Se trata de Eric Isaí Ameca y Juárez, Edward Allan Ellis y Ernesto Rodríguez Luna
El tema fue la severidad de los huracanes en las probabilidades de extinción de primates
Karina de la Paz Reyes
El estudio titulado “La cuantificación de la severidad de los huracanes en las probabilidades de extinción de una población de primates: Miradas en torno a las extirpaciones de ‘islas’ ” realizado por Eric Isaí Ameca y Juárez, Edward Allan Ellis y Ernesto Rodríguez Luna, investigadores del Centro de Investigaciones Tropicales (Citro), se publicó en la revista más importante en estudios primatológicos a nivel mundial: American Journal of Primatology.
La investigación en extenso, que aborda cómo la frecuencia e intensidad de huracanes en poblaciones de primates aisladas puede incrementar el riesgo de extinción impuesto por la destrucción y fragmentación del hábitat en comparación con la cacería, puede consultarse completa en http://bit.ly/1DX913l.
El equipo científico tomó como base de su estudio la población del mono aullador de manto (Alouatta palliata mexicana) de la isla de Agaltepec, ubicada en Catemaco, Veracruz. Ésta ha sido monitoreada exhaustivamente durante más de dos décadas por el equipo de conservación biológica de la UV.
Por ello, se han generado contribuciones importantes en ecología, fisiología, comportamiento, manejo y conservación de dicha subespecie, considerada por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza como críticamente amenazada.
“La destrucción del hábitat causada por actividades humanas reduce la disponibilidad de recursos para poblaciones enteras de primates, comprometiendo las oportunidades de los individuos para sobrevivir a eventos climáticos extremos, en particular, si son recurrentes.
Bajo estas condiciones, el riesgo de extinción de poblaciones expuestas, aisladas y sin capacidades adaptativas es muy alto”, indicó Ernesto Rodríguez Luna, destacado experto en conservación biológica y miembro de la International Primatological Society.
Eric Isaí Ameca, investigador de reciente incorporación al Citro y especialista en dinámicas de extinción de especies asociadas a fenómenos climáticos extremos, comentó que una de las razones que les motivó a desarrollar tal investigación es que actualmente hay un conocimiento muy amplio de cuáles son las perturbaciones humanas que causan declinaciones en poblaciones silvestres, por ejemplo, destrucción de hábitat por deforestación, por tala y cacería ilegal; pero no existe un análisis del impacto que pueden tener fenómenos climáticos extremos, como los huracanes.
“En décadas recientes, muchos estudios a nivel mundial indican que hay un incremento en la frecuencia e intensidad de ciertos fenómenos; sin embargo, no conocemos cuáles son las consecuencias en las poblaciones silvestres, porque no teníamos herramientas metodológicas ni estudios de largo plazo que nos permitan tener información robusta.”
Los científicos tomaron como referencia el monitoreo que la UV ha realizado durante más de dos décadas, a fin de generar predicciones a 40 años de cuáles serían los impactos en la población a través del efecto combinado de actividades como cacería, destrucción de hábitat y diferentes severidades de huracanes (frecuencia e intensidad).
Ameca y Juárez comentó que ellos plantearon que la destrucción de hábitat y la cacería causan un riesgo de extinción muy elevado, no obstante éste se incrementa mucho más si se incorpora el efecto de huracanes.
“Si hacemos el modelado del impacto de actividades humanas y deforestación a 40 años, el riesgo de extinción es solamente de uno por ciento, sin embargo la población se reduce 70 por ciento (únicamente por esos dos factores); si incorporamos el efecto de la severidad de huracanes, el riesgo de extinción sube de uno por ciento a entre 30 y hasta 75 por ciento, con declinaciones poblacionales por arriba de 90 por ciento”, precisó el investigador.
El impacto de huracanes en la viabilidad de monos aulladores no había sido cuantificado utilizando demografía de largo plazo, “no existía información suficientemente robusta.
”Hay estudios que reportan declinaciones en poblaciones de primates a consecuencia de huracanes, ciclones o tifones, sin embargo no cuantifican su contribución al riesgo de extinción.
Otros estudios estiman el riesgo de extinción con base en datos demográficos abarcando menos de cinco años. Así, nuestro ejercicio de modelado con base en 14 años de demografía para simulación, 12 años de demografía para su validación y 26 años de registro de incidencia de huracanes, es único en su tipo a nivel mundial”, dijo Ameca y Juárez
.
En el caso de la cacería, aclaró que si bien afecta de manera indirecta a todos los individuos, estudios de campo han demostrado que el objetivo de los cazadores son los infantes (porque tienen potencial para ser vendidos en el mercado negro como mascotas) e indirectamente las hembras (quienes cargan a sus crías y son el último refugio de éstas). “Entonces la cacería es un tanto selectiva”.
El universitario añadió: “Nosotros usamos programas estadísticos y de simulación que nos permiten incorporar tanto factores demográficos de largo plazo, como climáticos (incluyendo los que son extremos). Entonces, en un periodo relativamente corto podemos modelar lo que podríamos tardar décadas en observar en la naturaleza. Para el estudio que hicimos generamos arriba de 80 modelos diferentes, cada uno con mil simulaciones, fue algo gigantesco”.
Precisamente, la gran cantidad de modelos generados les permitió una confiabilidad mayor en los resultados obtenidos en la investigación.
Parte de los modelos incorporados servirán para generar propuestas que de alguna manera incrementan la resistencia de la población de primates a los impactos de los huracanes, por ejemplo, el incremento del hábitat aumentando así la protección física y la conectividad entre fragmentos de hábitat, lo cual permitiría el desplazamiento de los individuos en episodios de alta perturbación.