David Sandoval Rodríguez
Desde el ámbito evolutivo, el libre albedrío es un tema de investigación ya que se refiere a conceptos como conciencia y reflexión, plantearon los participantes del Primer Congreso Internacional CEDAR-V “Evolución biológica y cultural”.
En la mesa “Evolución y libre albedrío” participaron Jorge Martínez Contreras, profesor de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) y director del Centro Darwin de Pensamiento Evolucionista (CEDAR), con la ponencia “La capacidad de la reflexión en la evolución”, y José Antonio Hernanz Moral, investigador de la Universidad Veracruzana (UV), con “Libertad-libre albedrío y tecnósfera”.
Martínez Contreras expresó que definir el acto de la reflexión desde la perspectiva neurológica no ha dado resultados y el experimento clásico en el que se pone frente a los animales un espejo para constatar que son conscientes de su reflejo es resuelto por pocas especies como los bonobos, delfines, elefantes, orcas, orangutanes y, sorprendentemente, hormigas.
Con las recientes investigaciones cerebrales se ha buscado el lugar específico donde reside la conciencia. De manera fortuita, un grupo de investigadores de la Universidad de Washington ha encontrado que un punto específico del cerebro, dentro de las regiones conocidas como claustro, al ser presionado, el individuo pierde la noción de conciencia, ello ocurrió con un grupo de estudio de pacientes epilépticos.
“Estos estudios anunciarían un lugar que le encantaría a Descartes, que no es la glándula pineal sino un punto del cerebro donde se daría el fenómeno de conciencia.”
Un aporte mexicano, particularmente mazateco, al fenómeno de percibir la conciencia es la Salvia divinorum, planta que al ser ingerida o inhalada crea una experiencia de disociación de la conciencia con el cuerpo; “con ella se puede ‘apagar’ temporalmente la conciencia, pero sus estudios no han sido autorizados por muchas razones, así los investigadores se apoyan en redes de usuarios quienes narran este tipo de experiencias”.
El Director de CEDAR recalcó que “la conciencia no es la reflexión, ésta es una forma de ser consciente
y si hay algo que compartimos con muchos animales es la conciencia irrefleja, es decir, actitudes irreflexivas, no irracionales, en las que nos movemos continuamente, por ejemplo tomar siempre el mismo camino hacia el trabajo, solamente lo alteramos cuando un incidente provoca la reflexión, como un accidente o un cambio de ruta, por eso nos tranquiliza seguir siempre la misma rutina si ésta no ha dado ningún tipo de problemas”.
En su participación, Hernanz Moral calificó como problema significativo definir el libre albedrío y advirtió que este concepto surge en el mundo occidental y en la Edad Media, cuando los teólogos debaten la salvación del alma que depende de la voluntad de uno.
La libertad-libre albedrío no es un hecho, puntualizó, “lo considero, junto al lenguaje y la cultura, como las técnicas germinales de la especie humana. Si hablamos de una tecnósfera donde se generan técnicas objetuales, otras son mentales o de interacción, estoy convencido de que cuando hablamos de la especie humana en este proceso evolutivo que nos permite identificarnos y explorar, hay una técnica germinal que hace que se den otras, que se constituye con metáforas y conceptos y tiene que ver con el lenguaje”.