Misión
El Doctorado en Sistemas y Ambientes Educativos promueve una formación integral, de alta calidad profesional y humana, para contribuir a potenciar la incorporación de las tecnologías de la información y la comunicación a procesos educativos innovadores.
Visión
El Doctorado en Sistemas y Ambientes Educativos se propone ser un programa de alta calidad académica que en su modalidad lo distinga como una excelente oferta educativa a nivel nacional por su diseño inteligente que promueve, genera y aplica el conocimiento como un recurso para la potenciación de aprendizajes significativo útiles para implementar las nuevas tecnologías a procesos educativos pertinentes y eficaces en el crecimiento y desarrollo sostenible de la sociedad.
Objetivos
Objetivo General
El Doctorado en Sistemas y Ambientes educativos tiene como objetivo general formar investigadores con amplias y sólidas competencias en estudios interdisciplinarios, enfocados en comprender la problemática de los diversos Sistemas y Ambientes Educativos para proponer soluciones tecnológicas innovadoras apegadas a estándares de calidad; lo anterior mediante la aproximación crítica a las distintas conceptualizaciones teórico-metodológicas.
Objetivos particulares
- Formar investigadores sobre sistemas y ambientes educativos desde la perspectiva de su mediación tecnológica.
- Ampliar el conocimiento sobre los nuevos paradigmas en torno a la gestión de sistemas y ambientes educativos mediante la discusión colegiada y la incorporación de perspectivas interdisciplinarias.
- Coadyuvar a la innovación de los sistemas y ambientes educativos mediante la producción de conocimiento sobre sus procesos de gestión.
- Contribuir al mejoramiento de la educación en México y América Latina por la investigación y desarrollo de sistemas y ambientes educativos de la más alta calidad.
Metas
- Incrementar la masa crítica de al menos 10 investigadores en el campo multidisciplinario de la Educación, Innovación y Tecnologías de la Información y Comunicación.
- Consolidar la colaboración interinstitucional, así como la vinculación con al menos 2 centros y redes de investigación en México y el extranjero.
Justificación
Hoy en día la sociedad necesita profesores con ingenio, críticos y sobre todo investigadores, que ofrezcan nuevas formas, sistemas y ambientes educativos que apoyen el proceso de aprendizaje (Ramírez-Mazariegos, 2020).
Durante la pandemia se hizo evidente que las instituciones, los profesores y los estudiantes no estaban preparados para asumir el reto, por ello la investigación educativa es el camino para coadyuvar a esta problemática (Llamas, 2021;Navarrete-Cazales, Manzanilla-Granados, & Ocaña-Pérez, 2021; Figueroa-Figueroa, 2022).
“Es necesario unir esfuerzos de especialistas, investigadores, profesores y estudiantes a fin de registrar, indagar, narrar, sistematizar, reflexionar y responder a las necesidades de aprendizaje de los estudiantes en el contexto actual” (Domínguez-Ramírez, 2020, párr. 11).
El Doctorado ha generado conocimiento desde su creación y ha cumplido con investigar y aplicar modelos, métodos, metodologías y herramientas para mejorar el proceso de aprendizaje. Adicional el doctorado ha trabajado en incorporar las tecnologías de la información y la comunicación a procesos educativos innovadores lo cual es la necesidad actual, por ello su pertinencia.
La UV ha sido de las instituciones de educación superior (IES) en México que ha entendido la necesidad de transformarse, de cambiar de paradigma educativo para responder a los retos que plantea la Sociedad de la Información y del Conocimiento, de allí que, desde la última década del siglo pasado, haya impulsado su modelo educativo centrado en el desarrollo de competencias.
Hoy el compromiso educativo de la UV parte del corazón epistémico del hacer y quehacer en la universidad, si bien con las complejidades que supone la adopción de un modelo que ha venido reinventando la práctica académica en la universidad.
Su transformación se ha desarrollado a través de un modelo de gestión educativa que apuesta por la implementación de estrategias pedagógicas que enriquezcan la formación de sus estudiantes, el modelo de la UV supone la incorporación a su marco de referencia de las principales premisas de los pilares de la educación: aprender a conocer, aprender a hacer, aprender a vivir juntos, aprender a ser; además de la promoción de un pensamiento crítico, reflexivo, creativo que responda a las tendencias actuales en materia educativa, sin dejar de reconocer que la
incorporación de las TIC representan la oportunidad para diversificar las formas de mediar en los aprendizajes de los estudiantes.
