David Sandoval Rodríguez
Los artefactos más antiguos elaborados por el ser humano son un reflejo de la cultura, sin embargo no es fácil definir el momento en que nos convertimos en homo sapiens, plantearon especialistas en el Primer Congreso Internacional CEDAR-V “Evolución biológica y cultural”.
Los participantes en la mesa “Evolución humana” presentaron trabajos sobre el origen de la especie humana y el estudio de los artefactos como representaciones de la cultura.
Aura Ponce de León Contreras, académica de la UAM, presentó el trabajo “Antropogénesis y arte paleolítico: enfoques teóricos”, donde expuso que distintos esfuerzos científicos tratan de fechar el momento exacto en que el ser humano se convirtió en tal, no obstante las fechas propuestas abarcan desde cientos hasta decenas de miles de años, por lo que la cuestión sigue esquivando las investigaciones.
“La interrogante sobre la antropogénesis o el origen de nuestra especie, se ha traducido en la búsqueda de alguna característica o principio motor que habría trazado la deriva que condujo a la aparición del homo sapiens; se han postulado diversos candidatos, como por ejemplo la bipedestación (desplazamiento en dos extremidades), la encefalización (crecimiento de la capacidad y dimensión cerebrales), la talla de piedra para la elaboración de útiles y la aparición del lenguaje, entre otros.”
Para cada proceso mencionado se han calculado distintas fechas que van desde los millones de años, con la fabricación de utensilios; cientos de miles, con la aparición del homo sapiens anatómicamente moderno, a decenas de miles de años con la aparición del arte rupestre figurativo.
Observó que existe una percepción de que los primeros desarrollos sucedieron en Europa, no obstante la evidencia física encontrada en décadas recientes confirma que la mayoría de los hallazgos se han localizado en el continente africano.
Con tales descubrimientos “constatamos que han existido grupos de homínidos que han realizado cierta acción especial de modificación en el mundo y poseen rasgos anatómicos característicos, sin embargo la búsqueda del impulso, del empujón hacia nuestra especie sigue siendo esquivo.
A continuación, José Luis Vera Cortés, antropólogo físico y asesor académico del Centro de Estudios “Vicente Lombardo Toledano”, presentó la ponencia “Homo simbolicus: el origen de la mente y la cultura humana”.
Dijo que los artefactos elaborados a modo de herramientas por los grupos humanos son expresiones materiales de la cultura a la que éstos pertenecen; no obstante existe el problema de “definir el concepto de cultura, pues ha pasado por la dificultad de decir qué no es, ello ha derivado en la proliferación de definiciones que hoy por hoy superan las 800”.
Consideró que para que un comportamiento pueda denominarse como cultural ha de establecer tres condiciones mínimas: tener carácter innovador; su diseminación en los grupos sociales debe incluir vías de transmisión social, no genética; y su existencia eventualmente puede conformar tradiciones de la ritualización de la conducta inicialmente innovadora.