Elizabeth Vázquez Narváez
Mantener a un perro deseoso de algo y motivarlo a que trabaje por ello para poder disfrutarlo es una de las claves para hacerlo feliz, señaló Genaro Coria Ávila, integrante del Centro de Investigaciones Cerebrales (Cice), al impartir sendas conferencias en Xalapa y Veracruz sobre bienestar animal, en las que advirtió que el fácil acceso a todos los satisfactores, más que bienestar provoca aburrimiento en los animales.
“La regla es sencilla: pequeñas recompensas deben ocurrir después de pequeños esfuerzos, y grandes recompensas únicamente después de grandes esfuerzos”, comentó el académico y coautor de la teoría 80-20 por ciento, que establece dicha proporción entre el deseo y la consumación, para mantener animales sanos y estimulados.
Dicha teoría defiende la idea de que el bienestar animal se logrará con mayor éxito si se propicia un ambiente rico en estímulos, en donde los individuos puedan predecir situaciones, fijar su atención y, en general, usar su cerebro.
“Existe evidencia de que, sin el deseo, un estímulo normalmente gratificante puede ser experimentado como neutral o, incluso, desagradable. De ahí la importancia de aumentar el deseo, la atención y la expectativa en los animales como parte del proceso para lograr su bienestar”, apuntó el especialista en neurociencias y aseguró que no se necesitan grandes recursos para hacerlo, aunque sí compromiso e imaginación.
No obstante, diversos estudios sugieren que el bienestar no es un estado en el que los animales puedan permanecer de manera constante, sino que debe propiciarse varias veces a lo largo del día.
“Sería imposible mantener a nuestro perro deseando algo por 19 horas y luego experimentando la recompensa por cinco horas más; de modo que, para propiciar su bienestar, el proceso deseo-recompensa debe repetirse varias veces durante el día. El momento de alimentarlos, su paseo diario y otras actividades cotidianas, son ocasiones ideales para salir de la rutina y poner a trabajar su cerebro”, explicó Genaro Coria.
Finalmente, el investigador apuntó que al hacer a un perro feliz, sus cuidadores también serán partícipes de su bienestar, “porque cuando un perro, o un animal en general está estimulado positivamente, lo refleja en su comportamiento, se ‘porta mejor’; de la misma manera, un perro aburrido o angustiado puede mostrar comportamientos no deseados que son indicativos de un desequilibrio”.
Ambas conferencias fueron organizadas por la Universidad Veracruzana y el Proyecto ARPA (Acciones para el Respeto y Protección Animal), un programa dependiente de la Asociación Civil Respeto y Unión por la Vida.
La investigación de Genaro Coria sobre bienestar animal se puede consultar en www.uv.mx/eneurobiologia/vols/2012/6/GCoria/Coria3(6)161012.pdf