Redoblar esfuerzos en educación, clave para erradicar la violencia
La Universidad debe fomentar el respeto a los derechos de todos, sin importar el género
Paola Cortés Pérez
Los hombres también son víctimas de una mentalidad ancestral de menosprecio a la mujer, comentó Esther Hernández Palacios, coordinadora de la Unidad de Género, al impartir una plática sobre perspectiva de género a personal de la Clínica Universitaria de Salud Reproductiva y Sexual (CUSRS).
Esta charla tuvo lugar el 22 de noviembre en las instalaciones de la clínica, en donde estuvo presente Alejandro Escobar Mesa, director de la institución, acompañado de personal médico y administrativo.
La universitaria hizo un breve recorrido histórico y cultural sobre cómo se llegó a una situación de desigualdad y de violencia contra las mujeres.
“La historia de la humanidad nos dice que el primer dios o divinidad superior conocida, fue mujer; en la cultura griega, los dioses y las diosas tenían la misma importancia, pero con la llegada de la cultura judeo-cristiana, se establece que existe un solo Dios y que es hombre, dejando de lado a las mujeres.
”Este discurso simbólico siguió imperando hasta el siglo XIX, cuando la mujer empezó a despertar y cuestionó su rol dentro de la sociedad y de la vida familiar.”
En México, dijo, fue hasta 1953 cuando las mujeres se consideraron ciudadanas con derechos y obligaciones. Lamentó que los cambios no se han dado conforme a las necesidades de este sector de la sociedad, sino que han sido propiciados por la inconformidad expresada por las propias mujeres.
Al citar a la cineasta y educadora británica Leslee Udwin, quien en 2015 estrenó un documental sobre una violación múltiple acontecida en la India y que conmocionó al mundo, Hernández Palacios comentó que los hombres también son víctimas de una mentalidad y costumbre ancestral que menosprecia a la mujer, que no soporta que las mujeres son consideradas y están respaldadas por la ley como iguales a los varones.
“La solución a la violencia contra las mujeres no sólo está en las leyes y en castigar el acto, sino junto a ellas deben redoblarse los recursos de educación, para que los varones desde temprana edad entiendan que las mujeres tienen los mismos derechos y obligaciones que ellos.
”Ustedes y nosotras heredamos una historia que ya no podemos sostener, porque las cosas no fueron así desde el principio de la humanidad y, por lo tanto, ya no queremos que continúen.”
Además, apuntó que en este momento no sólo deben respetarse los derechos de las mujeres, también los derechos de la comunidad lésbico, gay, bisexual, transexual, transgénero, travesti e intersexual (LGBTTTI), porque la legislación actual así lo demanda.
“Como universidad pública tenemos que estar al frente de la sociedad para hacer respetar los derechos de todos, sin importar el género. Como institución donde brilla el arte y la ciencia, tenemos que respetar las leyes”, finalizó.