Paola Cortés Pérez
Después de 77 años de que el Cofre de Perote fue decretado Parque Nacional, se regularán las acciones y actividades realizadas al interior de esta área natural, gracias a la elaboración y publicación de un programa elaborado por académicos de la Facultad de Biología en colaboración con la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp).
Así lo declaró Luis Raúl Álvarez Oseguera, director del Parque Nacional Pico de Orizaba, al participar en el Simposio «Cofre de Perote: situación, importancia y perspectivas».
Dijo que el Programa de Manejo del Parque Nacional Cofre de Perote representa una «presión importante», pues al ser publicado en el Diario Oficial de la Federación adquiere un peso legal innegable: «Es una ley y tiene que cumplirse lo que establece, debe ser acatada por las instancias del gobierno y la sociedad».
Álvarez Oseguera detalló que dicho documento presenta un diagnóstico, extensión y limitación de las zonas y subzonas que comprende el Parque Nacional; da a conocer las acciones permitidas y las restricciones de la generación del conocimiento, de los mecanismos de participación de las comunidades aledañas y de las que viven dentro del área, entre otros puntos.
El Parque Nacional está dividido en tres subzonas: de uso tradicional, de uso público y de recuperación de bosques.
La primera, abundó, tiene una superficie de tres mil 800 hectáreas ubicadas en la parte poniente y norponiente, y corresponde a terrenos agrícolas.
«Estas actividades se irán orientando hacia esquemas de sustentabilidad, es decir, prácticas de manejo de laderas, conservación de suelos y paulatinamente reducir el uso de agroquímicos.»
Dentro del programa, indicó, se reconoce el libre pastoreo pero se limita; no se permite la apertura de nuevos caminos; promueve la agricultura de laderas y plantea reducir el consumo de agroquímicos.
La subzona de uso público abarca 605 hectáreas que comprenden el polígono de acceso a la peña y el área aledaña; es la parte más afectada, por lo que actualmente «estamos valorando el límite aceptable de personas que podrían visitar la peña».
Informó que en esta zona ya no se permitirá la construcción de infraestructura, salvo aquélla relacionada con la investigación; no habrá espacios para la colocación de nuevas antenas de telecomunicación ni la construcción de nuevos caminos.
La tercera subzona es de más de siete mil hectáreas, desde zacatonales hasta bosques de Pinus hartwegii. Álvarez Oseguera comentó que está destinada para actividades de restauración, reforestación, reacomodo de presas y de intervenciones silvícolas.
«El programa de manejo reconoce un turismo que no interfiera con el ambiente, sino que ayude a difundir las obras de restauración.»
En resumen, puntualizó, el Programa de Manejo del Parque Nacional Cofre de Perote precisa algunos puntos que no están contemplados en las normas oficiales: introducción de especies exóticas; uso libre del agua, ya que la sobreexplotación afectaría el hábitat de las cuencas; limitación en la construcción de caminos, y otros.