Carlos Hermida y David Sandoval
Investigadores de instituciones de educación superior (IES) interculturales coincidieron en que estas casas de estudio tienen el deber de impactar positivamente en las comunidades y atender sus necesidades, durante la “Plenaria sobre la educación superior intercultural en México” realizada el 18 de septiembre en el Hotel Best Western.
El evento fue moderado por Shantal Meseguer Galván, directora de la Universidad Veracruzana Intercultural (UVI), y Gunther Dietz, académico del Instituto de Investigaciones en Educación (IIE), en el marco del IV Encuentro de Universidades Interculturales.
Manuel Bolom Pale, de la Universidad Intercultural de Chiapas, enfatizó que se deben realizar estudios completos en torno a las comunidades, sus formas de pensar y sus necesidades.
“Las instituciones de educación superior muchas veces actúan como saqueadoras del conocimiento de las comunidades, sin tomar en cuenta la opinión de los habitantes”, aseveró.
El investigador manifestó que la mayoría de las veces el ámbito académico es independiente de la vida real, por lo que se debe trabajar para caminar a la par y no en distintas direcciones.
Mario Monroy, director del Instituto Intercultural Ñöñho, expresó que el prestigio de una universidad no debe medirse por los títulos y logros que obtiene, sino porque sus egresados permanezcan en sus lugares de origen para resolver los problemas locales.
“Las universidades cometen el error de fomentar que los jóvenes salgan de sus comunidades y busquen su futuro profesional en las metrópolis o en grandes corporaciones”, lamentó.
Cristina Montejo, representante de la Universidad Intercultural Maya de Quintana Roo, señaló que las aportaciones gubernamentales no deben ser la principal fuente de ingreso de las universidades interculturales, por el contrario, deben gestionar recursos por otros medios y así obtener su independencia financiera.
“Las universidades interculturales nacen por un rezago en las cuestiones relativas a los derechos individuales y colectivos, y la violación de éstos surge principalmente de las instituciones del estado, por lo cual no se les puede pedir apoyo.”
Malaquías Sánchez Rosales, gestor de Vinculación de la UVI Grandes Montañas, ubicada en el municipio de Tequila, enfatizó que para que las universidades interculturales avancen deben fortalecer su trabajo interno y promoverse en el exterior.
Claudia Patricia Eguiarte Espejo, responsable de la Orientación en Comunicación de la misma entidad académica, aseveró que la vinculación con la comunidad debe ser prioritaria y que es necesario abrir espacios para escuchar a los egresados de las universidades interculturales para conocer sus posturas ético-políticas, tanto en el terreno laboral como en el ámbito cotidiano.
Erika Fuentes Roque, mediadora educativa de la UVI Las Selvas, ubicada en Huazuntlán, municipio de Mecayapan, explicó que los estereotipos de los docentes les impiden acompañar y ver lo que les sucede.
“Los estudiantes no tan sólo requieren asesoría en investigaciones o en cuestiones académicas, sino en situaciones vulnerables, como cuando padecen violencia o presentan problemas jurídicos y de salud”, enfatizó.
Aporte de las universidades interculturales
La principal contribución de las universidades interculturales a la educación superior ha sido una manera distinta de hacer las cosas y tomar en cuenta a los actores de las comunidades, coincidieron representantes de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS), de la Secretaría de Educación de Veracruz (SEV) y de la UVI, durante el conversatorio sobre la educación superior intercultural en México.
En este ejercicio, moderado por Gunther Dietz, participó Shantal Meseguer, quien consideró que entre los principales retos de la educación superior está el interculturalizar la educación, la salud y el derecho, pues la manera en que se está enseñando no ha resuelto las demandas de las comunidades.
A ello se suman los diferentes niveles de racismo a los que se deben enfrentar los egresados y quienes buscan continuar su formación profesional estudiando un posgrado.
Consideró que uno de los más importantes aportes de las universidades interculturales al sistema educativo es el dinamismo de la oferta académica y, en la misma medida, la innovación pedagógica que han desarrollado, pero no únicamente relacionada con la tecnología sino con la enseñanza.
“Lo que nosotros tenemos y podemos garantizar es la innovación, la diversidad, la heterogeneidad, que va de acuerdo con la visión pluricultural y étnica plasmada en la Constitución”, subrayó.
El principal papel que han jugado las universidades interculturales es haber demostrado que todas las demás universidades son convencionales, fracturando por principio al sistema universitario, expresó José del Val Blanco, director del Programa Universitario de Estudios de la Diversidad Cultural y la Interculturalidad de la UNAM.
Actualmente se vive una crisis epistemológica de las ciencias sociales y una crisis de una sociedad fracturada, ambas se evidencian con la insistencia en separar desigualdad de pobreza cuando en la realidad van juntas, puntualizó.
“La interculturalidad no es un asunto exclusivo de los pueblos indígenas, sino de la sociedad en su conjunto; entonces, ¿cómo interculturalizar la universidad pública? Nosotros en la UNAM buscamos algunas estrategias, una de ellas la materia transversal México, Nación Intercultural, que atraviesa 15 facultades en todos los semestres.”
Por su parte, Fernando Salmerón Castro, investigador del CIESAS y vicepresidente del Colegio de Etnólogos y Antropólogos Sociales, A.C., enfatizó la necesidad de ubicar dentro del complejo panorama de la educación superior a las universidades interculturales, “probablemente muy menospreciado por el resto del sistema, como se puede ver en los presupuestos”.
Entre las novedades e innovación que han surgido de estas universidades enumeró una organización administrativa distinta, más horizontal, con otros esquemas de relación con la comunidad y las instancias locales, pero sus mayores aportes están en el planteamiento académico y pedagógico, cambiando en principio al tipo de profesor, estableciendo un nuevo modelo de profesorado.
Sergio Téllez Galván, director fundador de la UVI y actualmente coordinador del Departamento de Misiones Culturales y Rurales de la SEV, recordó que con el surgimiento de la UVI se constató la temprana autonomía de la UV, que se iba construyendo desde cada una de las facultades e institutos, como hacía falta en ese momento.
El segundo aspecto que subrayó fue el hecho de que comenzó como una universidad abierta a la innovación; la UVI, dijo, “no era una universidad convencional en el momento en que nosotros estábamos abriendo esta propuesta, porque no se sentía conforme con la manera en que se impartían las clases en las distintas licenciaturas”.
Téllez Galván reconoció que existe la capacidad de generar una onda que afecta a las instituciones que se calificaron como convencionales en el encuentro, ya que se van sensibilizando, incluso sin reconocerlo. “En el caso de la UV es muy meritorio el hecho de que en otras facultades tradicionalmente ortodoxas se han sensibilizado de manera increíble”.
Ejemplificó este resultado con la aplicación del programa Transversa que al día de hoy involucra a todas las facultades de la institución y cuenta con la participación de personal de la UVI, así como docentes de otras facultades e institutos.