Paola Cortés Pérez
Lilia América Albert Palacios, experta en toxicología, aseveró que la reciente explosión en el Complejo Petroquímico Pajaritos, en Coatzacoalcos, fue consecuencia de la negligencia, la corrupción, la negación y la omisión por parte de las autoridades.
La investigadora participó el 23 de abril en la Feria Internacional del Libro Universitario (FILU) que se llevó a cabo en el Complejo Deportivo Omega; ahí, señaló que tras el accidente en la planta Clorados III, propiedad de la empresa Mexichem, se generó una nube tóxica que abarcó 10 kilómetros y a la que estuvieron expuestos los pobladores de la zona, quienes seguramente respiraron dioxinas.
«A todas esas personas se les debería hacer un examen porque tienen un alto riesgo de desarrollar cáncer y tener hijos con malformaciones genéticas.»
Apuntó que en el estado de Veracruz hay una Unidad de Toxicología, pero se mantiene «como si fuera un secreto de estado que no le sirve a nadie».
Durante la presentación de su más reciente libro, México tóxico. Emergencias químicas, esrito en coautoría con Marisa Jacott y publicado por Siglo XXI Editores, Albert Palacios aseveró que el Estado mexicano invierte mucho en indemnizaciones y reparaciones que no siempre son suficientes y adecuadas, cuando ese dinero debería ser utilizado en identificar las instalaciones y actividades peligrosas.
La investigadora también dijo que es necesario y urgente establecer mecanismos de alerta temprana, desarrollar la conciencia comunitaria sobre los riesgos, instaurar centros de emergencias químicas y de información, y que el Sistema Nacional de Protección Civil deje de centrarse sólo en los desastres de origen natural.
Entre los presentadores estuvo Susana Villanueva, quien dio lectura a la participación de Alfonso Vázquez Botello, investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México: «No existe una legislación adecuada y precisa sobre dichas sustancias, ni un inventario sobre las mismas. Las autoridades no han realizado una evaluación detallada que nos permita conocer y cuantificar los daños que le causan al país, tampoco se establece una política integral para atender estas emergencias».
En tanto, Beatriz Torres Beristain, investigadora de la Universidad Veracruzana, mencionó que el libro está dirigido al público en general, autoridades y académicos, «se trata de un análisis fundado, incisivo y crudo, que no es complaciente ni cómplice».
Acotó que los países en desarrollo son muy vulnerables a padecer emergencias químicas, por la búsqueda compulsiva por un crecimiento económico que les asegure su inserción en el sistema global mediante un modelo de industrialización.
En el libro se detalla que en el mundo se tienen registradas 67 millones de sustancias químicas y cada año se suman 15 nuevos productos.