Carlos Hugo Hermida Rosales
Roberto Rodríguez Gómez, del Instituto de Investigaciones Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), afirmó que la educación superior es la educación básica del siglo XXI y que las tendencias de crecimiento y expansión mundial reafirman esta idea, al dictar la conferencia magistral “Dinámicas y tendencias de transformación de los modelos universitarios en el mundo”.
El evento se llevó a cabo el 7 de octubre, como parte del Coloquio Nacional sobre Modelos Educativos Universitarios “Retos y perspectivas en su diseño y operación”, realizado por la Universidad Veracruzana.
El investigador explicó que en México la educación superior pública ha atravesado procesos cruciales de cambio institucional, entre ellos: el crecimiento del sistema educativo, la vinculación productiva con el entorno y la competencia internacional.
Mencionó que en el debate que gira en torno a la educación superior vista como un bien público, se encuentran varias vertientes conceptuales con distinta trayectoria histórica: la jurídica, que ve a la educación como un derecho humano cuya garantía compete al Estado; la política, que hace énfasis en que el Estado debe proveer bienes y servicios de interés público, y la económica, que discute diversas teorías sobre el bien público.
Añadió que en la actualidad se advierte una búsqueda de convergencia entre las distintas perspectivas y dimensiones analíticas del tema, cuya discusión tiene como marco de referencia la deliberación acerca del sostenimiento público de los sistemas a instituciones de educación superior.
Rodríguez Gómez manifestó que entre las condiciones ideales de los sistemas de educación superior asimilables al bien público, se debe encontrar una cobertura universal, baja discriminación económica y coherencia con el sector laboral –empleabilidad de los graduados.
Enunció que la problemática de empleabilidad de los egresados de la enseñanza profesional y de posgrado presenta diferentes aspectos, entre los que destacan: inserción en el mercado laboral, incongruencia entre el nivel de escolaridad alcanzado y el acceso a puestos de trabajo, salarios para los profesionales y posibilidades de movilidad laboral en función de la educación recibida.
El investigador aseguró que para atacar esta serie de problemas que enfrentan quienes terminan su formación profesional, las instituciones de educación superior deben implementar políticas que aborden el problema de empleabilidad de sus egresados.
Expresó que los sistemas de educación superior sólo serán similares a las condiciones de un bien público a medida que consigan mejorar y alcanzar determinadas condiciones, como altos niveles de acceso, cobertura, retención y egreso de sus estudiantes, así como mejores niveles de calidad académica y pertinencia social, además de articulaciones con el sector laboral.
“La noción de un bien público es más una aspiración y una característica, se puede lograr pero no basta con crecer, ya que el crecimiento se debe llevar a cabo de manera inteligente, con sensibilidad a los intereses y demandas de jóvenes y familias, con más atención a las dinámicas de tipo económico”, declaró Roberto Rodríguez.
Agregó que sólo una buena combinación de estos elementos brindará un ciclo de políticas de educación superior pública más razonables.