Fue incluida en el Directorio Global del Manual de Medicina Marina de Mamíferos de EEUU
La ReVMMEV surgió hace 25 años por iniciativa de estudiantes de la Facultad de Biología
Claudia Peralta Vázquez
La Red de Varamientos de Mamíferos Marinos del Estado de Veracruz (ReVMMEV), conformada hace 25 años por académicos y especialistas del Instituto de Investigaciones Biológicas (IIB) y del Instituto de Ciencias Marinas y Pesquerías (Icimap), fue incluida recientemente en el Manual de Medicina Marina de Mamíferos (CRC Handbook of Marine Mammal Medicine).
En su tercera edición, dicha iniciativa creada en Estados Unidos de Norteamérica (EEUU), enfocada en la atención médica y de salud de los mamíferos marinos, ha publicado este año un directorio de organizaciones internacionales en el que consideró la labor de redes mexicanas situadas en: Baja California Sur, Quintana Roo, Sonora, Yucatán y Veracruz.
A través de su versión digital (www.marinemammalcenter.org/science/crc-marine-stranding-network/mexico.html), cualquier persona puede acceder a dicha información o reportar un evento de varamiento.
Eduardo Morteo, coordinador del Laboratorio Veracruzano de Mamíferos Marinos (LaVMMar) del Icimap, habló de este logro en el que se reconoce el estudio e investigación realizado en esta entidad universitaria.
El también oceanólogo dio a conocer que en las costas del Golfo de México los varamientos son menos frecuentes que en el Pacífico, y en Veracruz únicamente se registran alrededor de 10 al año.
En otros estados del país se reportan más de 100, la mayoría relacionados con animales enfermos o de avanzada edad, aunque también hay indicios de intoxicación y contaminación, así como de interacciones humanas, sobre todo de las especies de delfines como la tonina (Tursiops truncatus), además del manatí.
Sin embargo, también han varado delfines moteados (Stenella frontalis), cachalote pigmeo (Kogia breviceps), ballena jorobada (Megaptera novaeangliae) y cachalote (Physeter macrocephalus).
“En general, las evidencias de varamientos por actividad humana en Veracruz son escasas, aunque también ha habido casos cuya causa probable es la interacción con humanos, particularmente con la pesca artesanal.”
Comentó que anteriormente no existía un marco legal específico para atender esos eventos y cada instancia o investigador solicitaba un permiso a través de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), y los eventos eran reportados a la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa).
Por esa razón, el Senado de la República diseñó el Protocolo de Atención a Varamientos de Mamíferos Marinos, el cual fue publicado en 2015, y en la actualidad su contenido es altamente debatido y discutido por considerarse impráctico y poco apegado a la situación logística y económica del país.
Dentro del documento se especifica que la Profepa es la instancia facultada para la toma de decisiones en estos aspectos, aunque cualquier otra autoridad federal o estatal de índole ambiental puede tomar decisiones en su ausencia.
“También está facultada para formar alianzas y redes con las distintas entidades gubernamentales, académicas y de la sociedad civil dedicadas a esta actividad.”
Resultado de lo anterior, en 2015 el organismo federal convocó a la Universidad, al Acuario de Veracruz, a las secretarías de Marina y de Medio Ambiente, así como a Protección Civil, a formar una Red de Varamientos de manera conjunta. La información correspondiente a ello se puede consultar en el link www.pmaver.gob.mx/site/?p=2529
Aunado a esto, la Profepa organiza cursos de capacitación de atención a varamientos, cuya teoría y práctica es impartida por expertos de la Universidad.
A la fecha se han ofrecido dos cursos. El primero tuvo lugar en la ciudad de Boca del Río, el año pasado; el segundo, en el Campamento Tortuguero de Lechuguillas. Un tercero se realizará en el municipio de Coatzacoalcos, en octubre.
Dicha capacitación se brinda principalmente a grupos cercanos a las costas como: marinos, pescadores y personal de campamentos tortugueros, con el objetivo de que sepan qué hacer en caso de un varamiento, ya sea de un animal vivo, muerto o herido.
“Normalmente cuando un animal se va a la costa es porque está enfermo y tiene una característica llamada zoonosis, lo cual significa que puede transmitir alguna enfermedad de delfín a humano o viceversa; por lo tanto, la gente se puede contagiar por tocarlo o estar en contacto con sus fluidos, etcétera.”
Por otra parte, Morteo informó que colabora con Christian Alejandro Delfín Alonso, también investigador del IIB, como integrantes del Cuerpo Académico (CA) Ecología y Función en Sistemas Ecológicos, adscrito a este instituto. En conjunto con Karen Cortés Verdín y Juan Carlos Pérez Arriaga, académicos de la Facultad de Estadística e Informática (FEI) desarrollan actualmente una App para reportar varamientos.
Éste será el primero y único sistema del país donde quedarán registradas las coordenadas y las fotos del varamiento, además se podrá identificar la especie.
Toda la información será recabada por la Red Nacional de Varamientos de la Sociedad Mexicana de Mastozoología Marina (Somemma) y transmitida a Profepa, con el fin de que alguien llegue y atienda el evento en caso de que sea un animal vivo, o realicen su disposición final, si estuviera muerto.
Origen de la ReVMMEV
Blanca Cortina Julio, coordinadora del Programa de Conservación del Manatí en el Sistema Lagunar de Alvarado, narró que la ReVMMEV surgió en 1992 por iniciativa de un grupo de siete estudiantes, entre ellos: Clarisa Galindo, Ibiza Martínez y Giberth Gordillo, de la Facultad de Biología, interesados por estudiar las especies de mamíferos marinos como: ballenas, delfines y manatíes.
Este anhelo los llevó a contactar a Anelio Aguayo Lobo, considerado el padre de la mastozoología marina en México, quien coordinaba un grupo de académicos y estudiantes de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). De forma gratuita, el especialista de origen chileno les impartió un curso teórico intensivo de dos semanas sobre los estudios en general de los mamíferos marinos.
También trajo a Gisela Heckel, Yolanda Schramm y Mario Salinas, en ese entonces estudiantes de la UNAM, para ofrecerles un curso práctico, el cual contempló una visita de campo a la zona de Tamiahua, donde existía una población residente de delfines.
A partir de ahí se conformó el primer Grupo de Estudiantes Universitarios para el Estudio de los Mamíferos Marinos en el Estado de Veracruz (GUEMM).
Posteriormente, Anelio Aguayo les instruyó realizar un recorrido alrededor de los 742 kilómetros de costa para conocer todo lo relacionado con los mamíferos marinos, de los cuales en ese tiempo no se sabía mucho.
Fue así como los 30 integrantes del GUEMM se dividieron en tres equipos para iniciar el estudio.
Como parte de esta acción se conformó la primera Colección Osteológica de Mamíferos Marinos del IIB, única registrada en la Universidad y en el estado de Veracruz, así como en una publicación científica liderada por el investigador Alejandro Ortega Argueta.
Los investigadores de la UNAM también les mostraron cómo debían mantener los esqueletos colectados y darles un trato o manejo especial.
Cortina Julio dijo que por parte de la Universidad fue el profesor Antonio Maruri García quien les ofreció apoyo, ya que había realizado algunos estudios de investigación sobre el manatí en los municipios de Tecolutla, Alvarado y Coatzacoalcos.