misma temática de las cápsulas radiofónicas.
Es egresada de Ciencias de la Comunicación del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM) y cuenta con estudios en la Universidad de Harvard; ha trabajado para Discovery Channel, Associated Press, Biography Channel y el Canal de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, entre otros; fue productora en MTV y en la actualidad hace lo propio para XEIPN Canal Once de televisión, en el programa Solórzano 3.0, con Javier Solórzano.
Ha publicado los libros Espejos, mocos, cucarachas… y otras pócimas curiosas; De los pies apestosos a las papas fritas; Arañas, pesadillas y lagañas… y otras misiones para Niñonautas y Calambres, balones, escupitajos… y otros secretos futboleros.