En el actual periodo escolar, un total de 59 estudiantes de las cinco regiones realizan estancias en distintas partes del mundo
Karina de la Paz Reyes Díaz
Cada estudiante que ha realizado o realiza una movilidad en el extranjero tiene su historia e intereses académicos que les motivaron a concretar tal logro. Por ejemplo, ampliar el panorama sobre el psicoanálisis, la música clásica y la musicología, y la salud pública fue lo que entusiasmó a Claudia Limón Rodríguez, Jorge Luis Hernández Oliva y Xanath Alejandra Gómez Lira, respectivamente.
Los tres universitarios coincidieron en que realizar una movilidad en otro país se escucha como un planteamiento distante e imposible, pero en realidad lo más difícil es que quien esté interesado tenga la firme convicción para lograrlo.
De acuerdo con la Coordinación de Movilidad Estudiantil y Académica de la Dirección General de Relaciones Internacionales (DGRI), en el primer semestre de este año 53 estudiantes viajaron al extranjero.
Experiencia enriquecedora
Claudia Limón, originaria de Tlaxcala, Tlaxcala decidió estudiar la Licenciatura en Psicología por dos razones, principalmente le llamó mucho la atención el plan de estudios y siempre ha tenido un gusto especial por Xalapa.
Llegó a la ciudad a los 18 años, sin conocer a nadie, pero nunca imaginó que esa “profunda experiencia” la prepararía para vivencias similares fuera del país. Ahora, a sus 21, compartió que ha visto cumplidas todas las expectativas que desde el principio de su etapa como universitaria se había planteado.
“Me gusta muchísimo el ambiente que se vive en la UV, sobre todo en la Facultad de Psicología. He encontrado muy buenos amigos, no sólo entre mis compañeros de clase, sino con mis maestros, quienes han sido un apoyo fundamental en el transcurso de mi carrera y me impulsaron para hacer la movilidad.”
Desde que Claudia entró al primer semestre se fijó el objetivo de hacer una movilidad en el extranjero y empezó a trabajar para concretarlo: con actividades extraescolares, alto promedio en sus experiencias educativas y perfeccionamiento del idioma inglés.
Después de una concienzuda investigación sobre las instituciones extranjeras afines a sus intereses académicos, optó por la Universidad Nacional de Córdoba, Argentina.
“Me pareció que el programa de esa universidad se complementa mucho con el que llevamos acá. Además, en aquel país, concretamente en el área de la psicología, está muy fuerte el tema del psicoanálisis, lo cual me encanta.”
De marzo a agosto, Claudia cursó allá cuatro experiencias educativas: Psicoanálisis, Psicoterapia, Teoría de las Emociones en el Cuerpo y Penología en el Ámbito de la Psicología.
“Fue un gran reto porque el sistema de evaluación es totalmente diferente al que tenemos aquí. Allá te evalúan con exámenes, tienes que leer muchísimo y si no lo haces, no hay manera de que apruebes. Acá es diferente, porque a lo largo del semestre se van acumulando puntos por tareas, trabajos y participación, y allá no”, relató.
Más allá del reto que le implicó aprobar las materias que cursó, quedó encantada con lo vivido: “Es de las experiencias más enriquecedoras que he tenido, tanto en el ámbito profesional como en el personal. Me motivó muchísimo lo que vi allá sobre el psicoanálisis, para seguir ese camino”, subrayó.
En el ámbito personal también fueron muchos los sucesos que tuvo que sortear. Para ella se trató de un choque cultural, pues no sólo convivió con personas de Argentina, sino de varios países de Europa, así como de Estados Unidos, quienes al igual que ella realizaban una movilidad.
“A pesar de que hablamos el mismo idioma, la manera de expresarse y relacionarse de los argentinos es totalmente diferente. Fue muy enriquecedor, porque me permitió ver la vida desde diferentes perspectivas, culturas e ideologías.”
Entre los choques culturales que experimentó citó la comida; además, “allá la gente es muy apasionada y te dicen las cosas directas, no como el mexicano que te endulza el oído; al principio lo sentí agresivo, porque no estamos acostumbrados a que nos digan las cosas de golpe, pero después entendí que son así y me adapté”.
La universitaria expresó su agradecimiento con la institución por el apoyo y acompañamiento que le brindaron; y a sus pares, les motivó a darse la oportunidad de ampliar su panorama y perspectivas profesionales y personales. “No hay imposibles. Yo en algún momento lo vi muy lejano y me di cuenta que sí se puede y que si te fijas una meta y luchas por ella, sin duda se cumple”.
La historia continúa
En el periodo Agosto-Diciembre, un total de 59 estudiantes realizan movilidad internacional, de acuerdo con la Coordinación de Movilidad Estudiantil y Académica de la DGRI. Se trata de un estudiante de la región Coatzacoalcos-Minatitlán, nueve de Orizaba-Córdoba, dos de Poza Rica Tuxpan, 11 de Veracruz y 36 de Xalapa.
