Alfonso Colorado, Elba del Río, Álvaro Alcántara y Virginie Thiébaut
Paola Cortés Pérez
La producción azucarera no sólo es parte de la economía de las comunidades cañeras, también impulsa actividades sociales y culturales, coincidieron participantes de la Mesa “Azúcar y cultura”, realizada el 5 de octubre en el Instituto de Investigaciones Histórico-Sociales (IIH-S), en el marco del III Coloquio “La caña de azúcar: dinámicas sociales y espaciales ayer y hoy”
En este ejercicio académico, moderado por Alfonso Colorado Hernández, Virginie Thiébaut, del IIH-S disertó sobre “Azúcar, territorio e identidad en la cuenca del Papaloapan”, y dijo que la actividad cañera tiene arraigo en las localidades, lo cual se refleja en la música y literatura de la región.
“Las actividades del campo son fuente de inspiración para el son jarocho; mientras que en la literatura, la agricultura y la caña de azúcar son temas recurrentes, ejemplo de ello son la novela Un ingenio, de Cayetano Rodríguez Beltrán; San Antonio, S.A., de Raúl González Enríquez, así como el cuento Nicolás Contreras, el cortador de caña, de Avelino Marcio Bolaños”, añadió.
Álvaro Alcántara López, investigador del Instituto Nacional de Antropología e Historia, habló sobre la vida social del espacio cañero de San Juan Sugar Cuatotolapan, localidad de la región de Los Tuxtlas, cuyos pobladores también se dedican a la producción de algodón y a la ganadería.
Las relaciones sociales en las comunidades de esta zona, explicó, se construyeron a través de los fandangos de tarima y de medalla, el culto a la Virgen de los Remedios, los bailes (financiados por los ingenios) y el beisbol.
Por último, subrayó que para entender la vida cotidiana de ésta y otras regiones, es importante conocer la historia de la producción cañera.