Claudia Peralta Vázquez
Estudiantes que cursan el tercer, quinto y octavo semestre en la Facultad de Ingeniería Química (IQ), realizaron un diagnóstico económico financiero situacional en beneficio de tres empresas de la región, con el objetivo de orientar a sus propietarios y ofrecerles un panorama sobre la posición actual del negocio.
Esta tarea se desarrolló como parte de la experiencia educativa (EE) Ingeniería Económica, impartida por Francisco Espinosa Mejía, quien destacó que la vinculación existente entre la Universidad y el sector productivo permite a los alumnos aplicar los conocimientos teórico-prácticos adquiridos en las aulas.
“Ciertamente la Facultad de Ingeniería Química cuenta con laboratorios donde se realizan prácticas de carácter ingenieril, más no del área económico-administrativa.”
Durante el acto, en el que los estudiantes entregaron de forma simbólica los resultados del proyecto a los empresarios, el catedrático dijo que muchas veces los titulares de negocios suelen creer que éste marcha adecuadamente.
En presencia de Luz Irene Pascual Mathey, secretaria de las facultades de Química Farmacéutica Biológica (QFB) e Ingeniería Química (IQ), el académico resaltó que siempre es necesario el apoyo de una persona externa, con conocimientos contables financieros, que les brinde un diagnóstico de la situación actual de la empresa.
Por tanto, dentro de esta EE, 27 estudiantes fueron capacitados para incorporarse a los organismos privados y llevar a cabo un control de los registros de compras y ventas.
“Para nosotros, como alumnos, fue motivante realizar este trabajo durante un mes y conocer el giro de la empresa que nos abrió las puertas para hacer este diagnóstico financiero”, expresó Luz Eugenia Libertad Rubio Salvador, quien cursa el tercer semestre de IQ.
La joven, originaria de Minatitlán, Veracruz, junto con sus compañeros de equipo, realizó un inventario y balance en la estética canina “Chihuahua”.
David Alfonso Quijano Obando, alumno de quinto semestre de la misma Facultad, aplicó sus conocimientos contables en la miscelánea “El Único”.
“Fue una experiencia diferente a todo lo que habíamos visto en la carrera, usualmente trabajamos en aulas y laboratorios.”
El hecho de salir, buscar una empresa y trabajar en ella, fue un proceso difícil porque nunca antes habíamos hecho un inventario, comentó.
Por ello agradeció las facilidades proporcionadas por los empresarios, así como del profesor titular de la EE, quien brindó las herramientas “para hacer crecer la empresa”.
Al compartir su experiencia, Andrea Palmeros Domínguez, estudiante del quinto semestre, consideró que la acción más difícil fue contar con la aprobación del dueño del negocio.
La joven, oriunda de la localidad Los Ídolos, municipio de Actopan, añadió que no es común que alguien proporcione información reservada, tomando en cuenta el ambiente de inseguridad que se vive actualmente.
Sin embargo, en “Bámbola”, empresa de uñas y bolsas, se les permitió desarrollar el proyecto. Durante un mes, de lunes a sábado, acudían al negocio por la noche y en un lapso de una hora hacían corte de caja, registro de artículos vendidos y mercancía entrante.