Es responsabilidad de la academia, gobierno y pescadores
Alma Martínez Maldonado
Juan Carlos Castilla Zenobi, Premio México de Ciencia y Tecnología 2012, sostuvo que el trabajo colaborativo entre academia-gobierno-pescadores podría establecer un círculo virtuoso que garantizaría recursos pesqueros y conservaría los ecosistemas marinos.
Invitado por la Universidad Veracruzana, el biólogo marino impartió la conferencia “Pesca artesanal, la tragedia de los recursos comunes” en la Unidad de Servicios Bibliotecarios y de Información de Boca del Río. Ahí afirmó que la investigación es un detonante para la elaboración de políticas públicas.
“Cuando la investigación básica se convierte en aplicada, fundamenta las bases para legislar acorde a la realidad. Hoy nos enfocamos a la tragedia de los comunes globales, donde el mar es de todos y nadie lo cuida”, expresó. Enfatizó que la investigación contribuye a brindar alternativas de solución, “no se trata de sacar más del mar, sino de obtener recursos estables”.
El científico oriundo de Chile mostró los resultados de la investigación que inició en la década de los ochenta en su país. Subrayó que gracias a la investigación y al trabajo colaborativo entre gobierno, academia y pescadores, actualmente la pesca artesanal es una actividad social y económicamente importante para su país. No debemos olvidar que “los pescadores son cazadores que arriesgan sus vidas”, enunció.
En el mundo existen alrededor de 50 millones de pescadores artesanales y aproximadamente 500 millones de personas dependen de esta actividad. Castilla Zenobi explicó que en 1982, en Chile, existía la llamada “tragedia de los comunes” –el mar es de todos pero nadie lo cuida– y fue cuando se delimitó un área protegida de la que se excluyeron la pesca y el buceo.
La investigación básica consistió en analizar lo que ocurría dentro y fuera de dicha área. Con los datos obtenidos, detalló, se pudo conocer el funcionamiento de la cadena trófica.
Cuando la investigación básica se convirtió en aplicada, modificaron variables y establecieron modelos para mejorar la pesca artesanal, para lo cual incluyeron a los pescadores y detonaron esta actividad. Gracias a lo anterior, en 1991 se creó la Ley de Pesca y Acuacultura que delimitaba un área de cinco millas para la pesca artesanal, se asignó un área exclusiva para los pescadores y se les otorgaron derechos.
En 2013 la ley se renovó para establecer derechos y obligaciones de los pescadores artesanales, industriales y de pequeña escala. Chile cuenta hoy con 22 mil pescadores de pequeña escala y es el mayor exportador de erizo en el mundo. “La zonificación del océano nacional es complicada, pero se puede hacer”, puntualizó Juan Carlos Castilla.
“Mientras los gobiernos no se pongan de acuerdo, los problemas del cambio climático seguirán creciendo”. En la conferencia estuvieron presentes Carmen Blázquez Domínguez, directora general de Investigaciones; Alfonso Pérez Morales, vicerrector del campus, y José Velasco, asesor de la Rectoría.
También asistieron funcionarios del campus, académicos y alumnos del Instituto de Ciencias Marinas y Pesquerías, así como pescadores de Antón Lizardo.