La académica llegó a México hace cuatro décadas
Karina de la Paz Reyes Díaz
Hace casi cuatro décadas, Lyle Figueroa Sevillano se confrontó con la dictadura de su país, Perú. Dejó el cargo que ejercía y arribó a México, concretamente a la Universidad Veracruzana. Con más de 36 años de labor académica en esta institución, hizo hincapié en que “es necesario conocer a nuestra Universidad para amarla más”.
El pasado jueves 2 de febrero, el Instituto de Investigaciones en Educación (IIE) designó a una de sus aulas de posgrado precisamente con el nombre de Lyle Figueroa Sevillano. En la ceremonia de develación de la placa, estudiantes y académicos le externaron su reconocimiento.
Expresaron que Figueroa Sevillano, una de las colaboradoras en la fundación del IIE, se caracteriza por tener una posición política y académica congruente, por ser incorruptible; por poseer un valor que tanta falta hace en la sociedad, la ética; por ser un baluarte de la educación; por ser una incansable guerrera y defensora de la educación pública.
Es más, para académicos del IIE y de la Facultad de Pedagogía, la comunidad universitaria tiene una deuda intelectual con ella.
“Estamos honrando trayectorias y aportaciones que nos han hecho mejores como individuos, como personas y como sociedad. Estamos designando esta aula de posgrado con el nombre de una distinguida académica: Lyle Filomena Figueroa Sevillano, y le llamaremos cariñosamente ‘Aula Lyle’ ”, precisó el director del IIE, Edgar González Gaudiano.
Figueroa Sevillano recordó que llegó al país en 1979 y las anécdotas mas significativas para ella de ese tiempo a la fecha son sus protestas. “Protesto cuando he visto que se cometen actos injustos. Hay que luchar por la justicia”, dijo.
“En aquel tiempo me pelee con mi dictadura militar. Yo coordinaba un proyecto internacional Perú-Colombia-Chile por parte del Instituto de Investigación y Desarrollo de la Educación de Perú y renuncié. Estando en Bogotá, en una reunión por el proyecto, leí una convocatoria, concursé y gané, así llegué a la Universidad.”
En su opinión, el gran desafío de la Veracruzana es contribuir para un mejor país, “un desarrollo que implique dinamizar la paz, la solidaridad”, enfatizó. “Creo que también el desafío de nuestra Universidad es que busquemos y construyamos más puentes de unión entre académicos, estudiantes, administrativos y funcionarios”.
Para ella la universidad pública es un instrumento de los gobiernos para dinamizar la educación, pero insistió: “Es necesario conocer a nuestra Universidad para amarla más”.