Claudia Peralta Vázquez
En el municipio de Alvarado, Veracruz, pescadores artesanales y los delfines compiten por el mismo recurso alimenticio, situación que ha generado un conflicto en más del 70 por ciento de las personas dedicadas a esta actividad, toda vez que los cetáceos les ganan el pescado y rompen las redes empleadas.
A pesar de que los delfines son una especie protegida, los pescadores muchas veces toman medidas que atentan contra la integridad de los animales; es decir, los ahuyentan e incluso existen reportes de que les disparan o tratan de envenenar.
Eduardo Morteo Ortiz, investigador del Instituto de Ciencias Marinas y Pesquerías, destacó que los pescadores de esa región enfrentan una alta prevalencia de inseguridad alimentaria originada por los cambios ambientales y el deterioro progresivo de los recursos pesqueros, variabilidad en el precio del pescado, así como las vedas que impactan su capacidad de captura de las diversas especies.
Esto se determinó a partir de un estudio iniciado en 2010 en tres localidades de ese municipio: Arbolillo, Paso Nacional y Las Escolleras, donde se evaluó el estado actual de la pesquería con el fin de determinar cuál es la problemática económica, ambiental y social de la pesca artesanal.
“Estrategias de seguridad alimentaria en pescadores artesanales de Alvarado, Veracruz”, es el nombre de este trabajo de investigación, el cual compartió con los asistentes al VII Foro Nacional para la Seguridad Alimentaria y Nutricional.
Aseveró que este tipo de pesca generalmente se relaciona con estratos socioeconómicos marginados, es una actividad importante en países en vías de desarrollo, impacta en la alimentación de una gran parte de la población y genera empleos.
Consiste en la utilización de técnicas tradicionales de bajo desarrollo tecnológico, embarcaciones y motores pequeños que pescan a menos de 20 kilómetros de la costa.
El especialista egresado de la Facultad de Ciencias Marinas de la Universidad Autónoma de Baja California (UABC), dijo que además existen cerca de 867 cooperativas pesqueras, 449 uniones pesqueras y 60 empresas relacionadas con esta actividad en la entidad veracruzana.
En el municipio de Alvarado, se trabajó con alrededor de 100 familias de pescadores, quienes destinan entre el 25 y 40 por ciento de sus capturas al autoconsumo, lo cual significa que necesitan este producto para su alimentación y la de sus familias.
Sin embargo, el especialista en Ecología Marina y Pesquerías, manifestó que el 70 por ciento de los pescadores expresó que la presencia de estos cetáceos es otro de los obstáculos que enfrentan.
Puntualizó que los delfines son una especie protegida, y a pesar de ello, los afectados han tomado ciertas medidas que atentan contra la integridad de los animales.
Lo anterior, aunado a las variaciones climáticas y el deterioro ambiental, los ha orillado a adaptar sus métodos de pesca.
Eduardo Morteo señaló que a partir de este estudio se evaluaron las estrategias implementadas por los pescadores artesanales para resolver o adaptarse a las complicaciones que tienen en el desarrollo de sus actividades.
Por tanto, la idea es colaborar con la comunidad pesquera y tratar de orientar sus estrategias con el fin de proteger su actividad y al mismo tiempo a los delfines.