Paola Cortés Pérez
Casi la mitad de los posgrados que se ofrecen en el país son del Área de Ciencias Sociales, sin embargo son pocos los inscritos en el Programa Nacional de Posgrados de Calidad (PNPC) del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), advirtió la investigadora Yolanda Jiménez Naranjo, durante la inauguración de los cursos de la novena generación del Doctorado en Historia y Estudios Regionales (DHER), impartido por el Instituto de Investigaciones Histórico-Sociales (IIH-S).
“Si tuviéramos 10 doctorados del Área Técnica, nueve estarían en el PNPC; en cambio, si fueran 10 del Área de Ciencias Sociales, alrededor de tres o cuatro estarían inscritos. Esto nos habla de la importancia de desarrollar, cultivar y hacer crecer los posgrados de calidad en esta área del conocimiento”, ejemplificó.
En tanto, Juan Ortiz Escamilla, director del IIH-S, mencionó que el DHER tiene 19 años de actividad con nueve generaciones y 47 alumnos titulados que trabajan en distintas instituciones del estado y del país. Además cumplió siete años inscrito al PNPC.
Silvia Méndez Maín, coordinadora de dicho posgrado, apuntó que el objetivo fundamental es formar historiadores que ayuden a entender los procesos históricos, culturales, políticos, etcétera, a nivel regional.
“Se centra en procesos regionales que intentarán ser explicados a través de cuatro líneas de generación de conocimiento, donde se plantean procesos desde el punto vista histórico hasta llegar al siglo XXI.”
Detalló que la novena generación iniciará un nuevo plan de estudios de cuatro años y estiman tener una eficiencia terminal del 100 por ciento, toda vez que “al tercer año tendrán su primera versión de la tesis terminada y al finalizar el último año estará lista”.
Distribución poblacional, principal problema del gobierno
La población es el principal problema del gobierno, específicamente cómo está distribuida, ya que generalmente se olvida y se cree que es el espacio en abstracto sin gente, sostuvo Ariel Rodríguez Kuri, profesor-investigador en el Centro de Estudios Históricos de El Colegio de México (Colmex), al dictar la conferencia magistral “Claves ocultas: territorio, población y poder”, como parte de la inauguración del DHER.
“El principal problema que tiene cualquier gobierno es cuántas personas somos, dónde vivimos y qué hacemos; tenemos que entender que el espacio es dependiente, porque la percepción del número de pobladores tiene que ver con la capacidad del gobierno para administrarnos.”
Por ello consideró importante hacer una buena historia de las migraciones con mucha conciencia de lo que significa la geografía y el espacio, “debemos entrarle a la geografía y demografía sin dejar de ser historiadores, sin dejar de ser narradores”.
Planteó que para hacer un buen análisis de la población, inclusive de su número, distribución y movilidad, se puede echar mano de tres categorías muy recurridas por las Ciencias Sociales y la historiografía: guerra, frontera productiva y gobierno de territorio, y la relación concentración-dispersión
de la población.
Detalló que las guerras siempre han generado movilidad territorial, y en el caso de México las subsecuentes guerras
civiles e internacionales modificaron el espacio y la distribución poblacional; “ahora tenemos que trabajar cómo impactó en la población la guerra sucia de la década de los setenta en Guerrero”.
Por último, enfatizó que la violencia siempre ha sido un determinante de la población.