Jorge Vázquez Pacheco
Amador Barreda Guzmán, estudiante de la Facultad de Psicología, obtuvo el segundo lugar en la XI Reunión Anual de Investigación en Enfermería con su trabajo «Prensión del lápiz y escritura en universitarios».
El evento se llevó a cabo en la Escuela Nacional de Enfermería y Obstetricia de la UNAM, y Barreda Guzmán presentó «en modalidad de ponencia» el producto de su investigación en torno a la forma como una persona toma el lápiz al momento de escribir.
La prensión es algo que se da desde edad temprana en el individuo. Se supone que la forma adecuada de tomar el lápiz es entre los dedos pulgar e índice, descansándolo sobre el dedo medio sin propiciar demasiada presión ni bloqueo. Todo ello permitiría una escritura fluida.
El trabajo de Barreda Guzmán se dio entre universitarios porque, en lo general, existe en este tipo de estudiantes una forma definida de escritura, aunque no todas sean las adecuadas, de acuerdo a lo que se supone conveniente.
«El asunto de la prensión comenzó a estudiarse para tratar de averiguar si existía algún vínculo entre la forma como se toma el lápiz y la legibilidad de la escritura, así como la velocidad en la misma», indicó.
Al decir del entrevistado, existen tres formas correctas para proceder a la escritura: la primera, es la ya descrita; la segunda, es colocando el lápiz entre los dedos índice y medio con soporte del pulgar; la tercera, es emplear estos tres dedos sin apoyar en alguno, con lo que se evitaría la formación de nódulos o callos.
Toda forma en que se empleen más de los tres dedos mencionados debe considerarse incorrecta, ya que no permitiría un buen desplazamiento para el logro de trazos en una escritura convenientemente legible.
«Existen muchos estudios previos y la mayor parte de ellos se han enfocado hacia los niños, quienes a los seis años de edad ya tienen bien definida la forma en que ejercen su escritura. Lo que nos interesaba es lo que ocurre entre los universitarios, ya que es necesario reconocer que debido a la tecnología se está perdiendo la costumbre de escribir de forma manuscrita. Si se hace a un lado el hábito de la escritura, no existe duda de que ello incidirá negativamente en otros procesos como el aprendizaje y la memorización. La escritura, no hay duda, es un medio de expresión y de adquisición de conocimientos.»
Anteriormente, desde el momento en que el profesor iniciaba el proceso de enseñar a escribir, se partía desde una especial atención en la manera de tomar el lápiz. Hoy ya no es así.
Finalizó con el comentario en torno de los asistentes a la XI Reunión Anual de Investigación en Enfermería. «Se dio la presencia de psicólogos, médicos, enfermeros y varias disciplinas más, con la intención de averiguar cómo se gestionan y desarrollan las investigaciones en distintas instituciones nacionales de estudios superiores».