Ana Elisa García Méndez
A los profesores les gustaría que sus alumnos aprendieran de una forma más fácil, que incrementaran sus habilidades de acuerdo a sus preferencias, que contaran con material de apoyo para complementar lo visto en clase. A los estudiantes, les gustaría aprender en un entorno en el que la información esté organizada y centrada en sus gustos, intereses y necesidades. Por lo anterior, surgen las interrogantes: ¿Qué son los objetos de aprendizaje (OA)? ¿Qué son los estilos de aprendizaje (EA)?
La tecnología se ha encargado de originar toda una revolución en la forma de enseñar, se está dando un gran salto de las clases magistrales a las clases virtuales. Las primeras, son aquellas en donde un profesor imparte sus conocimientos a los alumnos de forma presencial en un salón de clases; las segundas, se apoyan en el uso de herramientas digitalizadas, entre ellas los OA, entendidos como una entidad digital que puede ser usada, reutilizada o referenciada durante el aprendizaje soportado en computadora, con el objetivo de generar conocimientos, habilidades y actitudes en función de las necesidades del alumno. Son recursos informáticos y pedagógicos, al mismo tiempo, ya que su función principal es contribuir a elevar los niveles de la calidad educativa.
Sin embargo, en la mayoría de los casos en su elaboración sólo se consideran modelos y estándares técnicos que garantizan características como interoperabilidad, accesibilidad, reusabilidad, adaptabilidad y durabilidad, por mencionar algunas, y una estructura interna que contiene elementos como: Nombre/Objetivo, Información o Contenido, Práctica/Ejercicios y Evaluación.
Se deja de lado el soporte pedagógico que sirve para aprender a organizar, reconstruir, comprender y utilizar la información y, por otra parte, la atención a distintos tipos de usuarios (estudiantes) al no considerar las características individuales de cada uno de ellos y la adecuación de las actividades instruccionales conforme a su estilo de aprendizaje, es decir, la presentación del contenido se encuentra planteada de forma general hacia cualquier tipo de usuario.
Por otra parte, los EA indican las preferencias de los estudiantes por diferentes tipos de información, diferentes formas de navegación o diferentes formas de interactuar con esa información; de este modo, algunos aprenden a través de un proceso lineal, lo que implica una estructuración lógica y sistemática, mientras que otros prefieren ver los contenidos de una forma global antes de entrar en los detalles.
Por ejemplo, en el aprendizaje de otro idioma algunos prefieren ver videos, escuchar la lengua o verla escrita; otros, leer una historieta, aprenderla poco a poco en lecciones cortas; muchos más prefieren utilizarla en entornos reales, llevarla a la práctica. Esto implica que los estudiantes con una preferencia fuerte por un EA presenten dificultades en el proceso si el entorno de enseñanza no se adapta a su propio estilo.
En los últimos años, distintos investigadores han intentado integrar los EA en el diseño de sus aplicaciones adaptativas a través de teorías y modelos. Peter Honey y Alan Mumford clasifican a los tipos de EA como: activo, teórico, pragmático y reflexivo.
En la siguiente entrega se abordarán las características, cómo se identifican, así como los OA correspondientes a cada uno de ellos.