Claudia Peralta Vázquez
María del Sagrario Pérez Callejas, egresada de la Maestría en Investigación Educativa que imparte el Instituto de Investigaciones en Educación (IIE), propone en su trabajo de tesis fortalecer las políticas en materia de movilidad estudiantil para alumnos de nivel de licenciatura, haciendo este proceso más inclusivo y equitativo.
Subrayó que como resultado de su estudio “La movilidad estudiantil en la UV y su relación con la desigualdad escolar”, pudo observar que jóvenes con un capital cultural bajo desisten a sus aspiraciones de cursar estudios de movilidad a nivel nacional o internacional; por el contrario, los estudiantes que sí realizan este tipo de intercambio cuentan con un capital cultural más alto desde antes de ingresar a la Universidad.
Ante esta situación, su propuesta va dirigida a poner mayor atención a las minorías: “Es importante que personal administrativo, los académicos y los estudiantes estén enterados, porque es evidente una desigualdad escolar, tanto en la selección de alumnos como en la forma en que ellos viven su estancia”.
Previo a la presentación de su trabajo recepcional, que tuvo lugar en las instalaciones del IIE, María del Sagrario Pérez, quien cursó la Licenciatura en Administración en Negocios Internacionales, compartió que durante su carrera no le fue posible –a diferencia de muchos otros compañeros– realizar una movilidad estudiantil debido a su situación económica.
Más adelante tuvo la oportunidad de laborar en la Coordinación de Movilidad Estudiantil de la UV, donde creció más su interés de cursar una maestría enfocada a este tema.
Al inicio se abocó a adquirir conocimientos teóricos respecto a lo que es la movilidad estudiantil y la desigualdad escolar. Ambos conceptos los evaluó desde el enfoque “capital cultural”, término acuñado por Pierre Bourdieu, representante de la sociología contemporánea, quien menciona que se trata de un recurso con el que cuentan los estudiantes y logra que se legitimen en el campo económico, social y cultural.
Mencionó que el proceso de investigación contempló un análisis cuantitativo y cualitativo. Para el primero, se apoyó en la base de datos del Sistema de Consulta de Perfil de Ingreso (Scopi), mecanismo de consulta en línea desarrollado por la UV, el cual permite conocer las características de los alumnos que ingresan a esta casa de estudio.
Esto le permitió conocer el perfil de un total de 807 estudiantes cuantificados dentro del periodo 2008-2012; es decir, los recursos con los que cuentan, habilidades, conocimientos, expectativas, perfil de egreso de la preparatoria, promedio de bachillerato, escolaridad de los padres, si tuvieron necesidad de trabajar, entre otros aspectos.
El análisis cualitativo consistió en entrevistar a 14 estudiantes que durante 2014 realizaron estancias de movilidad, dos de ellos originarios de la región Poza Rica-Tuxpan y el resto de Xalapa.
Dichas entrevistas reafirmaron que sí hay un proceso de desigualdad escolar en la cuestión de movilidad estudiantil, y que es preciso atender a aquellos que presentan un capital cultural bajo. “No es algo con lo que nazcas, sino que se forma a lo largo de la vida y muchas veces no existe otra opción”.
Expuso que hay ciertos factores que determinan que alguien tenga capital cultural, como obtener una beca o la escolaridad de los padres. Finalmente, estos aspectos permiten que un alumno pueda o no continuar sus estudios.
Un punto relevante del análisis arrojó que son más mujeres que hombres las que predominan en el programa de movilidad. Para muchas de ellas representa romper con esquemas culturales y tradicionales.
Uno de los entrevistados, por ejemplo, fue un joven migrante que regresó de Estados Unidos para iniciar sus estudios de licenciatura. Otro testimonio es de una alumna de la Universidad Veracruzana Intercultural (UVI), quien hizo una estancia de movilidad en Chile y en la entrevista expresó la complejidad de los trámites administrativos.
A final de cuentas, dijo, realizar movilidad nacional o internacional es igual de importante y significativo para los jóvenes, es una experiencia que les sirve para legitimarse profesional y académicamente.
Aldo Colorado Carvajal, director de la tesis e integrante de la línea de investigación “Políticas en educación superior” del IIE, resaltó que la importancia de dar a conocer esta investigación tiene que ver con la necesidad de fortalecer la política de movilidad estudiantil.
Señaló que uno de los principales aportes es la exploración sobre la base de datos y características de los estudiantes de movilidad.
“Esta visión no permite que el estudio se quede en el análisis de los números, sino también en el análisis de la experiencia de los estudiantes.”
Indicó que con base en lo anterior, se observó que los alumnos con un capital cultural alto aprovechan mejor las circunstancias y las condiciones de movilidad de la Universidad; en tanto que quienes tienen una condición contraria, muchas veces no ingresan al programa de movilidad por desconocimiento o porque consideran que no lo lograrán.
La Universidad posibilita a los estudiantes el apoyo institucional, ya que muchos se van sólo con el respaldo familiar; “en este sentido, lo logran pero con muchas dificultades”.
Asimismo, la máxima casa de estudio tiene que garantizar que el alumno se mantenga en la Universidad y piense en estudiar un posgrado, ya sea maestría o doctorado.
“Hay que pensar en las diferencias de los estudiantes, para ayudar a los que enfrentan ciertas desventajas.”
Por su parte, María Magdalena Hernández Alarcón, titular de la Dirección General de Relaciones Internacionales (DGRI) y lectora de este trabajo de tesis, afirmó que la Universidad se encuentra en la dinámica de brindar un espacio a la movilidad, pero también de desarrollar otras estrategias y aspectos que permitan a los estudiantes y académicos internacionalizarse.
Al referirse a la tesis de María del Sagrario, comentó que en ésta se exploran ciertas particularidades de la movilidad, como su impacto; no obstante, aborda una de las preocupaciones más fuertes para su área, que es la condición social del estudiante en términos de si esto influye o no para realizar una movilidad.
Puntualizó que con la creación de la DGRI todo esto ha cambiado y actualmente existen varios tipos de movilidad dirigidos a determinados grupos.
En la Universidad las becas de movilidad son tripartitas. Una cierta cantidad la aporta la Universidad, otra la institución que recibe al alumno, y una tercera parte la familia.
También, la Universidad muchas veces negocia con las instituciones extranjeras el perfil que requieren del estudiante. Hoy en día solicitan un promedio mínimo de 9 y 550 puntos de TOEFL.