Revelan investigaciones del Instituto de Neuroetología
Vivir en Áreas Naturales Protegidas beneficia la salud de estos mamíferos
Pedro Américo Duarte Dias se dedica al estudio de la ecología del comportamiento
David Sandoval Rodríguez
El estudio de los primates en la región de Los Tuxtlas por parte de la Universidad Veracruzana ha permitido formar varias generaciones de especialistas, como es el caso de Pedro Américo Duarte Dias, investigador titular del Instituto de Neuroetología y quien a finales de 2014 ingresó como miembro regular a la Academia Mexicana de Ciencias (AMC).
En entrevista para Universo, Pedro Américo explicó la importancia de incorporar a los jóvenes universitarios en proyectos de investigación que obtienen resultados con reconocimiento internacional.
Desde hace cinco años funge como investigador del instituto y desde 2009 es miembro del Sistema Nacional de Investigadores (SNI), Nivel 1.
“Básicamente me dedico al estudio de la ecología del comportamiento de primates, en este tiempo he formado mi propio laboratorio, el ‘Laboratorio de estudio de ecología del comportamiento de primates’ y trabajo específicamente con el mono aullador.”
Expresó que su ingreso a la AMC se integra “en mis intereses como investigador de vincularme a
otros compañeros que realizan investigación científica. Soy portugués pero toda mi trayectoria la he desarrollado en México y la AMC intenta integrar a los especialsitas mexicanos en diferentes áreas del conocimiento que hacen investigación científica de manera profesional y que tienen una trayectoria destacable en su disciplina”.
Su ingreso fue a través de la postulación directa de otro investigador del instituto, Víctor Rico Gray, quien es miembro de la AMC; luego la comisión de membresía se encargó de valorar y dictaminar las postulaciones.
Al respecto, añadió que la academia tiene mucha vinculación con la sociedad e instituciones universitarias nacionales, y a nivel internacional tiene varios vínculos con otras academias, hay una red global en la que México está representado a través de la AMC.
Asimismo realiza trabajo con niños y jóvenes en cuanto a la divulgación científica; en ese sentido, desde hace varios años la Universidad es receptora de jóvenes que participan en el Verano de la Investigación Científica, en el cual los estudiantes de licenciatura que tienen buena trayectoria escolar reciben una beca para acercarse en dicho periodo a un grupo de investigación y hacer una estancia.
“Ha resultado un programa muy importante; por ejemplo, en mi área muchos jóvenes terminan haciendo tesis de licenciatura, aprovechando su estancia.”
Los universitarios eligen a los investigadores con base en su perfil, ya que existe un registro al que pueden acceder y conocer las líneas de investigación. “En mi caso particular ofrezco la posibilidad de hacer trabajo de campo con primates mexicanos durante los siete meses del programa, investigación que desde hace muchos años realiza el Instituto de Neuroetología en la zona de Los Tuxtlas”.
Duarte Dias recordó que gracias a ello cuentan con “una base de campo en Catemaco y otra en la localidad de Balzapote, en nuestros proyectos los chicos llegan a conocer y aprender todos los procedimientos que utilizamos para nuestros estudios con los primates; también tengo una interacción en el campo y al final de la estancia, en el laboratorio, para la elaboración del reporte de actividades que se entrega a la AMC con la finalidad de aportar un resultado tangible de su estancia”.
Para convertirse en primatólogo
Al responder sobre la formación en su campo de estudio, el investigador precisó que “una ruta crítica para quien quiere convertirse en primatólogo profesional es tener la pasión, la motivación y la capacidad de acercarte a quienes pueden ayudarte a convertir esas dos cosas en una ruta formativa que sea viable”.
En ese sentido, Latinoamérica cuenta con varios lugares donde se pueden hacer este tipo de experiencias, “por supuesto que la labor del Instituto de Neuroetología es destacable; son prácticamente 30 años de trabajo en la región y esta continuidad ha posibilitado mantener el estudio de los primates y de su relación con poblaciones humanas”.
Subrayó que se ha logrado integrar la investigación científica básica, de campo, con la formación de recursos humanos, ya que a través del tiempo han trabajado en el lugar estudiantes de licenciatura, maestría y doctorado, investigadores posdoctorales y técnicos superiores que han terminado su formación en los proyectos.
Actualmente trabajan en su investigación cinco estudiantes de doctorado, dos de licenciatura y dos de maestría, la mayor parte son del posgrado en Neuroetología del instituto, así como una estudiante de la Universidad de Barcelona, otra estudiante de la Universidad de Lieja, de Bélgica, y una estudiante de licenciatura de la Universidad “Simón Bolívar” de Venezuela.