Todos ellos, siguiendo los pasos de estudiantes como Claudia, tienen por destino prestigiosas instituciones como la TH Ingolstadt University of Applied Sciences, Alemania; Nacional de La Plata, Argentina; la de Sidney, Australia; Privada del Valle, Bolivia; Estatal del Centro-Oeste, Brasil; École de Technologie Supérieure, Canadá; Católica de Temuco, Chile; de Estudios Internacionales de Beijing, China; de Caldas, Colombia; el Instituto Superior de Arte, Cuba; Complutense de Madrid, España; Sorbonne Nouvelle Paris 3, Francia; National University of Ireland, Galway, Irlanda; de los Estudios de Verona, Italia; Nacional de Asunción, Paraguay; Bridgewater College, Estados Unidos; de Chiba, Japón, y de Otago, Nueva Zelanda.
Viajar, conocer y escuchar
Jorge Luis Hernández expresó: “Para estudiar mariachi hay que irse a Guadalajara; para el son jarocho, al sotavento o al sur de Veracruz, y para la música clásica –que es lo que estudiamos en los conservatorios y facultades de música–, hay que ir a Europa. No hay de otra. Hay que ir, conocer, escuchar, ver qué está pasando allá y empaparse de la cuna, y qué mejor para la guitarra que España”.
El universitario tiene 29 años, estudia la Licenciatura en Educación Musical en la Facultad de Música y hace unos días arribó a España para estudiar en la Universidad Complutense de Madrid.
Jorge Luis tenía como primer interés profesional estudiar una ingeniería, pero lo conquistó la guitarra y optó por el Instituto Superior de Música del Estado de Veracruz. Sin embargo, entendió que el mundo de la interpretación es complejo y requiere un determinado perfil.
“Yo creo que la misión que tengo en esta vida es enseñar. Me gusta mucho la educación y quería que tuviera relación con lo que más amo en la vida: la música. Por eso ingresé a la Licenciatura en Educación Musical, y ésta llena todo ese espacio.”
Desde los 19 años el universitario trabaja en una primaria y a partir de que ingresó a la UV es notorio y favorable su desempeño como docente de Educación Artística, pues enseña flauta, guitarra y coro.
“Estoy muy emocionado en Educación Musical porque me da ese marco de referencia que se requiere. Siento que soy un mejor maestro a partir de esta formación”, celebró días antes de viajar a España.
Jorge Luis compartió que desde pequeño había tenido la inquietud de viajar al extranjero, sobre todo a Europa, origen de la música a la cual está dedicado. Y enfatizó: “Para mí es muy importante que me escuchen en España; que sepan cómo doy clase, cómo toco”.
Pero este viaje también le servirá para adquirir herramientas que aplicará en un proyecto personal: estudiar la música originaria de su terruño, Naolinco; por ello, en la Complutense de Madrid el universitario tomará materias abocadas a la musicología.
Se trata de la música que se ejecuta en septiembre para la danza de Moros y cristianos, cuyos instrumentos son una flauta autóctona de carrizo y un tambor; y la de noviembre, Los alabados y alabanzas, que se canta en el cementerio, a capela, detalló entusiasmado.
“Me interesa estudiarlo de manera formal, ya que es un hueco que no se ha llenado en la historia de Naolinco. No hay estudio, tratado o escrito al respecto, no hay nada. Sólo un par de reportajes, pero es material audiovisual, es decir, sólo está documentado, pero no estudiado.”
Para él es de suma importancia viajar al extranjero y adquirir herramientas académicas que favorezcan su desempeño, pero también que aporten al medio musical en general. “Mi objetivo es enriquecerme como persona, en lo profesional, pero si no voy para aprender algo que después voy a retribuir, creo que es tiempo perdido. Para mí es importante y agradezco a la UV esta oportunidad”.
Xanath Alejandra Gómez, estudiante de la Licenciatura en Médico Cirujano, se siente atraída por la investigación.
La joven de 23 años tuvo la oportunidad de leer las enciclopedias que sobre el tema había en casa de sus abuelos, y paulatinamente identificó su afinidad con la medicina, pero sobre todo con la salud pública pues es algo que no se ve mucho en México.
“Aquí todos están más enfocados en lo clínico, relegan la parte preventiva, lo que evitaría que la gente se enfermara. Por eso me llama la atención, también porque no tiene mucho campo laboral”, justificó.
Sobre salud pública, específicamente le interesa trabajar con diabetes, pues se trata de un “fuerte problema nacional”, aunado a que muchas personas de su entorno sufren esta enfermedad.
Al igual que Jorge Luis, Xanath estará en la Complutense de Madrid este semestre. Aclaró que el programa educativo de ésta no se complementa del todo con el de la UV, pero eso fue precisamente lo que más llamó su atención.
“Allá tienen diferentes niveles de una misma materia. Por ejemplo, llevas Farmacología por tres años, nosotros tenemos farmacología y terapéutica durante uno. Eso me llamó la atención, quiero explorar cómo son los otros programas.”
En su caso, el interés por realizar una movilidad en el extranjero fue incitado por una compañera de aquel país que el año pasado arribó a la Facultad de Medicina, región Xalapa.
Entre las materias que cursará en la Complutense de Madrid está Traumatología, Otorrinolaringología y otra abocada a la Salud Pública.
“Me da mucha emoción conocer los hospitales escuela con los que ellos trabajan, me parece que la Universidad Complutense tiene dos. Espero que sea una experiencia muy positiva”, compartió entusiasmada.
Xanath remarcó que lo más importante para lograr una movilidad estudiantil es el ánimo y estar firmemente convencidos de que sí es posible.