Karlo Reyes y Luis Enrique Romano
En el marco de la celebración del 104 aniversario de la Revolución Mexicana, miles de estudiantes, integrantes de asociaciones civiles y público en general marcharon por diferentes calles de la capital veracruzana, como muestra de solidaridad y apoyo para con los estudiantes desaparecidos de la Escuela Normal Rural “Raúl Isidro Burgos” de Ayotzinapa, Guerrero.
Los jóvenes y miembros de la sociedad civil se encontraron afuera de la Facultad de Economía para organizarse y definir responsabilidades, previas al movimiento. Cabe destacar que a diferencia de otras marchas, en las cuales ha habido infiltrados que causan tumultos y agresiones, la paz y el orden fueron los protagonistas.
A pesar de las inclemencias del tiempo, el espíritu universitario seguía creciendo alentado por las palabras de un estudiante normalista de Guerrero, quien relataba a los asistentes las injusticias y actos impunes a los que él y sus compañeros habían sido sometidos tiempo atrás.
El mundo al revés Los estudiantes de la Unidad de Artes (conformada por las facultades de Artes Plásticas, Música, Danza y Teatro) realizaron, a las 12:00 horas, un performance en la Plaza Lerdo de Xalapa; posteriormente, a las 14:00, los coordinadores de la marcha explicaron a sus compañeros la tónica o actitud con la cual se iba a participar, una especie de sátira a “la familia presidencial” y a la clase política cuyo nombre fue “Carnaval Revolucionario” y bajo la inscripción El mundo al revés.
A las 15:00 horas los jóvenes salieron de la Unidad de Artes, encabezados por tres estudiantes caracterizados con antifaces, máscaras y una pequeña pancarta con la inscripción “Familia presidencial”; seguidos de una comparsa de alumnos disfrazados de varias maneras, se dirigieron al Teatro del Estado, en donde se encontraron con otros contingentes integrados en su mayoría por familias y que recibieron al alumnado entre aplausos.
Allí mismo se llevó a cabo un acto simbólico con ropas tendidas sobre la explanada del recinto cultural, bajo una lluvia pertinaz y al ritmo de sones jarochos, emitiendo consignas irónicas, propias de El mundo al revés: “¡Viva la impunidad!, ¡Viva la desigualdad!, ¡Viva la indiferencia!”, seguidos del clásico ¡Viva! Al arribo del contingente procedente de la Facultad de Economía, El mundo al revés quedó atrás.
Los jóvenes se unieron a la marcha con dirección a la Plaza Lerdo, en actitud pacífica pero con el coraje entre los dientes; en orden, pero con la mandíbula y los puños apretados; gritando ¡Fuera el mal gobierno!, ¡Vivos se los llevaron, vivos los queremos!, entre muchas otras. Hubo consignas para todos: policía, medios de comunicación, políticos y todos aquellos indiferentes que prefieren no alterar su propio orden.