En un contexto internacional, la sociedad demanda por la solución de problemas de diversa índole, cuya solución dependerá sin duda de las disciplinas de ingeniería. Un aspecto común en la actualidad es la confusión de fronteras: entre naciones, disciplinas y profesiones, entre el mundo académico y la industria, y entre la ciencia aplicada y la ingeniería. El informe de la Federación Mundial de Organizaciones de Ingeniería (WFEO-2030, por sus siglas en inglés) se basa en el reporte de metas para el desarrollo sustentable 2013 de la UNESCO hacia el año 2030. Este reporte establece diecisiete objetivos los cuales son [1]:
- No pobreza.
- Cero hambre.
- Salud y bienestar.
- Educación de calidad.
- Igualdad de género.
- Agua limpia y saneamiento.
- Energía barata y limpia.
- Trabajo digno y crecimiento económico.
- Industria, innovación e infraestructura.
- Reducción de desigualdades.
- Ciudades y comunidades sustentables.
- Producción y consumo responsable.
- Acción climática.
- Vida bajo el agua.
- Vida en tierra.
- Paz, justicia e instituciones fuertes.
- Asociaciones para las metas.
La implementación de soluciones para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas requiere de profesionales con alta especialización en el ámbito de la ingeniería. Por esta razón, la Federación Mundial de Organizaciones de Ingeniería ha desarrollado el Plan de Ingeniería de WFEO 2030, que reúne los proyectos de sus comités técnicos permanentes, miembros y socios para demostrar el trabajo de los ingenieros y el impacto que tiene en el desarrollo sostenible el planeta hacía el año 2030.
En el contexto nacional, el Plan Nacional de Desarrollo (PND) 2019-2024 [2], establece tres ejes principales que guiarán la política nacional, el tercero de ellos es denominado Economía y considera diversos aspectos en los que la ingeniería mexicana y la formación de recursos humanos de alto nivel tendrá un impacto fundamental en el desarrollo del país, para detonar el crecimiento, mediante proyectos regionales y el desarrollo de la ciencia y tecnología. En la actualidad el país demanda soluciones integrales para los principales problemas que enfrenta la sociedad: acceso a la salud, seguridad y empleo. Sobre este pilar existe un claro consenso: la ingeniería mexicana deberá desarrollar la infraestructura básica que el país necesita, como son puertos, carreteras, vialidades urbanas, puentes, aeropuertos, ferrocarriles, obras hidráulicas, telecomunicaciones, unidades habitacionales, sistemas de riego y drenaje, petroquímica, universidades, escuelas, hospitales, entre otros. La construcción de la infraestructura deberá no sólo diferenciarse regionalmente, sino también focalizarse con el objeto de que sea pertinente a las diversas vocaciones productivas locales, y al mismo tiempo sea plataforma para dinamizar las cadenas productivas. En este contexto, es claro que los ingenieros jugarán un papel importante en el desarrollo a corto y mediano plazo en el país.
En el contexto regional, el plan Veracruzano de desarrollo (PVD) 2019-2024 [3], establece dos ejes transversales y tres generales que consideran el desarrollo económico, los derechos humanos y el bienestar social. En particular el eje general B: Desarrollo económico considera: “Programas Sectoriales elaborados por las Secretarías de Desarrollo Económico, Turismo, Infraestructura y Obras Públicas; Desarrollo Agropecuario, Rural y Pesca; Trabajo, Previsión Social y Productividad; Finanzas y Planeación y Contraloría General”, donde sin duda la ingeniería jugará un papel decisivo. El crecimiento regional de las zonas portuarias (Veracruz, Tuxpan y Coatzacoalcos) será la plataforma para conectar a México con el mundo y se espera que impulse el desarrollo nacional y de la región sur-sureste de México, ya que se está consolidando como una hazaña de la ingeniería moderna.
Los productos y sistemas que emplean algún tipo de principio o dispositivo de ingeniería se han desarrollado y utilizado desde hace más de 200 años. Algunas de las fuentes de energía utilizadas en estos sistemas no eran necesariamente eléctricas, pero había baterías y/o la conversión de energía térmica en electricidad a través de generadores.
Los avances en la fabricación de semiconductores y circuitos integrados condujeron al desarrollo de una nueva clase de productos que incorporaban sistemas mecánicos y electrónicos y que requerían la combinación de los dos para su funcionalidad. El desarrollo del microprocesador a principios de la década de 1970 llevó a formas tempranas de control por computadora en el proceso y diseño del producto. Los ejemplos incluyen máquinas con control numérico (CNC) y sistemas de control de aeronaves. Sin embargo, los procesos de fabricación eran todavía completamente mecánicos y los sistemas de control y automatización se implementaron solo como una idea de último momento. El lanzamiento del Sputnik y el advenimiento de la era espacial dieron otro impulso al desarrollo continuo de los sistemas mecánicos controlados. Los misiles y las sondas espaciales requerían el desarrollo de sistemas de control complejos y altamente precisos. De esta forma, se puede ver que en la actualidad los desarrollos científicos y tecnológicos son cada vez más veloces, requiriendo recursos humanos de alto nivel en diversas ramas de la ingeniería.
ver también: Proyectos en Curso
[1] “WFEO Engineering 2030. A Plan to advance the achievement of the UN Sustainable Development Goals through engineering”. Progress Report No. 1. A collaborative project with Division of Science Policy and Capacity BuildingNatural Sciences Sector. World Federation of Engineering Organizations, 2018.
[2] Diario Oficial de la Federación. DOF: 12/07/2019. https://www.dof.gob.mx/nota_detalle.php?codigo=5565599&fecha=12/07/2019 (revisado 10 abril 2020)
[3] Clasificación para Actividades Económicas. INEGI