Se trata del lingüista Carlo Antonio Castro, el etnólogo Roberto Williams y el arqueólogo Francisco Beverido
“Fueron tres hombres verdaderos”, destacó Sara Ladrón de Guevara, en alusión a la obra cumbre de Castro
Karina de la Paz Reyes
El viernes 21 de agosto se realizó la ceremonia de donación de acervo bibliohemerográfico de Carlo Antonio Castro Guevara, Roberto Williams García y Francisco Beverido Pereau a la Universidad Veracruzana (UV), en la Unidad de Servicios Bibliotecarios y de Información (USBI), lo cual constituye un “noble, solidario y generoso gesto” de parte de las familias de tres insignes figuras de la antropología y de la máxima casa de estudios del estado, destacó la rectora Sara Ladrón de Guevara.
La ceremonia también fue presidida por la viuda y la hija de Castro Guevara, Carmen Vargas Delgadillo y Carmiña Colomba Castro, respectivamente; Bertha Maliyel y Francisco Beverido Duhalt, hijos de Beverido Pereau; y Guadalupe Williams-Linera, hija de Williams García.
Por la UV, atestiguaron la donación la secretaria Académica, Leticia Rodríguez Audirac; la directora general de Bibliotecas, Diana Eugenia González Ortega; las directoras del Instituto de Antropología y de la USBI,
Sofía Larios León y Ana María Salazar Vázquez.
En el acto se realizó la firma del convenio de donación a la UV entre la viuda de Castro Guevara y la Rectora, pues los acervos de Williams y Beverido ingresaron en la administración anterior, pero se decidió realizar la ceremonia de agradecimiento de manera conjunta porque eran tres amigos entrañables. Además, las tres familias recibieron sendos reconocimientos por parte de la institución.
“El acto que hoy nos reúne es uno de esos actos que nos devuelve la confianza en el ser humano, en los valores y los principios, en la generosidad y la solidaridad, en la capacidad que el ser humano tiene de refrendar, una y otra vez y a pesar de todo, su condición de ser gregario, su empatía, su identificación con las causas que atañen a sus semejantes, a su comunidad, a su sociedad”, dijo Ladrón de Guevara.
“Esta entrega representará una gran oportunidad de revisar, lenta y detenidamente, los libros, las revistas y las publicaciones en las que abrevaron y se formaron estos maestros; de tener en sus manos un título que hoy en día no se encuentra ni siquiera en las siempre útiles y funcionales ‘librerías de viejo’; de recordar, acaso, su paso por las aulas de esta institución bajo la tutela, precisamente, de alguno de dichos maestros”, añadió.
La Rectora expresó una remembranza –no académica, sino humana– de los tres: para hablar de Carlo Antonio Castro citó el ensayo que el propio Roberto Williams escribió sobre Los hombres verdaderos, “sin lugar a dudas una de las obras más representativas y valiosas del quehacer profesional y creador” del lingüista.
En lo concerniente a Beverido Pereau, citó un recuerdo suyo plasmado en el volumen colectivo Excavando en silencio.
Los arqueólogos de ayer –coordinado por Lourdes Budar, Roberto Lunagómez y ella misma–: “Con su apellido italiano, su estilo afrancesado y su disciplina germánica, Francisco Beverido hizo de los olmecas la estirpe de su ascendencia.
Supo dar a la fotografía un valor de documento científico, pues utilizó la fotointerpretación como herramienta metodológica”.
Sobre Roberto Williams relató –entre otras cosas– que correspondió a él, en uno de esos viajes, junto con Alberto Beltrán y Manuel Torres, documentar, registrar y recuperar la escultura de El Señor de las Limas, “hallazgo fortuito de locales que se traduce en una de las piezas más significativas hasta hoy conocidas de la cultura Olmeca y que se halla en las salas del Museo de Antropología de la UV”.
También le reconoció que “con tesón y disciplina” realizó estudios sobre las condiciones de vida, especialmente culturales, de comunidades indígenas y mestizas. De ello destacan sus trabajos sobre los grupos autóctonos de la Huaxteca meridional, los totonacas de El Tajín y los tepehuas de Pisaflores.
“En nombre de toda la comunidad que da forma a nuestra querida Universidad y en el mío propio, nuestro más sentido y sincero agradecimiento a sus respectivos herederos y sus correspondientes familias por el noble, solidario y generoso gesto que han tenido al donar a esta institución el acervo bibliográfico que a lo largo de su vida lograron reunir estos excepcionales seres humanos”, enfatizó Ladrón de Guevara.
En su intervención, Guadalupe Williams-Linera agradeció a la institución el que se haya aceptado la donación de gran parte de la biblioteca de su padre. Comentó que buscaron “la mejor casa” para cada una de las colecciones que dejó el autor de Los tepehuas: las más de ocho mil fotografías están en la USBI; las películas etnográficas en la Cineteca Nacional; audios y cintas en la Fonoteca Nacional; los archivos de documentos, cartas y textiles bordados en el Museo Nacional de Antropología; una gran parte de su biblioteca está en el Instituto de Investigaciones Histórico-Sociales de la UV y otra en el municipio de Ixhuatlán de Madero, en la Huasteca.
“Siento que hemos cumplido todos, al menos con las cosas que realmente apreciaba Roberto. Las trascendentes. Los libros, el arte, los registros históricos, culturales, etnográficos, musicales, cinematográficos, ya están en los lugares que quiso su corazón”, dijo su hija.
Por su parte, Bertha Maliyel Beverido destacó que la donación de un acervo familiar no es una cuestión de desapego o desinterés, por el contrario, “es una forma de continuar el interés humanista, sobre todo de estos tres personajes, que entre ellos eran amigos y compartían muchas ideas, una de ésas es que los libros son materia viva, que necesitan abrirse y cerrarse para respirar, que no se trata de un coleccionismo vacuo. Los libros son conocimientos y el conocimiento fluye, y para que fluya tiene que llegar al mayor número de personas posible”.
Cabe citar que el acervo de Beverido Pereau está en el Instituto de Antropología de la UV.
Carmen Vargas, viuda de Carlo Antonio Castro, destacó su interés porque los jóvenes universitarios se acerquen a consultar el acervo. Parte de éste se quedará en la USBI y el resto se distribuirá en las otras bibliotecas de la UV.
Finalmente, Diana Eugenia González se congratuló por las donaciones de los acervos y manifestó el compromiso por organizar, difundir y conservarlas.