David Sandoval Rodríguez
Guadalupe Cano Tobías, estudiante del Doctorado en Ciencias Biomédicas, participó en las Primeras Jornadas por los Aprendizajes y V Jornadas de Educación Especial, celebradas en la Facultad de Psicología.
En el evento presentó el cartel «Coherencia cerebral en niños con dislexia mixta de cuarto grado de educación primaria», con la finalidad de ampliar el conocimiento sobre dicha enfermedad.
El cartel, realizado en colaboración con Dora Elizabeth Granados Ramos, académica de Psicología y responsable del Laboratorio de Psicobiología adscrito a la misma Facultad, busca ampliar el conocimiento sobre la dislexia mixta, qué es la coherencia cerebral y cuál es su implicación en el proceso de enseñanza-aprendizaje, explicó la universitaria.
La imagen del cartel describe a la dislexia mixta como un trastorno del aprendizaje en el cual el niño tiene dificultades al leer, pero además se pueden observar errores de tipo visual y auditivo; los primeros se relacionan con omisiones, inversiones de letras y transposiciones, una dificultad que afecta el orden de las letras en las palabras, precisó.
«Por otro lado, los errores auditivos se relacionan con las omisiones de letras, sílabas o palabras, así como los cambios semánticos; es decir, cambiar una palabra por otra conservando el significado y las lexicalizaciones, que son los cambios de palabras que no tienen relación entre sí.»
De la misma manera, se explica la coherencia cerebral como una posibilidad de sincronización de grupos de neuronas de un hemisferio cerebral con el hemisferio opuesto, ésta puede ser de dos tipos: interhemisférica e intrahemisférica.
«La primera se refiere a la sincronización en un solo hemisferio, mientras que la segunda trata las relaciones que se establecen entre ambos hemisferios», explicó. «En los niños con dislexia mixta se ha descrito que la coherencia interhemisférica es menor en áreas que están relacionadas con el lenguaje y el aprendizaje de la lecto-escritura, las áreas temporo-parietal-occipitales».
Destacó que la investigación sobre el tema se ha realizado con niños diagnosticados con dislexia del desarrollo y que existen muy pocos trabajos sobre dislexia mixta.
Análisis de las ondas cerebrales
Para describir la coherencia cerebral en niños con dislexia mixta de cuarto grado de primaria se obtuvo la autorización para evaluar a infantes de 11 escuelas de Xalapa, conformando una muestra con 30 niños, 15 como grupo de control y 15 como grupo con dislexia mixta.
«Niños con dislexia mixta muestran en su lectura y escritura errores previamente descritos.
Los errores que nosotros queríamos descubrir son aquellos que Elena Boder ha propuesto y que están muy relacionados pues nos permiten ver la heterogeneidad de los grupos y los errores que corresponden a cada uno de ellos», comentó.
Se efectuó un registro electroencefalográfico a los niños con el equipo del Laboratorio de Psicobiología: se les colocaron 10 electrodos mediante los cuales fue posible medir la actividad eléctrica cortical y almacenar la información obtenida en una computadora.
La universitaria precisó que el registro clínico incluye cinco minutos con los ojos cerrados y cinco minutos con los ojos abiertos e hiperventilación, esto permite detectar alguna patología no relacionada y a continuación se comienza el registro.
Con 30 fragmentos de dos segundos se compiló un minuto que es analizado para detectar en cada uno de los casos si estaba libre de actividad cerebral. «Lo importante era captar la actividad sin interrupciones, es decir, sin movimientos», observó.
Esta señal que se registra se convierte a frecuencia y se le aplica el análisis de la coherencia cerebral para observar qué tan sincronizada es la actividad, primero en un hemisferio y posteriormente en el otro.
La universitaria agregó que el análisis de frecuencia que permite hacer el electroencefalograma es a partir de la observación de cuatro bandas: Delta, Theta, Alfa y Beta. Delta abarca de 0.5 a 2.5 Hertz, Theta comprende de 3 a 7 Hertz, Alfa de 7 a 12 Hertz y Beta de 8 a 20 Hertz.
En esas bandas se hicieron los diferentes análisis de la coherencia intrahemisférica y se observó que la menor coherencia en áreas frontales comparadas con áreas occipitales se dio en las bandas Delta y Theta; por otra parte, al comparar áreas témporo-parietales con áreas occipitales se obtenían resultados semejantes, encontraron que áreas temporales estuvieron sincronizadas con áreas occipitales derechas.
