Augusto, Indira, Diana y Alfredo participaron en el Taller Integral Nacional
Fueron parte de un equipo que construyó un centro comunitario en Ciudad Guzmán, Jalisco
Karina de la Paz Reyes Díaz
Estudiantes de la Facultad de Arquitectura participaron en el Taller Integral Nacional (TIN) V en Ciudad Guzmán, Jalisco, organizado por el Consejo Nacional de Estudiantes de Arquitectura (Conea), cuya función principal consistió en atender una problemática social de una unidad habitacional del lugar.
En el TIN V, evento cooperativo con fin social que se desarrolló del 3 al 15 de septiembre, los estudiantes mostraron su compromiso con la sociedad al atender una problemática particular de la ciudad sede, con la asesoría de especialistas locales, nacionales e internacionales, como explica su página oficial https://issuu.com/coneamexico/docs/portafolio_tin_v
En esta ocasión, además del Conea, las instituciones convocantes fueron la Coordinadora Latinoamericana de Estudiantes de Arquitectura, la Asociación Nacional de Estudiantes de Ingeniería Civil, el Instituto Tecnológico de Ciudad Guzmán y el Ayuntamiento de Zapotlán el Grande.
En entrevista, los estudiantes Alfredo Romero Mercado, Augusto Ángel Ascorve Vázquez, Indira Gabriela Fernández Lozada, Diana Gabriela Hernández Alafita y Manuel Alejandro Vite Hernández explicaron que el TIN V tuvo como temática “Identidad perdida”, y como parte de las actividades, además de las conferencias impartidas por especialistas del país y del extranjero, hubo que desarrollar una intervención en el sitio que les fue encomendado, ésta consistió en un centro comunitario.
En el equipo también participaron universitarios de otras disciplinas
En el equipo también participaron universitarios de otras disciplinas, como urbanismo, ingeniería ambiental y civil, así como psicología, y su área de acción fue el Conjunto Habitacional FIFA. Éste fue construido por la Cruz Roja Suiza y la Federación Internacional de Futbol para familias víctimas del terremoto de 1985.
Previamente se hizo un análisis de la problemática social, después se diseñó y construyó el centro comunitario.
“Construimos un pabellón. El proceso inició desde el diseño, llegar al terreno, tomarle medidas, ver qué se podía hacer para integrar a la comunidad; la estructura con la que trabajaríamos”, relataron. También destacaron que poco a poco habitantes de la comunidad se involucraron con la labor, lo cual facilitó la intervención social.
El centro comunitario es un pabellón de madera con techo de malla sombra, se trata de la analogía de un vivero, pues en esa parte del país tal estructura es común en la actividad agrícola; la propuesta era reforzar esa identidad. Además, en el pabellón se le dio un lugar primordial a una obra que hace las veces de capilla, dada la importancia manifestada por los vecinos.
Los jóvenes participaron en todo el proceso, desde el diseño hasta la construcción
“No se trató de construir una casa para alguien muy rico, sino de aportar mis conocimientos para ayudar a la gente que lo necesita”, dijo Indira Gabriela.
Augusto compartió que fue enriquecedor concretar la idea, pues “ver construido algo que antes dibujaste es muy gratificante”; además, se congratuló de que el proyecto propicie la convivencia entre los vecinos.
Alfredo añadió: “Un arquitecto nos dijo en una conferencia que es muy triste cuando haces un proyecto y sólo se queda en el papel, y yo sentí muy bonito, porque siendo estudiantes, cumplimos con todo el proceso, desde el diseño hasta la construcción”.
Por su parte, Diana expuso: “Aprendí a llegar a la esencia de la arquitectura, que es ayudar a los demás, y que con tus conocimientos puedes aportar tu granito de arena a la sociedad”.
Manuel, coordinador estatal de la Conea, destacó la importancia de participar en este tipo de actividades, pues aporta a la sociedad y a su formación como profesionistas.