Claudia Peralta Vázquez
En el marco de la presentación del libro La ley del 6 de enero de 1915. Nueve estudios en el centenario de su promulgación, el investigador Ricardo Corzo Ramírez subrayó que los estudios agrarios no deben ser abandonados, tampoco dejarse al garete las memorias de las luchas campesinas.
Además afirmó que la legislación laboral hasta llegar a la restructuración que se da en las últimas décadas, no se puede olvidar.
El académico compartió la mesa con los autores del texto: José Velasco Toro, Luis G. García Ruiz y Olivia Domínguez Pérez, en el auditorio de la Facultad de Música.
Ahí Corzo Ramírez celebró la acción del Instituto de Investigaciones Histórico-Sociales de mantener viva la historia de los indígenas y campesinos, quienes necesitan reapropiarse de ella.
“Los campesinos ya no son los acarreados de siempre, los caracteriza la lucha continua y permanente, son personajes protagónicos”, resaltó tras lamentar que hoy en día el campo veracruzano vive una etapa difícil ante su baja productividad.
El investigador recordó que la Ley Agraria se remonta a 1915, cuando fue promulgada en Veracruz por el entonces presidente de la República, Venustiano Carranza, cuyo propósito fue rescatar los objetivos fundamentales y ordenaba la restitución de tierras a los pueblos.
Otro de sus puntos principales fue la repartición y distribución de propiedades, mediante el expolio de haciendas. La ley logró restituir gran parte de las tierras arrebatadas a sus verdaderos dueños, así como la creación de la Comisión Nacional Agraria (CNA).
“Es una historia de largo aliento, 1915 es visto como un momento en que se establece una ley que dará legitimidad a la lucha por la tenencia de la tierra.”
Ricardo Corzo comentó que el libro es una excelente motivación y confió en que pronto llegue a las manos de maestros rurales y líderes agrarios, con el fin de tener penetración en el medio rural y campesino, el que muchas veces emigra por no haber condiciones necesarias de subsistencia en sus propias localidades.
Al compartir el análisis de la obra, Jesús Edgar Mendoza García, del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS) Unidad Distrito Federal, comentó que los estudios de la Reforma Agraria generalmente se han abocado al tema del ejido.
“Ha recibido muchas atenciones de politólogos, historiadores, cronistas, artistas, se ha plasmado en pinturas y obras de teatro; la Revolución Mexicana y el ejido han estado presentes en la vida nacional y particularmente en la sociedad agraria.” Mendoza García destacó que una de las grandes aportaciones del libro es que aborda la relación entre el ejido, el agua y el municipio.
Desde su punto de vista, pocas veces se ha abordado las restituciones de tierra de los pueblos pese a que en un primer momento ése era uno de los principales objetivos de la Ley Agraria del 6 de enero de 1915.
Con base en ese contexto historiográfico, consideró que el libro es un trabajo novedoso y necesario para conocer otras facetas del conflicto agrario, pero centrado en la atención de antecedentes, desarrollo y consecuencias que generó este hecho.