En esta tesitura, la implementación de procesos de gestión mediados por las TIC ha promovido nuevos estados del aprendizaje, para lo cual la comunidad académica ha tenido que desarrollar competencias y habilidades para el desarrollo en la planeación de estrategias en las plataformas o recursos de la era digital, contribuyendo así a fortalecer los procesos de enseñanza y aprendizaje de sus estudiantes. La UV ha hecho una inversión mayúscula en el diseño de programas de actualización del profesorado, buscando habilitarlo en el uso y apropiación de las tecnologías mencionadas.
De entonces a la fecha, el desarrollo y la evolución de las TIC han observado un avance vertiginoso, de tal suerte que hoy hablar de sistemas y ambientes innovadores de aprendizaje, es reconocer nuevos territorios por donde la gestión o mediación educativa viene sucediéndose. No por menos, las instituciones educativas han tenido que hacer los esfuerzos pertinentes para adecuarse a esta transformación tecnológica que incide en lo cultural, social y educativo.
Es precisamente por ello que la UV ha buscado responder con pertinencia a las demandas de innovación educativa, de allí que actualmente impulse el ProyectoAula, buscando con ello la transformación de los modelos de mediación educativa, que responda a un proyecto institucional en el que la acción educativa ensanche su horizonte para la mediación de aprendizajes a través de uso de estos recursos.
Si como premisa el Modelo Educativo de la UV se encamina a promover aprendizajes efectivos, estimulando la creatividad de los agentes educativos, para también favorecer la vitalidad académica de la misma institución, el Doctorado en Sistemas y Ambientes Educativos podrá ofrecer a los docentes de la UV no sólo un programa de posgrado de calidad que recupera la flexibilidad del modelo educativo, sino que genera conocimientos y habilidades en consonancia con este innovador proyecto institucional. Si se busca definir un nuevo perfil del facilitador que responda a los retos de mediación constructivista, en el que el uso razonable y pertinente de las TIC supongan verdaderos cambios en el proceso de enseñanza y aprendizaje, para que los estudiantes aprendan a aprender, a hacer y pensar; mientras que los profesores encuentran estrategias creativas que les permiten innovar sus propias prácticas educativas, este doctorado puede contribuir a alcanzar estos objetivos, además de proveer de conocimientos teórico-metodológicos para la generación y aplicación mejor de los conocimientos productos de las investigaciones que los tesistas realicen.
Si la UV busca garantizar una educación de calidad aprovechando los recursos humanos, de infraestructura y tecnológicos con los que cuenta, los participantes de este programa doctoral podrán experimentar estrategias multimodales gracias al diseño curricular que el posgrado en Sistemas y Ambientes Educativos promueve, pues los estudiantes podrán construir sus aprendizajes en seminarios, tutorías y otras actividades presenciales, estratégicamente complementados con lo que las plataformas y ambientes virtuales pueden permitir, a través de recursos, dispositivos y tecnologías diversas, todas encaminadas a generar un aprendizaje teórico, metodológico y técnico para el saber y la innovación educativa.
Comprometido el diseño curricular de este posgrado con la innovación de los sistemas y ambientes de aprendizaje, reconoce la pertinencia de un macroproyecto como Innova-Cesal, que recién ha signado la propia universidad con otras instituciones latinoamericanas y europeas, en el que se visualiza un programa de investigación en colaboración para fortalecer los aprendizajes, las prácticas docentes y los conocimientos que en ellas se construyen.
Si entre sus objetivos específicos Innova-Cesal plantea “diseñar estrategias docentes centradas en el aprendizaje para el desarrollo del pensamiento complejo y competencias en la formación profesional que respondan al contexto, idiosincrasia e intereses de los jóvenes, en las modalidades presencial, semipresencial y a distancia apoyadas por las TIC”, el doctorado sin duda ofrece la oportunidad para que los participantes desarrollen nuevas sensibilidades y tácticas para la mediación de aprendizajes entre la pluralidad de juventudes que están demandando otros mecanismos de mediación, propios de sus contextos, sus estados cognitivos o culturales, premisa que igualmente se recupera en el proyecto de la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI) conocido como Metas 2021: La Educación que queremos para la generación de los bicentenarios.
