David Sandoval Rodríguez
Los literatos e intelectuales latinoamericanos del siglo XIX tuvieron un importante espacio de difusión en las publicaciones periódicas y seriadas, en el que reflejaron las influencias del positivismo y la Ilustración, que impulsarían las luchas independentistas.
En ello coincidieron los participantes de la Mesa 2 “Historias de la literatura” del Coloquio internacional “Historia e historiografía de las Américas en el siglo XIX”, realizada en el marco de la Cátedra “José Martí” y moderada por Norma Angélica Cuevas Velasco, del Instituto de Investigaciones Lingüístico-Literarias (IIL-L).
Alfredo Laverde, investigador de la Universidad de Antioquia, en Colombia, presentó la ponencia “Historias de las literaturas nacionales del siglo XIX o las encrucijadas culturales y sociales en torno a la modernidad”.
Sus reflexiones respecto a la historia de la literatura evidencian un compromiso político en términos teóricos, manifestó. “Creo en la unidad latinoamericana, en la nación latinoamericana, como lo dijeron (Roberto Fernández) Retamar, (José) Martí y (José Enrique) Rodó: hay que construir América Latina”.
Recordó que un nacionalismo europeo y otro oriental son retomados por los literatos latinoamericanos, que de acuerdo con distintos teóricos da como resultado “un proceso especialmente contradictorio porque es dubitativo y hostil ante otras identidades”.
Enseguida, Ana María Agudelo, académica de la Universidad de Antioquia y directora de la revista Lingüística y literatura, presentó la ponencia “Historia de la prensa literaria como historia de la literatura: desafíos y perspectivas en el ámbito latinoamericano”.
Comentó que la pregunta en torno a cómo se ha escrito la literatura en Colombia llevó a su grupo de investigadores a analizar los periódicos.
La literatura mostró su vinculación con la vida pública a través de las publicaciones periódicas, como sostiene el teórico Pedro Henríquez Ureña.
Es evidente un protagonismo de los autores en este siglo, además de un estrecho lazo entre el discurso literario y la arena política, inclusive existen indicios de este tipo de literatura desde la época de la Colonia en Colombia.
“El discurso literario decimonónico encuentra un lugar privilegiado en los impresos seriados como el cuento moderno, que es una relación que hace falta revisar en profundidad a nivel latinoamericano”, planteó la investigadora.
Recalcó que un estudio histórico de las literaturas decimonónicas debería comenzar con las publicaciones seriadas que son coyunturales a los momentos revolucionarios, abonando de las tertulias, cenáculos y sociabilidad entre los autores.
José Ramón Ruisánchez, profesor de literatura latinoamericana y crítica literaria de la Universidad de Houston, Estados Unidos, presentó “Ampliación del corpus, cuestionamientos de género”, donde dijo que haría una lectura crítica del libro La innovación retrógrada, literatura mexicana 1805-1863 de Christopher Domínguez Michael y editado por El Colegio de México.
Comentó que en sus apuntes teóricos de los literatos mexicanos, amplía a los autores decimonónicos que fueron dejados fuera en la crítica literaria del español Marcelino Menéndez Pelayo.
Subrayó: “Las publicaciones periódicas incluyen poesía neoclásica con anuncios que dicen mucho de la vida y del habla de los últimos siglos de la Nueva España”.