Ellos están divididos en dos grupos, el primero en la localidad La Flor de Catemaco, donde trabajan en un seguimiento diario con los primates desde hace tres años y medio; el segundo, está en la zona central de Los Tuxtlas, cercano a las faldas del volcán San Martín, evaluando el impacto que tiene para los monos aulladores vivir en hábitats con diferentes grados de perturbación ambiental.
“Es un trabajo que da seguimiento a un proyecto anterior efectuado en Campeche, donde se evaluó el efecto que tienen las modificaciones en el ambiente sobre los primates”, comentó. “Sentimos que necesitábamos acercarnos un poco más a casa, porque trabajamos siete años en Campeche y obtuvimos una serie de resultados bastante importantes, pero nos hicieron plantear que ahora sería importante transferir ese proyecto en particular para la zona de Los Tuxtlas”.
El comportamiento no fosiliza
Pedro Américo Duarte manifestó que su línea de investigación se condensa en el título del laboratorio: la ecología del comportamiento de primates, “lo que quiere decir que estamos interesados en conocer las estrategias adaptativas que despliegan estos animales para enfrentarse a los retos que se están encontrando en su ambiente físico, ecológico y social.
”Por supuesto que nosotros no podemos tener una idea realmente evolutiva sobre cómo el comportamiento de los animales llegó a ser como es en la actualidad, porque el comportamiento no fosiliza, al contrario, tiene otro
tipo de características que sí nos pueden permitir saber algo acerca del comportamiento pero no saber cómo evolucionó hasta la actualidad.”
Los estudios comparativos, precisó, se pueden usar para entender cómo es que los animales varían su comportamiento en función de los retos ambientales.
“Podemos mirar individuos que están expuestos a conjuntos diferentes de factores que los van a conducir a desplegar comportamiento de manera diferenciada y entonces, al caracterizar esa variación, nos podemos dar una idea de cómo
es que el comportamiento llegó a ser a lo que es actualmente; por supuesto que también tiene ciertos límites, pero sí es una estrategia de investigación que es correcta y conduce a poder entender por qué se comportan de esta manera.”
A la par de este eje de la investigación surge la necesidad de conocer más acerca de cómo es que en el largo plazo estos animales podrán sobrevivir con factores que los desafían a diario y van cambiando a un ritmo para el cual ellos están evolutivamente preparados.
Explicó que hay un rango de variación en el comportamiento que todos los animales pueden tener frente a desafíos en el ambiente, lo cual depende en gran medida de las características de la biología específica de los animales
y tiene sus límites.
“Los primates enfrentan variaciones en su entorno, para lo cual tienen una capacidad limitada de ajuste y entonces comienzan a darse procesos de extinción, nos damos cuenta que los animales dejan de ser capaces de vivir donde están ahora”, apuntó. “Con estos conocimientos que estamos adquiriendo desde la ecología del comportamiento, estamos interesados en entender dónde nos deja eso con respecto al estado actual de conservación de poblaciones de primates.
”Si sabemos que hay un animal que está siendo incapaz de desplegar su repertorio conductual típico en determinado ambiente, podemos extrapolar que en otros ambientes con características similares no será capaz de hacer lo mismo, y en el mediano o largo plazo ello puede comprometer su sobrevivencia y su reproducción, por lo tanto conduce a su extinción.”
Pérdida y fragmentación del hábitat
Comentó que el mayor problema que enfrentan los primates en la región es la pérdida de hábitat; los monos aulladores, la especie con la que trabaja actualmente, son arbóreos, es decir, que a través de su historia evolutiva se han adaptado a la vida en las copas de los árboles, “son especialistas en el dosel de las selvas tropicales; quiere decir que cuando deja de haber bosque, ellos dejan de tener hábitat”.
Como proceso paralelo a esta pérdida ocurre otro, llamado fragmentación, que sucede cuando el hábitat se reduce y se fragmenta, creando pequeñas zonas de bosque y “ésta es la realidad de los primates mexicanos en la mayor parte de su distribución en la República Mexicana; realmente existen pocos bosques con superficies suficientemente grandes para que podamos decir que su supervivencia en el largo plazo está asegurada, incluso en Áreas Naturales Protegidas como la reserva de Los Tuxtlas la pérdida de hábitat es una realidad, aunque no sucede con la misma tasa que tuvo durante las décadas de los cincuenta y sesenta, cuando incluso había incentivos gubernamentales para el desmonte porque era importante en ese momento para promover el crecimiento de la industria agropecuaria”.
Duarte Dias recalcó que “donde tengamos pérdida de hábitat y fragmentación los monos tendrán problemas, porque dejarán de encontrar las condiciones para poder sobrevivir”.