Las sociedades de la información y del conocimiento, como nuevos paradigmas de organización social, han transformado sustancialmente las actividades económicas, sociales y culturales a escala mundial, si bien no siempre de manera equitativa. Existe una gran diferencia socioeconómica entre aquellas comunidades que cuentan con acceso regular y cotidiano a Internet y aquellas que no. Esta desigualdad, definida como brecha digital, fue reconocida en la primera Cumbre Mundial sobre la Sociedad de la Información (CMSI – WSIS) organizada por la
Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) en el año 2003 (WSIS, 2005). Apartir de los resultados de esta reunión, la CMSI asumió como objetivo eliminar la brecha digital existente en el acceso a las tecnologías de la información y la comunicación en el mundo, específicamente las telecomunicaciones e Internet, y
preparar planes de acción y políticas para reducir dicha desigualdad. Es en este contexto de profundas transformaciones y grandes desequilibrios observados en las sociedades actuales, donde el conocimiento se considera como un elemento fundamental de los procesos de producción económica y de reproducción de la
herencia cultural de la humanidad, señalado como prioridad para la construcción de sociedades más igualitarias, así como el capital primordial para satisfacer la necesidad del cambio en las universidades; al centrarse primordialmente en su mejor distribución, su mayor flexibilidad, más eficiencia y mayor dinamismo.
En ese sentido, el factor tecnológico es uno de los que más presión ha ejercido sobre las universidades, al impulsar un cambio radical en las condiciones en que se produce y distribuye el conocimiento, facilitando la creación de espacios virtuales que permiten la colaboración remota y asíncrona entre grupos de científicos, artistas
e intelectuales, al tiempo que se mejoran las oportunidades educativas a través de brindar herramientas que posibilitan el uso y desarrollo de nuevas estrategias y métodos de enseñanza, ambientes de aprendizaje innovadores y más interactivos, además de planes y programas de estudio más flexibles. Dentro de la vorágine tecnológica, el tema que mayor expectativa ha creado en torno a las potencialidades transformadoras de la tecnología en las universidades es la innovación educativa apoyada en tecnología. Internet, la red de redes, revoluciona la educación al facilitar el acceso y producción de conocimiento mediante la eliminación de barreras físicas tales como las distancias geográficas.
Cabe remarcar que el entusiasmo provocado por los beneficios observables y potenciales del uso de las tecnologías para la educación ha llevado inclusive a considerar la promoción de las nuevas tecnologías como una vía para el desarrollo de los países y su inserción en la economía globalizada; esto a pesar de que es bien sabido que el desarrollo de un país y su participación en condiciones de competitividad en el mercado mundial no están garantizados por la sola adquisición de los últimos adelantos tecnológicos, pues existen en efecto diferentes elementos involucrados en su desarrollo que no son de naturaleza técnica o económica, sino cultural, social, educativa y política.
De este contexto surge la urgente necesidad de que las universidades, en particular las públicas, consecuentes con su identidad sustantiva vinculada con la función social y política de preservar, generar y difundir conocimientos socialmente útiles y legítimos, formen los recursos humanos que los retos de las sociedades actuales exigen; esto es, científicos, docentes y profesionales capaces de colaborar con otros de manera interdisciplinaria en la búsqueda de soluciones integrales a los retos planteados y capaces de participar en la construcción, asimilación y uso de nuevos
paradigmas sin perder el enfoque humanista ni el rigor académico.
Los programas de posgrado existentes en materia de tecnología educativa o de innovación educativa a través de tecnología cuentan entre sus estudiantes con profesionales de áreas diversas. Sin embargo, esto no ha bastado para consolidar líneas de investigación multidisciplinarias, pues los planes de estudio, las investigaciones y trabajos de titulación generalmente toman alguna perspectiva disciplinaria particular y abordan por separado problemáticas relativas a la tecnología, a la pedagogía o a la administración escolar. Aun cuando los estudiantes de esos programas hacen el esfuerzo por cursar materias de procedencia disciplinar distinta a su propio campo de formación, este acercamiento no necesariamente logra una visión multidisciplinaria en el sujeto.
