Karina de la Paz Reyes
A los estudiantes de la ciencia del Derecho no les enseñamos a resolver, sólo a pelear, sostuvo el jurista y profesor-investigador de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM), Julio Cabrera Dircio, en la presentación de su libro Mediación penal y Derechos Humanos en la Universidad Veracruzana.
«Yo no digo que la mediación sea la panacea que nos ayudará a resolver todo, pero si empezamos a trabajar desde el punto de vista de la responsabilidad de cada uno, creo que podemos avanzar mucho, porque la justicia tradicional no resuelve de fondo, ahí uno gana y otro pierde.»
Por el contrario, en la justicia alternativa sí se logran las soluciones de fondo, y éstas son dadas por las propias partes que protagonizan el caso, pues tanto las autoridades como los juristas sólo participan como facilitadores.
No obstante, dijo que hay tres elementos de suma importancia: ser empáticos, asertivos y tener un razonamiento crítico con la finalidad de construir. «La verdad es que muy pocos somos los que actuamos de esa manera y yo sigo pensando que la felicidad colectiva va de la mano de la felicidad individual».
En ese sentido, señaló el grado de desconfianza que la sociedad tiene en los partidos políticos o funcionarios públicos (como los policías), pero también en los abogados.
«¿Saben (con base en los últimos trabajos que se han hecho) cuáles son los profesionistas en los que la sociedad tiene más desconfianza? Los abogados. Y eso sí nos debe llevar a la reflexión porque nosotros estamos preparando a los mejores abogados, pero no estamos trabajando con ellos desde el punto de vista emocional».
Para él es necesario que en las universidades se prepare a los mejores abogados, pero también a los mejores seres humanos, y que propongan alternativas de solución.
La presentación de su libro se realizó el 24 de marzo en el Aula Magna «Guillermo Ortiz Mayagoitia» de la Facultad de Derecho, y quienes le acompañaron elogiaron la creación de una obra cuya temática versa sobre la cultura de la paz.
El director de la Facultad de Derecho, José Luis Cuevas Gayosso, dio el mensaje de bienvenida a los presentadores y al público que abarrotó el aula. Para él, mediar, conciliar y arbitrar son formas a través de las cuales las partes en conflicto pueden llegar a una solución. Pero también se trata de formas alternativas que regresan a la esencia de lo establecido en los procesos del Derecho romano y en los derechos indígenas.
En su calidad de moderador, Manlio Fabio Casarín León, integrante del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UV, comentó que en el tema de la mediación es posible explorar un nuevo paradigma en el mercado profesional del abogado. «Pretende constituirse en una sólida herramienta que no sólo potencie la solución adecuada de los conflictos, sino que sea un eslabón más en esta tan anhelada consecución de la cultura de la paz».
El consejero presidente del Centro Estatal de Justicia Alternativa de Veracruz, Héctor Solorio Almazán, celebró la publicación y coincidió en que la justicia alternativa fomenta la buena relación entre las partes que están en litigio, fortalece la convivencia y la paz social.
Es más, «no sólo fortalece las buenas relaciones, (en el Centro Estatal de Justicia Alternativa de Veracruz) hemos tenido 77 asuntos de reconciliación donde las personas llegaban para divorciarse y ya no se divorciaron, o bien, las personas ya no querían vivir juntas (pues estaban en concubinato) y volvieron a vivir juntas».
Rosa Hilda Rojas Pérez, profesora-investigadora de la Facultad de Derecho, se congratuló con el libro, cuya finalidad es demostrar que en la justicia alternativa no se violan Derechos Humanos y sin ser la medicación una panacea que resuelva los problemas de inseguridad en nuestro país, sí puede ayudar. No obstante, «para ello debemos generar un proceso cultural donde la confianza sea el eje rector de nuestras actividades».
También detalló que Mediación penal y derechos humanos está integrado por cinco capítulos: en el primero, se aborda la forma de gobierno del Estado mexicano; en el segundo, los Derechos Humanos; en el tercero, la funcionalidad del Derecho; en el cuarto, el conflicto, y en el quinto, la mediación penal.
En su intervención, el integrante del Consejo de la Judicatura del Poder Judicial del Estado, Raúl Pimentel Murrieta, coincidió con el autor de la obra y criticó que en este momento que la República Mexicana atraviesa una etapa «tan complicada», a los estudiantes de Derecho todavía se les enseña a pelear y no a construir.