Hicieron estancia de seis meses tras haber sido seleccionados de entre tres mil 800 jóvenes
Participaron en todos los procesos de fabricación de los automóviles
Claudia Peralta Vázquez
Cuatro alumnos de la Facultad de Ingeniería Mecánica y Eléctrica (FIME) realizaron una estancia de seis meses en la empresa Volkswagen de México, S.A. de C.V., filial Puebla, donde llevaron a cabo prácticas profesionales y se involucraron en todos los procesos de fabricación de vehículos.
Tras sobresalir en un riguroso proceso de selección en el que participaron alrededor de tres mil 800 estudiantes de instituciones de educación superior (IES) de todo el país, Luis Ángel Portilla Serrano, Esaú Espinoza Rodríguez, Rossana Álvarez Aguirre y Ariel Eliú Perea Pérez, estudiantes del programa educativo (PE) de Ingeniería Mecánica, narran su experiencia, la cual consideraron una oportunidad única e irrepetible.
Los jóvenes incentivaron a otros estudiantes a atreverse a competir y responder a las convocatorias lanzadas por empresas nacionales e internacionales que buscan impulsar el talento de los universitarios.
Reconocieron que esto no hubiera sido posible sin la preparación adquirida en la UV, de la que dijeron sentirse orgullosos, pues durante su estancia notaron que en cuanto a conocimientos llevaban gran ventaja en comparación con alumnos de otras IES.
También destacaron el papel que desarrollan la Dirección General de Vinculación y la FIME, al promover convenios con organismos locales y extranjeros, como es el caso de la Volkswagen Puebla, uno de los complejos automotrices más grandes de México y la segunda planta más grande del mundo del consorcio fuera de Alemania, donde diariamente se producen alrededor de dos mil 500 autos y laboran más de 18 mil personas.
Luis Ángel Portilla comentó que a raíz de que la empresa lanzó su convocatoria para prácticas profesionales el año pasado y les ofreció una plática directa, varios estudiantes de la FIME manifestaron su interés por participar y para ello tuvieron que someterse a diversos filtros, entrevistas y evaluaciones psicométricas, de razonamiento matemático, idiomas, etcétera.
“Nos pidieron un promedio mayor a 8, inglés de nivel intermedio a avanzado, tener 75 por ciento de avance crediticio y la facilidad de cambio de lugar de residencia.”
Al final, sólo cuatro lograron ser parte de los 320 jóvenes seleccionados a nivel nacional, procedentes de universidades públicas, privadas, así como de diferentes campos y áreas de estudio.
El 9 de enero del año en curso iniciaron dicha estancia y Luis Ángel se integró al área de Planeación, Transportadores y Equipos, en la que trabajó directamente en el sistema de transporte, útil para trasladar la carrocería desde que “nace” hasta que se entrega completamente terminada, pasando por todos los procesos desde hojalatería, pintura y montaje.
“Me gustó mucho porque involucraba varios aspectos de la carrera como Cálculo Estructural, Diseño Mecánico, Mecánica de Materiales, cuestiones de motores, voltajes, entre otros. Aprendí muchas cosas nuevas sobre diseño mecánico, materia que me agrada mucho dentro de la carrera, y de los tipos de grúas y sistemas de transporte.”
Resaltó que siempre llamó su atención la industria automotriz; sin embargo, esta experiencia le despertó más el gusto por la fabricación de vehículos. “Me di cuenta que es muy complejo, lleva muchas cosas más de las que uno puede ver físicamente”.
Por su parte, Rossana Álvarez Aguirre, alumna de séptimo semestre de Ingeniería Mecánica, habló sobre su participación en el área de Desarrollo Técnico, espacio en la que se realiza el diseño y construcción de los nuevos modelos de autos.
“Ahí se hacen los prototipos, se revisa que todo funcione y al final le dan el visto bueno al coche que se va a producir.”
Mencionó que su labor se enfocó en las carrocerías, el control de peso y material de un proyecto próximo a salir. También hizo una comparación del estado de las piezas del modelo anterior con el actual.
“Fue una actividad muy diferente, al pensar en la planta uno se imagina la fabricación de autos, pero atrás existe todo el proceso que abarca el diseño de un coche, desde las piezas más pequeñas hasta las más grandes, así como las pruebas correspondientes.”
A Esaú Espinoza le correspondió el área de Mantenimiento, específicamente trabajó en un proyecto relacionado con la “Implementación del sistema de tarjetas TPM, línea fabricación dos de VWM”.
Detalló que éste consistió en crear un sistema basado en un historial de fallas de determinadas fechas en un año, con el fin de proponer una actividad preventiva, disminuir el porcentaje de errores anuales y tener un impacto económico en cuanto a horas trabajadas por persona.
También permaneció en el área de Estampado, donde se moldea toda la máquina. “Durante mi paso por este lugar conocí procesos de troquelado (moldeado de piezas por presión), reforcé mis conocimientos en cuanto a sistemas hidráulicos y neumáticos, sistemas de automatización, mantenimiento de las máquinas, seguimiento de fallas de diferente forma; en fin, traté de aprender todo lo que me interesaba”.
Manifestó que esta vivencia significó un reto, “uno va con los conocimientos de la escuela, los cuales son vastos y buenos, pero allá afuera la competencia con otras universidades es fuerte”.
Expresó que de ahora en adelante desea insertarse en el campo laboral de la industria automotriz, ya que gracias a estas prácticas cuenta actualmente con cierta experiencia.
Por otra parte, contempla la posibilidad de emprender un negocio como proveedor de piezas automotrices.
“Es una gran oportunidad para desarrollarte profesionalmente y generar ingresos.”