En materia de investigación sobre el campo de la educación mediada con tecnología, se puede observar que el Consejo Mexicano de Investigación Educativa (COMIE), máximo órgano para la investigación educativa en México mantuvo desde su surgimiento en los años setenta y a través de su reorganización en los noventa el tema de la tecnología reducido al plano de la didáctica. Aunque se realizaron dos estudios del estado de la cuestión sobre Educación y TIC a lo largo de ese tiempo, no es sino hasta el año 2007 que se incluye explícitamente como línea para la presentación de trabajos en su Congreso Nacional de Investigación Educativa, bajo
el nombre de Entornos Virtuales de Aprendizaje.
Por su parte, la Sociedad Mexicana de Cómputo Educativo (SOMECE) ha congregado desde hace más de veinte años a profesionales de la computación interesados en la aplicación de su investigación y desarrollo al campo educativo.
Análogamente a lo que se observa en el caso de la investigación educativa, la mayor parte de los trabajos se orientaron inicialmente al abordaje de usos didácticos de diferentes recursos tecnológicos. Sin embargo, el concepto de entorno digital, entendido en su sentido de plataforma tecnológica para soportar cursos en línea, es utilizado en SOMECE ya como línea para presentación de trabajos desde 2002.
Es interesante señalar, cómo el concepto de ambiente virtual se ha abierto paso para nombrar un nuevo tipo de espacio educativo. La virtualización de los sistemas escolares es también un fenómeno que se nombra como tal y que se observa recientemente en todo tipo de sistemas escolares. Por ello es cada vez más difícil hacer de la educación con tecnología un campo específico de observación al margen de lo que sucede en las instituciones en general, pues no se trata ya de un proceso de incorporación de tecnología para enseñar y aprender, sino de un paradigma que atraviesa las organizaciones escolares desde una perspectiva de transformación estructural y sistémica. De ahí que en este programa se pretenda abordar a los sistemas y ambientes educativos como objetos complejos en los que la tecnología se constituye en una dimensión estructurante en los distintos niveles de decisión, desde los macrosociales (política, gestión institucional y organización) hasta los microsociales (interacciones educativas, aprendizaje y enseñanza). En cuanto a la demanda del Doctorado, en las cuatro generaciones convocadas ha tenido mucha demanda y se han rechazado estudiantes, a pesar de que somos tres instituciones que ofertamos al mismo tiempo el doctorado, en la última convocatoria hubo aspirantes mexicanos y extranjeros rechazados. Así mismo, en este momento se tienen a 70 interesados que han solicitado informes y que se han agregado a una lista de interesados para contactarlos en cuanto se emita la convocatoria. Por lo que se refiere a eficiencia terminal, la generación 2020 está por egresar en un periodo y continua el 100% de los estudiantes, de la generación 2017 terminaron el 100%, de la generación 2013 el 94% y de la generación 2010 el 100% concluyó. En cuanto a los porcentajes de titulación, la generación 2020 aún no egresa, la 2017 tiene 50% de titulados, la generación 2013 un 81.25%, la generación 2010 un 89% de titulados.
En cuanto a los egresados, se tiene un seguimiento del 91% de los egresados, ya que son pocos, solo 35 egresados del programa por el hecho de ser generacional. Así mismo, el último panel de egresados fue en el año 2022, el cual fue el primero que fue interinstitucional y participó la BUAP y el ITSON, los resultados fueron buenos, los egresados indicaron que se les enseñó a investigar y a publicar y que eso les ha ayudado mucho. Un dato de nuestros egresados es que de las dos primeras generaciones donde se tuvieron 25 egresados, 9 ingresaron al Sistema Nacional de investigadores, lo cual representa un 36%, un dato muy elevado. La tercera generación justo ha egresado y la cuarta todavía no egresa.
Finalmente hay que indicar que el Doctorado fue evaluado por CONAHCyT en 2019 y tuvo muy buenos comentarios de su estructura curricular y sus resultados, obteniendo el nivel de Consolidado para el periodo 2020 – 2025 en el extinto Padrón Nacional de Posgrado de Calidad (PNPC), pero debido a que es un programa 2010 se decidió actualizar saberes y fuentes de información, así como unir en 2 las 5 líneas de investigación del doctorado, por recomendación de CONAHCyT.