Los resultados indicaron que los niños con dislexia mixta tenían menor coherencia cerebral, tanto inter como intrahemisférica y registraron menor coherencia en áreas frontales derechas cuando se comparaban con áreas occipitales.
Estos descubrimientos se pueden tomar como punto de partida para más investigaciones que amplíen el tamaño de muestra y proponer generalidades, subrayó, porque los niños con dislexia representan el 15 por ciento de la población infantil en general.
Diagnóstico previo de la dislexia
Para diagnosticar a los niños con dislexia mixta, la académica y la estudiante se encargaron de conformar los grupos ocupando la evaluación neuropsicológica infantil para hacer la clasificación.
«Esta evaluación tiene, dentro de sus múltiples subpruebas, aquella que se conoce como lectura en voz alta, la cual nos permitió detectar los errores y de qué tipo eran, auditivos o visuales. Dependiendo de la cantidad de errores íbamos a la edad y veíamos si estaban en promedio o no, los niños que se registraban dentro de la categoría «bajo» o «extremadamente bajo» en la evaluación de lectura entraban en el grupo con dislexia mixta», destacó Guadalupe Cano.
La muestra total de niños evaluados fue de 137, de los cuales solamente 15 cubrieron los criterios de inclusión para el grupo de dislexia mixta, manteniendo una relación proporcional a la información que se tiene sobre el problema.
«Como son diestros, se esperaría que las sincronizaciones tuvieran registros en el hemisferio izquierdo, pero es algo curioso, los niños con dislexia mixta no tienen bien organizados los grupos neuronales que están implicados en el aprendizaje de la lectura y la escritura, con ello se constata una diferencia porque las áreas relacionadas con lecto-escritura están localizadas en el hemisferio izquierdo, sí las activan pero son diferentes a las que esperaríamos que activaran.
«Además, esto permite afirmar que la dislexia mixta del desarrollo conlleva un trastorno neurobiológico porque hay algo en la corteza cerebral que no está adecuadamente estructurado a nivel de grupos neuronales, no hay una estructura adecuada para que ellos puedan adquirir la lecto-escritura.»
En ese sentido, recalcó que la dislexia del desarrollo, al ser un trastorno, si no se trabaja de forma correcta con ejercicios de memoria, atención, discriminación visual y auditiva, incluso de lectura y escritura, no disminuye la patología y se mantiene hasta edades adultas, en detrimento de los aprendizajes cognitivos que pueda tener la persona.
De hecho, a los niños diagnosticados con dislexia se les proporcionó un grupo de apoyo en que Cano Tobías implementó actividades proporcionadas por Granados Ramos, «no es sólo ver cómo están escribiendo, sino ver qué ocurre a nivel cerebral, observar las áreas afectadas para poder emplear las actividades que sean pertinentes a fin de fomentar esas funciones que en algún momento no se están dando de forma correcta para poder lograr que superen estas dificultades».
La dislexia es tratable
La dislexia no se puede curar pero sí se puede tratar, precisó Cano Tobías, de hecho hay programas de intervención para disminuir las dificultades que los niños presentan y con ello fomentar que tengan mayores aprendizajes, «esto facilita que entre mayores aprendizajes vayan teniendo los niños, más fácil será aprender en etapas posteriores, compensando las dificultades que se enfrentan con dislexia».
Mencionó que «algunos niños son muy listos, escriben las letras b y d minúsculas muy juntas para que no se note una diferencia o puedan corregirla».
La idea que sustenta su investigación es comunicar a las personas que los niños con dislexia tienen las mismas capacidades físicas, sin embargo hay algo más que les impide adquirir un aprendizaje. «Por ello se define como dislexia mixta del desarrollo, porque hay algo en este proceso que se estructura de manera distinta en el cerebro».
La intención de trabajos como éste es facilitar que los niños diagnosticados con algún tipo de dislexia tengan un buen desempeño escolar a través de las estrategias de lectura, memoria y retención para que continúen su desarrollo.
Asimismo, «mostrar que el estudio de la actividad eléctrica cerebral también aporta conocimiento para enfrentar el problema y no sólo se aplica en trabajos conductuales, sino que si complementamos los aspectos conductuales con los neurofisiológicos será posible hacer mejores diagnósticos», comentó Guadalupe Cano.