Claudia Peralta y Carlos Hermida
La criminalidad en México no se asocia a la marihuana, pero sí a la cocaína, heroína, cobro de piso, secuestro y trata de personas, por lo tanto es ingenuo pensar que con su legalización disminuirá este fenómeno en nuestro país, destacó Ángel Prado García, director general adjunto de Operación y Patronato de Centros de Integración Juvenil, al asistir al V Foro de Investigación-Acción en la Prevención del Consumo de Drogas “In Memoriam del Dr. Rafael Velasco Fernández”, investigador y estudioso de este tema, quien murió el pasado 7 de agosto.
Prado García aseguró que México no está en contra de las drogas, sino de su uso indebido, toda vez que a mayor disponibilidad de la sustancia hay un mayor consumo entre los jóvenes, quienes con esta práctica pierden el 10 por ciento de su coeficiente intelectual.
“Un adolescente pone en riesgo su futuro y desarrollo”, dijo el especialista durante este evento académico inaugurado por Concepción Sánchez Rovelo, directora general del Área Académica de Ciencias de la Salud de la Universidad Veracruzana (UV), el cual tuvo lugar el 7 de octubre en el Museo de Antropología de Xalapa (MAX).
Dio a conocer que, con base en la Encuesta Nacional de Adicciones de 2011, alrededor de cinco millones de jóvenes mexicanos han probado la marihuana alguna vez en la vida, y medio millón son dependientes de su consumo. Reveló que el 17 por ciento de los adolescentes que la prueban desarrollarán un problema de dependencia.
Asimismo, en los últimos cinco años se ha detectado un aumento del 60 por ciento de usuarios de Centros de Integración Juvenil por consumo de marihuana, a partir de los 12 años de edad en adelante, algunos de ellos con cuadros psicóticos.
Prado García, quien es especialista en Psiquiatría General por la Universidad del Ejército y la Fuerza Aérea, comentó que se había notado una disminución importante en el uso de disolventes, pero en los últimos meses se ha registrado un alto consumo en diversas ciudades del país, sobre todo en la capital.
En el estado de Veracruz, por ejemplo, señaló que los problemas fundamentales siguen siendo: alcohol, tabaco, marihuana y clorhidrato de cocaína.
Advirtió que está probado que la marihuana causa dependencia, adicción, graves afecciones pulmonares y del aparato cardiovascular, pero sobre todo en
el área intelectual.
En el foro, organizado por integrantes de la Maestría en Prevención Integral del Consumo de Drogas y de la Red Veracruzana de Investigación en Adicciones (Reviva), Concepción Sánchez Rovelo resaltó que la figura de Rafael Velasco no sólo es emblemática para la UV sino para el estado y el país entero.
En presencia de la esposa del homenajeado, Esperanza Muñoz Ledo, y de sus hijas, Beatriz y Pilar Velasco Muñoz Ledo, puntualizó que con este tipo de eventos, el programa de trabajo de la actual administración universitaria reconoce que la investigación genera conocimiento y contribuye al desarrollo social, tecnológico, económico, político y cultural del país.
Por su parte, Patricia Pavón León, directora del Instituto de Ciencias de la Salud de la UV, leyó una semblanza sobre el legado y obra de Rafael Velasco, quien fue creador y maestro fundador de la Maestría en Prevención Integral del Consumo de Drogas, y pionero en los estudios de la psicología.
Prescribir marihuana conlleva grandes riesgos
En el foro también participó Silvia Cruz Martín del Campo, investigadora del Departamento de Farmacología del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) del Instituto Politécnico Nacional (IPN), quien afirmó que utilizar la marihuana de forma medicinal tan sólo por ser de origen natural, es tan ilógico como consumir veneno de alacrán sólo porque éste también es natural.
En su conferencia “Marihuana y cannabinoides”, la investigadora explicó la diferencia entre la marihuana como preparado específico para producir efectos psicoactivos y los cannabinoides, que representan sólo algunos de los compuestos de la planta.
Compartió que la marihuana contiene cerca de 500 compuestos –entre los que se encuentran 70 cannabinoides–, de los cuales algunos son psicoactivos y otros no.
Manifestó que se debe referir a la marihuana como si fuera sinónimo de los diferentes compuestos que la componen, ya que mientras algunos como el cannabidiol no poseen efectos psicoactivos y representan
una promesa de desarrollo de nuevos medicamentos, otros como el delta-9-tetrahidrocannabinol (THC) tienen efectos sobre las emociones y la percepción del tiempo y el espacio.
Enfatizó que pese a que en la mayoría de las personas fumar marihuana brinda un efecto relajante, en otras produce ansiedad, además que el efecto de la misma altera la capacidad del aprendizaje, lo cual afecta
el desempeño escolar.
Añadió que en algunos grupos de personas con carga genética vulnerable al consumo de la marihuana, perjudica su desarrollo y aumenta la posibilidad de manifestación de diferentes tipos de trastornos como la esquizofrenia.