“Más de 200 millones de niños se ven en la necesidad de trabajar, mientras que 115 millones están expuestos en trabajos peligrosos”: Martha Cristina Daniels
Jorge Vázquez Pacheco
La vulnerabilidad, en una sociedad como la nuestra, implica una ruptura en la armonía y en el orden, enunció José Luis Cuevas Gayosso, director de la Facultad de Derecho, en la presentación del libro Grupos vulnerables: los jóvenes, de Ana Gamboa de Trejo, en el Aula Magna “Guillermo Ortiz Mayagoitia” de esa entidad académica.
“Es en los estudios sobre los grupos vulnerables donde la investigación y el quehacer universitario apuntan como el compromiso de una universidad pública, al atender y tratar de ubicar las alternativas”, remarcó Cuevas Gayosso.
La presentación del libro fue parte de las actividades del Centro de Estudios sobre Derecho, Globalización y Seguridad (Cedegs) de la UV, así como del cuerpo académico Ciencias Penales de la misma Facultad.
Ana Laura Rivera Rosas, investigadora egresada de la Facultad de Derecho y becaria del Conacyt desde 2012, indicó que el libro presentado es una valiosa herramienta por su empleo de un lenguaje sencillo y claro.
“Su impacto está desde el primer capítulo, al señalar a los jóvenes como protagonistas. Algunos se conducen con total naturalidad, pero otros se vuelven irreverentes y majaderos, no estudian y se les estigmatiza. Pero juzgarlos a la ligera es un error; es cuando se incurre en la represión y no en la prevención.”
En su intervención, Martha Cristina Daniels Rodríguez, investigadora en el Cedegs, comentó en torno del trabajo que priva a los jóvenes de su niñez y les asigna responsabilidades que deberían ser propias de los adultos: “Datos globales indican que 215 millones de niños se ven en la necesidad de trabajar, mientras que 115 millones están expuestos en trabajos peligrosos”, mencionó.
Añadió que en el trasfondo de todo ello se ubica el fenómeno de la pobreza, y no es posible pensar atacar el problema de la situación laboral si no se atiende la solución a la problemática de la miseria.
La especialista indicó que otro factor es el de la experiencia profesional: “Si no la tienes, no te contrato. Y si no te contrato, cómo puedes adquirir la experiencia que te exijo. Eso se convierte en un círculo vicioso”.
Por su parte, la alumna de la Facultad de Derecho, Angélica Suárez Morales, indicó en torno de esa vulnerabilidad: “¿Cómo, si somos jóvenes, estamos llenos de vida y ansiosos de conocer el mundo entero?”.
Planteó las diferencias entre un niño de 12 o 14 años involucrado ya en el crimen organizado y la infancia de quien a esa edad pensaba aún en la carta a los Reyes Magos; la liviandad de las leyes que no castigan el delito y la desigualdad entre los estudiantes cuyas familias sí tienen las posibilidades monetarias para solventar los gastos que implica una buena preparación.
Concluyó comentando en torno de la responsabilidad de los futuros abogados en la orientación adecuada a los jóvenes, así como en la ayuda que el libro representa.