Cuando deja de haber bosque, los primates no tienen comida o aumenta la densidad poblacional porque un cierto número de individuos tiene que vivir en un área más pequeña y la cantidad de recursos per cápita disminuye.
En otros casos los primates intentan buscar recursos fuera del fragmento en el que viven, bajan al suelo y buscan un nuevo hábitat, pero este movimiento es peligroso porque pueden ser depredados. “Tenemos observaciones directas de ataques de perros o pueden ser cazados, como en ciertas zonas que se buscan mucho las crías para venderlas como mascotas; también pueden ser contagiados de agentes infecciosos que no están presentes en el dosel y por supuesto que no tienen defensas”.
Impacto de la investigación a nivel internacional
Algunos de los resultados del proyecto que realizaron en Campeche se publicaron en la revista Plus One, con vasta reputación en el ámbito de las ciencias de la vida, y provinieron de la tesis doctoral de Ariadna Rangel Negrín, que hizo su doctorado en la Universidad de Barcelona, titulada “Modelo eto-endocrinológico de la especie Alouatta pigra en Campeche, México: Relaciones entre conservación del hábitat, niveles de cortisol y conducta social”.
Como responsable técnico de su proyecto, Duarte Dias fue el encargado de su repatriación por parte del Conacyt para favorecer la consolidación de grupos de investigación y actualmente ya es investigadora del mismo instituto.
Rangel Negrín midió los niveles de cortisol, una hormona vinculada a numerosos procesos metabólicos, entre ellos se destaca la respuesta fisiológica al estrés. “Nosotros, midiendo esa hormona podemos aproximarnos a conocer cuál es el estado fisiológico del estrés en los individuos; en el caso de los monos es muy difícil hacer monitoreo de su estado fisiológico, por lo cual ha habido un auge en el uso de técnicas no invasivas para el monitoreo de fisiología y salud en general de vida silvestre”.
A través de la colecta de heces se puede medir el nivel de cortisol, en ese sentido Rangel Negrín comparó los niveles de estrés de primates que viven en Áreas Naturales Protegidas en Campeche, con primates que habitaban fragmentos de selva perturbados y fuera de estas áreas.
“Encontró que, efectivamente, los animales de las áreas conservadas estaban menos estresados; por primera vez tenemos la demostración de que hay beneficios para la salud de los primates asociados a vivir en Áreas Naturales Protegidas”, explicó Duarte.
Su contraparte, agregó, tiene implicaciones claras: los animales que habitan fuera de estas áreas tienen mayores niveles de estrés como consecuencia de factores perturbadores del ambiente que tendrán, a su vez, repercusiones en su reproducción y supervivencia.
Recalcó que es muy difícil realizar estudios de largo plazo con primates, pero es fundamental porque “tienen tiempos de vida muy largos, comparados con los insectos, que durante un año se puede evaluar a 10 generaciones y su nacimiento, desarrollo, reproducción y muerte, lo que es fundamental para evaluar el impacto de los factores socio-ambientales”.
Es muy difícil que en el área de los primates se tengan proyectos que impliquen varios años “porque se necesita mucho tiempo para darnos una idea de cómo van evolucionando estas poblaciones en función de los factores socio-ambientales que enfrentan”.
Los resultados que se están publicando son producto del seguimiento demográfico de siete años continuos de 11 grupos de estos primates, y es el primer estudio que se hace con la especie que habita en Campeche, los monos aulladores negros.
Uno de los resultados más sobresalientes ha sido encontrar que las crías que nacen en los ambientes perturbados sobreviven menos. “Empezamos a tener una pieza más de este rompecabezas, además de que el estrés no es bueno a largo plazo y existe una baja tasa de sobrevivencia en zonas perturbadas, observamos que hay grupos que esaparecen, es decir, ya no existen donde antes había un bosque. Hay muchas cosas que están pasando y podemos documentarlas con este tipo de aproximación a largo plazo”.
Al respecto, planteó que deben existir tres elementos para llevar a cabo este tipo de proyectos; en primer lugar, el financiamiento para realizar el trabajo de campo; en segundo, tener estudiantes involucrados en el proyecto porque “son la base para todo. La idea es generar información pero que en ese proceso haya jóvenes que se estén formando y aprendiendo, y que sean quienes den continuidad a la investigación”.
En ese sentido reconoció que el posgrado en neuroetología siempre les ha proporcionado los recursos necesarios, ya que es fundamental para tener a los universitarios involucrados.
El tercer elemento es el respaldo institucional, “porque la Universidad Veracruzana tiene presencia en la región desde hace varias décadas, lo cual es fundamental para eguir trabajando”.