Paola Cortés Pérez
La discusión es el espacio para hacer filosofía, porque es el punto culminante de toda idea, afirmó Félix Aude Sánchez, director de la Facultad de Filosofía, al inaugurar el programa de ponencias de la experiencia educativa (EE) Discusión Filosófica.
El evento académico tuvo lugar el 29 de septiembre en el Salón Azul de la Unidad de Humanidades, donde Félix Aude comentó que las ideas filosóficas se exponen de diversas maneras, a través de poemas, algoritmos, aforismos, sentencias, tratados, discursos, ensayos, entre otros.
Resaltó que el diálogo es uno de los instrumentos fundamentales y básicos de la actividad filosófica: “La idea de dialogar se relaciona con la discusión filosófica porque generalmente tenemos como modelo los Diálogos de Platón, que son críticos, constructivos, apasionados, se dan de forma libre y en ellos aparece el elemento de la tolerancia”.
La discusión tuvo como punto de partida la ponencia “¿La acción humana acontece de su propia elección o de un determinante externo al hombre?”, de José Rubén Alcántara Córdoba, estudiante del quinto módulo de la Licenciatura
en Filosofía. Dijo que en el texto realizó un análisis sobre el determinismo en contraposición con la libertad de elegir, a través de la acción del hombre.
Expuso que las acciones de éste no son determinadas por agentes externos, ya que el medio en el que se desenvuelve también influye en la toma de decisiones, especialmente factores como la cultura, el clima, la situación económica o la condición biológica.
José Rubén planteó que el hombre actúa porque es un ser libre y tiene la capacidad para hacerlo, porque la libertad es su esencia.
Dijo que generalmente se piensa que todos los eventos y sucesos tienen una causa, es lo que afirma la teoría del determinismo. “Éste se asemeja más al conformismo, pues si ya está determinado no importa lo que se haga, no hay remedio, el resultado será siempre el mismo”.
Esta situación, apuntó, evidencia un problema: la causa que origina o determina las acciones del hombre se atribuye a alguna entidad divina.
“Si Dios, él o ella, en su infinito poder y sabiduría debe regir los eventos, es él o la que da origen a todas las causas y determina las acciones de los hombres. Entonces, las decisiones que tome el hombre quedan en segundo plano.”
Comentó que el elegir lo que Dios mande, es lo que imposibilita el actuar del hombre, “lo hace asemejarse a una cómica marioneta de una divinidad”.
Sostuvo que el hombre tiene la posibilidad de elegir actuar como la tradición religiosa le mande, porque tiene la responsabilidad de aceptar una creencia, de concebirse y hacerse a sí mismo, “ha optado por su propia libertad”.
La réplica fue hecha por José Roberto Lira Grajales, estudiante del quinto módulo, quien destacó que José Rubén adoptó posiciones duras contra ambas corrientes, dejando de lado la posición compatibilista, ya que se puede intentar conjuntar la tesis determinista con la existencia de acciones humanas libres.
“Las dos posturas que maneja son: una, que en las acciones humanas no tiene sentido hablar de causalidad, que es la libertad extrema; y dos, se puede negar la existencia de acciones libres genuinas, esto es un determinismo duro”, concluyó.