Adriana Vivanco y Claudia Peralta
Los ganadores del Premio al Decano 2015, otorgado por la Universidad Veracruzana, expresaron su sentir respecto del reconocimiento que la institución hizo a su trayectoria y logros como docentes.
María Elena Galindo Tovar, de la Facultad de Ciencias Biológicas y Agropecuarias y coordinadora de la Maestría en Horticultura Tropical, dijo que recibir este reconocimiento es un orgullo como universitaria: «Que reconozcan nuestra trayectoria, lo que hemos hecho durante todos estos años, es muy gratificante y también es una gran responsabilidad porque tenemos que demostrar que en realidad merecemos el premio», añadió.
Destacó que durante las tres décadas que lleva trabajando en la Universidad, su más grande satisfacción ha sido la docencia y enfatizó que ésta, «ligada a las otras labores universitarias como la investigación, la vinculación y la gestión, es lo que hace valioso mi trabajo».
Galindo Tovar resaltó que otra alegría es ver a sus egresados alcanzar sus metas: «Saber que los estudiantes pueden superarnos, ser mejores y representarnos, es lo mejor que podemos tener. También para mí ha sido una gran satisfacción participar en la formación de la Maestría en Horticultura Tropical y el Doctorado de Ciencias Agropecuarias», concluyó.
Otra de las condecoradas es Teresa de Jesús Mazadiego Infante, de la Facultad de Psicología campus Poza Rica-Tuxpan, quien en octubre próximo cumple 35 años de ser parte de la comunidad universitaria. Al referirse al Premio al Decano con el que la UV la condecoró dijo: «Es muy satisfactorio que nuestra alma máter reconozca nuestra trayectoria, misma que hemos construido con esfuerzo, actividades de vinculación y trabajo colegiado, es algo muy emotivo».
Detalló sentirse siempre muy contenta de ser autora seis libros, ocho capítulos de seis libros conjuntos, más de 50 artículos, ser miembro del Sistema Nacional de Investigadores, poseer perfil Prodep, y ser parte del Registro de Evaluación del Conacyt para valorar proyectos académicos.
Al respecto expresó: «Cada vez que me convocan yo con mucho gusto me integro, disfruto mi trabajo y las oportunidades que de él se generan para enriquecer mi trayectoria y compartir mis conocimientos con los estudiantes y la comunidad universitaria».
En su oportunidad, Mario Miguel Ojeda Ramírez, de la Facultad de Estadística, explicó que durante más de tres décadas de trabajo universitario ha transitado por la docencia, la investigación, ha formado parte de los procesos administrativos y se ha desempeñado como funcionario en esta casa de estudios; su más grande apego ha sido la docencia, en este sentido dijo: «Siempre me gustó el trabajo académico y por ello seguí capacitándome, pues la docencia requiere de un conocimiento profundo que sólo puede dar la investigación, con este pensamiento he desarrollado mis proyectos de trabajo en todas las áreas en las que he colaborado en la Universidad».
Refirió también que la docencia es una actividad que nutre mucho espiritualmente y da muchas satisfacciones a los académicos: «Cuando estás formando estudiantes y desarrollando proyectos con ellos, logras una interacción muy enriquecedora que hace que como maestros nos sintamos motivados a vivir la docencia con entrega y con pasión.
«La gestión universitaria, por otro lado, es la oportunidad de socializar tus ideas acerca del trabajo académico; en este sentido, mientras yo estuve en Posgrado, en Desarrollo Académico, en la Dirección del Área y en Planeación, siempre he tratado de imprimirle a mis actividades la visión académica pienso que un académico en la gestión debe ser una persona que coadyuve a mejorar las condiciones de la academia.»
Finalmente compartió sentirse muy emocionado y agradecido de que sus compañeros universitarios reconozcan su trabajo y por ello le hayan otorgado el Premio al Decano en este año.
A su vez, Guillermo Cuevas Mora, principal impulsor del grupo de jazz Orbis Tertius, originario de la ciudad de Xalapa, manifestó su orgullo por recibir este reconocimiento a su larga y fructífera trayectoria como percusionista, iniciada a los 17 años en la Orquesta Sinfónica de Xalapa, al tiempo que fue inaugurado el Teatro del Estado.
Posteriormente, en 1975, durante la explosión de la música, danza y teatro, conformó Orbis Tertius, el cual pasó a ser uno de los principales grupos de difusión musical en la UV.
«El jazz y la improvisación nos enseñan a apreciar más el presente, creo que toda la vida tiene eso, ya que uno no sabe del futuro y más», expresó el galardonado, quien en junio próximo cumplirá 50 años de formar parte de esta casa de estudios.
«He seguido con diversas actividades en Radio y Tele UV, he escrito notas para la Sinfónica de Xalapa y actualmente tengo el programa de difusión ‘Música y Literatura’, abierto a todo el público en la Unidad de Servicios Bibliotecarios y de Información (USBI).»
A su vez, Aníbal Guzmán Ávalos dijo: «Este premio representa una gran satisfacción y estímulo a la actividad que he realizado desde hace 33 años, cuando inicié como profesor y posteriormente como investigador en la rama de Derecho, labor que he desarrollado ampliamente».
Consideró que diversas acciones como la publicación de libros, capítulos, artículos, ponencias en distintos foros nacionales e internacionales y una gran actividad de gestión, le fue tomada en cuenta para obtener esta distinción en el marco del Día del Maestro.
«Algo que a mí me satisface es poder transmitir los conocimientos; para ser profesor hay que tener esa pasión que permite que los alumnos adquieran lo poquito que uno les pueda enseñar.»
El integrante del Sistema Nacional de Investigadores resaltó la importancia de que los estudiantes entiendan lo fundamental que es el Derecho, «sobre todo el privado y de la familia, en el que me especializo».
Guzmán Ávalos tiene los más altos estándares como docente, gestor, tutor e investigador en la UV. Es profesor de tiempo completo del Sistema de Enseñanza Abierta y de asignatura en la Facultad de Derecho.
Para Ignacio Mora González, el Premio al Decano es un reconocimiento a la trayectoria, «la cual se forma con muchas oportunidades que nos brinda la Universidad, cuando las sabes aprovechar y lo haces con cariño y pasión, las cosas solitas se logran.
El fundador del Centro de Ciencias de la Tierra, una de sus principales contribuciones a la máxima casa de estudios y al estado de Veracruz, destacó que la colaboración entre las personas es prioridad para el logro de los objetivos.
«Una golondrina no hace verano, se necesita la participación de otras personas, saberlas motivar, tener la capacidad y virtud de contar con amigos, contribuye a la conformación de grupos de trabajo muy importantes en la UV.
«A mí no me gusta restar, sino sumar y multiplicar, son las operaciones matemáticas que me agradan», dijo.
Ignacio Mora expresó su satisfacción por el XV aniversario del CCT, en el que intervienen activamente la sociedad e instancias como la Secretaría de Protección Civil, el Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred) y el Instituto de Geofísica de la UNAM.
«Hemos logrado que el Centro de Ciencias de la Tierra tenga una proyección en el ambiente, sobre todo de peligros, riesgos y fenómenos naturales del estado de Veracruz», compartió.