Reveló estudio realizado por Miguel Eric García Rivera, con el respaldo de Elisa Tamariz Domínguez, del Departamento de Biomedicina del ICS
Por ser una investigación única en su tipo, solicitaron su registro de patente ante el IMPI
Claudia Peralta Vázquez
Investigadores del Instituto de Ciencias de la Salud (ICS) revelaron que la aplicación de células alogénicas (procedentes de un donador) logran acelerar la cicatrización en pacientes de cirugía periodontal, específicamente quienes padecen la enfermedad de hiperplasia gingival.
Debido a que este estudio es único en su tipo y representa un importante avance para la ciencia, los responsables solicitaron en 2015 su registro de patente ante el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI).
Elisa Tamariz Domínguez, del Departamento de Biomedicina del ICS, dio a conocer que la investigación fue desarrollada de manera conjunta con Miguel Eric García Rivera, quien con este estudio obtuvo su título de Doctor en Ciencias de la Salud; además, es especialista en periodoncia y docente de la Facultad de Odontología, región Xalapa.
A su vez, la investigadora es experta en el cultivo de células in vitro para favorecer la cicatrización de la piel, principalmente en pacientes quemados, conocimientos que adquirió durante su Doctorado en Biología Celular, que cursó en el Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) del Instituto Politécnico Nacional (IPN), en la Ciudad de México.
Aunado a lo anterior, una de sus líneas de investigación es sobre los mecanismos de regeneración tisular, es decir, de qué manera se puede favorecer la regeneración de tejido. Para ello trabajó con un modelo animal pues le interesaba saber de qué forma actuaban las células para acelerar la cicatrización, lo cual ya empezaba a aplicarse en pacientes pero no se sabía cuáles eran los mecanismos biológicos.
A partir de ahí, ambos investigadores se dieron a la tarea de conjuntar sus experiencias y buscar una solución a los problemas de tratamiento de padecimientos de las encías, que son un tejido parecido al de la piel.
“Evaluación de la efectividad de injertos de epidermis cultivada en cirugía periodontal resectiva”, es el nombre de este estudio iniciado en 2012, como parte de la tesis doctoral, para ver el efecto de la cicatrización en la cavidad oral.
Tamariz Domínguez destacó que para ello se desarrolló un ensayo clínico controlado en beneficio de pacientes con hiperplasia gingival, padecimiento periodontal multifactorial que tiene una prevalencia de 30 por ciento en la población mundial.
Es desencadenado por diversas causas como: consumo de fármacos antiepilépticos, inflamación, cambios hormonales, deficiencia de vitamina C; y consiste en el crecimiento exagerado del margen libre de la encía, llegando a cubrir la superficie de la corona de los dientes.
El tratamiento para esta enfermedad, en los casos en que no es posible revertirla, es mediante un procedimiento conocido como gingivectomía con gingivoplastía, que es la escisión quirúrgica del tejido hiperplásico que ha crecido de manera desordenada.
En este caso, en colaboración con la Facultad de Odontología se les practicó una cirugía resectiva a tres pacientes previamente seleccionados, a quienes se les retiró el exceso de tejido gingival para permitir una cicatrización y remodelación de la encía.
Explicó que de forma convencional, después de la cirugía se coloca sobre la herida del paciente un apósito estéril de origen sintético o goma moldeable, durante siete o 10 días, aproximadamente, con el fin de evitar la contaminación o daño del área mientras se lleva a cabo el proceso de cicatrización.
Sin embargo, para este estudio se añadieron, antes de colocar el apósito, células alogénicas criopreservadas provenientes de células epiteliales de piel, previamente caracterizadas y certificadas para su uso en humanos, con la ventaja de que no se integran al paciente por lo que no hay posibilidad de rechazo inmunológico.
El resultado fue favorecedor, pues descubrieron que con este tratamiento al cuarto día los pacientes ya tenían bien formado y regenerado el epitelio bucal y el tejido conectivo.
“Al cuarto día obtuvimos un recubrimiento epitelial completo en el 87 por ciento de las zonas tratadas, en comparación con las zonas sin células alogénicas, lo cual fue un resultado sorprendente, incluso más efectivo que lo que se había observado para la piel.”
Esto dio pie a pensar que teníamos algo muy bueno e innovador en las manos y se tendría que hacer algo más que publicar los resultados, dijo la especialista con cinco años de antigüedad en el ICS.
Fue así como se contactaron con la Dirección General de Vinculación para determinar si el estudio, en el que también intervino Enrique Juárez Aguilar, investigador del ICS, era susceptible de protección o de ser patentado.
Al corroborar que ninguna investigación similar había sido publicada en las solicitudes de patente, pues sólo se halló para el tratamiento de úlceras y quemaduras, se informaron sobre los requisitos e iniciaron el proceso para patentar el método de aplicación de las células sobre la cavidad oral.
En diciembre de 2015 se hizo la solicitud formal ante el IMPI. Después el estudio se sometió a una revisión de forma para evaluar que contara con todos los requisitos e información necesaria en el formato adecuado.
“Estamos en el proceso en el que expertos en el área van a corroborar que la patente cuente con las características adecuadas, es un proceso que dura de tres a cinco años”, y añadió: “Para nosotros esta investigación representa abrir las puertas a la posibilidad de ir más allá y no dejarla simplemente publicada o guardada en forma de tesis, sino tratar de impulsarla hacia cuestiones susceptibles de explotación comercial”.
Expresó que también es factible encontrar más resultados positivos y probarlos en otras aplicaciones, sobre todo en problemas más recurrentes como la retracción gingival (pérdida de encía, común en la población).
Una vez obtenida, destacó que podría ofrecerse a compañías interesadas en tomar estos métodos para su desarrollo y aplicación comercial.