José Luis Couttolenc Soto
Cuando una pareja intenta un embarazo y éste no se consuma, es común que el hombre pida a la mujer acudir al médico para conocer las causas, cuando debe ser responsabilidad de ambos.
Sobre este tema, María Natividad Guzmán Tapia, docente de la Facultad de Medicina de Ciudad Mendoza, estima que una de cada seis parejas presenta algún problema de infertilidad.
A nivel mundial, alrededor de 120 millones de parejas enfrentan tal problemática y en el 30 por ciento de éstas la infertilidad se origina en el varón, ya sea por causas genéticas, patológicas, varicoceles (várices de las venas testiculares), hidroceles (acumulación de líquido en uno o ambos testículos), que no haya –desde la infancia– un descenso testicular o que por procesos infecciosos existan obstrucciones en las gónadas masculinas.
Todos estos aspectos conllevan a la realización de un estudio para evaluar la fertilidad en los hombres, llamado espermatobioscopía, mediante el cual se valora la muestra seminal de acuerdo al manual de análisis clínico de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
María Natividad Guzmán, quien tiene Diplomado en Laboratorio de Andrología y Abordaje Clínico del Factor Masculino y otro en Colposcopía, explicó que anteriormente para la evaluación de la fertilidad se requería una muestra de dos mililitros, en la que se concentra un aproximado de 20 millones de espermatozoides, pero en la actualidad la OMS establece que ésta puede ser viable en un volumen de 1.5 mililitros.
La médico cirujano con Maestría en Climaterio y Menopausia, indicó que para analizar la movilidad que requiere un espermatozoide para llegar al óvulo y fecundarlo, se cuenta con cuatro tipos de estudios, catalogados en las siguientes categorías: la A, que es la rápida, ya que atraviesa todo el campo en donde se visualiza la muestra; la B, que es donde debe encontrarse un 50 por ciento para lograr el embarazo; a la C corresponden los in situ inmóviles que determinan si están viables o no, y la D, en donde se encuentran los totalmente inmóviles.
No obstante la dificultad para encontrar la causa o causas de la infertilidad masculina, la docente universitaria aseguró que con toda la tecnología disponible hoy en día se pueden lograr los embarazos.
Sin embargo, recomienda que cuando exista la situación de infertilidad la pareja acuda con un biólogo de la reproducción humana capacitado para atender y manejar tanto al hombre como a la mujer, ya que como estudios de fondo tiene la ginecobstetricia y la andrología, por lo que puede atender casos de infertilidad femenina y masculina.
Entre los factores de riesgo para que el varón presente este problema se encuentran los procesos infecciosos, ya que puede existir una enfermedad de transmisión sexual no atendida adecuadamente; la exposición a temperaturas muy altas que puede generar baja producción de espermatozoides e infertilidad; los golpes y contusiones que provocan procesos inflamatorios que darán temperatura a las gónadas, así como el consumo en exceso de alcohol, sustancias tóxicas e ingesta de estupefacientes.
Se considera infertilidad cuando luego de 12 meses de tener relaciones sexuales periódicas sin ningún método de planificación familiar no se provoca embarazo, entonces las parejas deben acudir a un médico especialista para su estudio, análisis y tratamiento.
Finalmente, Guzmán Tapia señaló que en los estudios prenupciales se pide consanguinidad, VDRL y VIH, pero no se solicita la espermatobioscopía para conocer algún determinante masculino que cause infertilidad, por lo que considera importante sea anexado este estudio para que la pareja esté consciente de que puede existir la posibilidad de que no haya embarazo por azoospermia, es decir, ausencia de espermatozoides en el líquido seminal.