David Sandoval Rodríguez
La lengua refleja lo que somos, nuestra geografía, nuestra edad y el tiempo en que vivimos, expresó María del Pilar Montes de Oca Sicilia al presentar su libro De pura lengua: reflexiones sobre la lengua, nosotros y el mundo, en la Feria Internacional del Libro Universitario (FILU) 2016.
La directora editorial de la revista Algarabía conversó con el público acerca de la importancia del idioma y cómo al usarlo se mantiene vivo: «Es tu identificación, tu código postal, tu tarjeta de presentación, es lo que eres, cómo vives y cómo vibras».
Esa identificación cultural cambia con el paso del tiempo y de acuerdo al estrato social. «Si la lengua refleja lo que somos y un momento histórico, si tenemos que usar palabras como iPhone, Twitter, Facebook, etcétera, es porque estamos viviendo una época en la que es necesario, entonces la lengua tiene que cambiar con el mundo necesariamente».
La Real Academia Española, así como otras instituciones, considera un barbarismo tomar una palabra extranjera; sin embargo, afirmó que es muy importante quitarnos la idea que es incorrecto hablar con palabras provenientes de otros idiomas «porque toda lengua debe tomar prestados estos términos o ciertas palabras para estar al día o para reflejar cierta cultura pues ésta cambia todo el tiempo».
Montes de Oca Sicilia confesó: «Por cierto, la Academia me bloqueó en Twitter porque critico mucho que sea una academia prescriptiva, que diga que la lengua hay que pulirla, fijarla y darle esplendor», esto en referencia al lema de la institución.
La lengua no se puede fijar porque es cambiante y debe cambiar con nosotros y con el mundo, subrayó, tampoco se debe buscar su esplendor porque cualquier lengua es tan buena como cualquier otra, no hay lenguas mejores ni peores.
Respecto al proyecto de la revista Algarabía, detalló que ésta trata de decirle a las personas que «la lengua es cultura y que la cultura está en todos lados, no solamente es la grande y elegante que puede ser la que está en las bibliotecas, las salas de conciertos o las ferias de libros».
La autora reafirmó que la cultura está viva y se encuentra «en la comida, en las frases de las mamás, en los refranes, en nuestra propia conciencia, por eso hablamos de todo, con una envoltura que es la lengua y las palabras».